Provincia de Arauco: el retorno de la alerta en las comunas del cono sur
Habitantes de Cañete, Contulmo y Tirúa proyectan una intensificación de medidas. Se teme por lo que suceda con el abastecimiento, mientras que los equipos de emergencia reforzarán las conversaciones con comunidades. El gobierno, en tanto, sostendrá reuniones con servicios y empresas para evitar que se frene el desarrollo.
El sábado 27 de abril de 2024 será un día que nunca se olvidará. El hallazgo de tres carabineros muertos y calcinados sobre una camioneta, los disparos y las hipótesis macabras que han envuelto el caso son piezas de una serie criminal nunca antes vista en la Provincia de Arauco, una zona que, de hecho, había normalizado en los últimos años la ocurrencia de atentados, pero jamás uno de este calibre y con tanto nivel de ensañamiento. Esto ocurre, además, en un contexto en que los niveles de violencia venían a la baja, lo que abrió las puertas de la Provincia al turismo en los primeros meses del año, como hace mucho tiempo no sucedía. El problema es que el triple homicidio de los hoy suboficiales mayores -ascendidos de manera póstuma- Carlos Cisterna, Sergio Arévalo y Misael Vidal retrotrae los avances conseguidos en medio del estado de excepción y los pone en nivel cero, de acuerdo a parte de la comunidad que habita el cono sur del territorio.
Las cifras asociadas a violencia rural hablaban por sí solas hasta antes de este ataque. Por ejemplo, si en 2021 se habían registrado 81 ataques incendiarios a infraestructura, en 2023 se contabilizaron 36 y hasta marzo de este año la estadística sólo daba cuenta de cuatro (ver gráficos). Los detenidos por esta misma causa aumentaron, pasando de tres en 2021 a 32 en 2023. La cantidad de condenados también experimentó un alza y tuvo su cifra más alta el año pasado, con 11. Todos estos números son aportados por la Delegación Provincial de Arauco, desde donde destacan el desarrollo que se venía desplegando paralelamente con la irrupción de proyectos habitacionales, la coordinación con los poderes locales o la llegada de servicios básicos a comunas alejadas como Cañete, Contulmo y Tirúa
Con el punto de quiebre que significó este atentado, seis actores de la comunidad del cono sur de Arauco -entre comerciantes, bomberos, una dirigente vecinal y una concejal- expresan su sentir frente a lo sucedido aquella madrugada fatídica. Dan cuenta de su día a día, explican qué es vivir en una zona marcada por la presencia de grupos criminales, hablan de sus limitaciones, de lo que pueden hacer y no hacer, cómo es salir de día o de noche. Y proyectan, obviamente, lo que será su vida después de una catástrofe que sigue marcando la pauta nacional.
Cañete: una preocupación que nunca bajó
El superintendente de Bomberos de Cañete, Walter Bocaz, plantea que en el último tiempo los voluntarios que tiene a cargo habían disminuido sus atenciones y salidas a atentados, "que fueron recurrentes durante un tiempo", aunque reconoce que, pese a todo, la intranquilidad se mantenía intacta, "porque todos sabíamos que de Peleco al sur no debíamos salir mucho, ni en forma particular ni en forma bomberil". Eso los llevó a gestionar acciones con las comunidades y juntas de vecinos del sur de la comuna para que ellos mismos protegieran a sus equipos a la hora de atender emergencias, en el sentido de que los propios habitantes pudieran decirles "no entren ahí o no se metan hacia ese lado, moviéndonos las manos para saber si podemos pasar o no".
"Creo, eso sí, que la visión del gobierno era acertada, porque en realidad habían disminuido mucho los eventos. Si antes ocurrían todas las semanas, ahora eran cada dos meses", sostiene Bocaz, quien en su relato plantea que el hecho del 27 de abril obligará a profundizar, de alguna manera, esta relación con las comunidades, lo que se espera ocurra dentro de mayo a través de reuniones en el sector de Antiquina y sus alrededores. Ahí, la idea es proyectar un trabajo con cerca de 20 comunidades y abordar temas de seguridad y el aumento de bomberos en la zona sur. A eso suma también la mejora de los cuarteles y otros asuntos que necesitan de la atención de los habitantes.
Guadalupe Carrasco, presidenta de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Cañete, es otra actriz clave de esta comuna de más de 34 mil habitantes. Ella es enfática en decir que como vecinos se han sentido abandonados en materia de seguridad y que pese al estado de excepción que se aplica hace unos dos años "nunca nos hemos sentido seguros". "Siempre hemos estado con ataques, quema y robo de vehículos, porque acá han robado muchos y son encontrados hacia el lado de Antiquina y Tirúa. Nos sentimos inseguros, sólo con el apoyo de Carabineros, que es lo poco que tenemos acá, que es la nada misma, pues los sacan a patrullaje para toda la comuna; en la noche queda una sola patrulla para todos los habitantes que somos", enfatiza.
La dirigente demuestra consternación, angustia y preocupación y menciona que nunca ha habido una calma, a excepción del verano cuando se vio mucho turismo, "pero esto de la inseguridad nunca bajó". Cuenta que un cañetino vive su día a día con temor, aunque "muy de la mano con los carabineros, siempre llamando a la patrulla comunitaria y al 133" y bajo una coordinación directa entre los vecinos vía WhatsApp cuando enfrentan algún contratiempo, "métodos que hemos desarrollado para sentirnos más respaldados".
Con el triple homicidio, cree que la sensación de miedo y desamparo subirá entre la población, con una desconfianza que surge por el simple hecho de que nunca antes habían enfrentado un atentado de este tipo. Por eso, piensa que van a quedar solos en vista de que una tragedia como esta, posiblemente, hará que el turismo se estanque y el comercio vaya a la baja, "y la comuna en vez de avanzar vaya en retroceso".
"¿Quién va a querer venir para acá al turismo, lo que es el lago (Lanalhue) y cabañas? Hasta yo, que vivo acá, no iría. Lo que nosotros necesitamos es que haya una presencia más alta de las Fuerzas Armadas en las calles y en los campos, que haya allanamientos, porque eso jamás se ha hecho en Cañete, sólo se hacen en lugares específicos. Hay lugares en donde Carabineros no entra, ni salud ni el Censo. La presencia militar estuvo presente cuando se decretó el estado de excepción, sobre todo en carreteras, pero eso desapareció durante el año pasado", lamenta la dirigente vecinal.
Contulmo: incertidumbre por abastecimiento
"Nos sentíamos súper seguros hasta que pasó esto del 27 de abril", parte diciendo la presidenta de la Cámara de Comercio de Contulmo, Sandra Fierro. Tan seguros se sentían, dice, que veían una absoluta calma que les permitió desarrollar la Fiesta del Kuchen durante la primera quincena de enero y la Fiesta Alemana entre el 19 y 21 de abril, o transitar más tarde a través de las rutas de la comuna. Tras estos festejos, de hecho, la gente podía retirarse ya de noche o de madrugada.
"Antes, uno a las 19:00 horas ya se tenía que esconder, pero después ya podíamos viajar más tarde, más de noche, porque no era tan preocupante. Con esto, sin embargo, ya no, porque además están robando muchos vehículos y negocios. A mí me han robado dos veces en el negocio en menos de un mes, y así a varios locatarios", grafica.
Con el último evento trágico, dice que ella y los vecinos volvieron a ponerse "a la defensiva" y que surge la duda de si los camiones que abastecen con mercancías y alimentos a la ciudad iniciarán nuevamente una retirada. Tiempo atrás, cuando los atentados iban al alza, gran parte del comercio contulmano estaba obligado a transitar hasta Cañete para abastecerse, situación que en los últimos meses logró ser resuelta gracias a la calma conseguida en el marco del estado de excepción y que se acentuó a partir de diciembre pasado. "No sabemos qué medidas van a tomar estas empresas, si arriesgarse a venir o no, o si subirán los precios de los fletes", se pregunta.
"Si tocaran mi cuello, verían que hay una roca atrás, porque la tensión es mucha (...) Ahora de noche ya nadie transita, y lo ideal sería que sigan con el toque de queda", pide Fierro.
En la misma línea de la comerciante, el superintendente de Bomberos de Contulmo, Armando Baldemar, precisa que la intensidad de la violencia había mermado en el último tiempo. Bajo ese análisis, enfatiza que de todas maneras Contulmo sentía una mayor sensación de seguridad, sobre todo a partir del atentado al molino Grollmus, lo que gatilló una mayor dotación policial que recorría la comuna, y que da la impresión de que el ataque a los tres carabineros se cometió para afectar al gobierno y no a las comunidades.
"Contulmo es tan chiquitito que tiene un par de carabineros que normalmente no se ven, pero con el estado de excepción hay un mayor contingente y eso hace que las calles tengan mayor cantidad de policías", asegura, aunque no desconoce "un temor que siempre está" y que tiene que ver con la posibilidad de que a algún vecino le roben su vehículo en el trayecto desde Contulmo a Cañete o Purén, "porque ahí sí tienes el temor de que en cualquier momento te puedan asaltar, o ver que le quiten el auto a otra persona".