"Los abogados nos jugamos bien por la justicia tras el Golpe"
Con su vocación clara desde un inicio, el reconocido profesional abogó por los Derechos Humanos en una época de mínimas garantías. Por lo mismo, dice que sólo logró pequeñas victorias legales, aunque reconoce que hoy existen avances. Insiste en que la clase política no ha aprendido nada, que hay que dejar atrás el negacionismo y que, por como está la cosa, seguirá con su labor hasta que muera.
Por Nicolás Álvarez Arrau / nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
"Mi tema con el derecho es algo muy antiguo, porque mi padre, Julio Montiel Haro, fue abogado y juez. En 1938 empezó de abogado en Nueva Imperial, territorio mapuche, dos años antes de que naciera yo (…) Así que la vocación de abogado se la debo en gran parte a mi padre.
Siempre él decía que su hijo sería abogado, pero no alcanzó a ver mi éxito, porque murió en 1961 cuando yo era mechón. Ese mismo año comencé la profesión bolicheando con la firma de grandes profesores amigos, como Alberto Puga o Iván Quintana (…) Necesitaba la plata porque tenía una madre viuda y porque me quería casar luego. Todo lo que soy se lo debo a mis padres, a mi familia y a la Universidad de Concepción, aunque fui exonerado en 1973, porque me declararon peligroso para la seguridad de la sociedad tras el inicio de la dictadura".
Se veía venir
"Yo fui militante del Partido Comunista hasta 1981, cosa que no niego. Como era comunista, ya sabíamos que el Golpe de Estado iba a venir. Había antecedentes, como la muerte del general Schneider. Además, estaban las declaraciones de Nixon que dijo que 'vamos a recalentar la economía de Chile'. El problema es que el Partido Comunista trató por todos los medios de evitar el Golpe, pero no hubo una negociación política importante. Y en eso, aunque me acarree muchos problemas, la Democracia Cristiana y el Partido Socialista son los principales responsables. Se habría podido evitar el Golpe, hacer que Allende optara a una transición con la DC, pero él se quedó ahí, fue sobrepasado por los socialistas y el resultado es que a nivel país hay más de 1.000 detenidos desaparecidos.
Nosotros comenzamos a trabajar en los Consejos de Guerra gracias a la actuación de don Hugo Tapia Arqueros, quien permitió que los abogados participáramos en estas instancias. Yo partí en la Vicaría de la Solidaridad muy brevemente, en 1973, y hasta 1980 trabajé como abogado particular de Derechos Humanos (DD.HH.) en los Consejos de Guerra. Después formamos el Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codepu) en Concepción, junto a Fabiola Letelier, Juan de Dios Parra, Carlos Cabrera y el cura Rafael Maroto, donde empezamos a tomar casos como Codepu.
Los Consejos de Guerra daban las mínimas garantías. Y teníamos el gran inconveniente de que estaban aplicando la ley penal con efecto retroactivo, es decir, todos los procesos que estaban en la justicia militar ordinaria pasaron a los tribunales militares en tiempos de guerra. El caso más emblemático de la Región es el de los mineros de Lota, de los cuatro dirigentes que eran procesados por el fiscal Gustavo Villagrán, un juez militar en tiempos de paz. Él pedía penas de 10 o 15 años, pero cuando se pasa a los tribunales en tiempos de guerra, Gonzalo Urrejola preside el Consejo de Guerra y los condenan a muerte, siendo fusilados. Luego de eso viene el drama terrible de los familiares que no sabían dónde estaban, porque mañosamente los inscriben en Villa Presidente Ríos de Talcahuano, pero no estaban allí, sino que enterrados en un patio común de Concepción.
La mayoría de los abogados que actuaron en el Consejo de Guerra de Lota, en el Juzgado Penal de Concepción, eran de derecha, porque el Colegio se cuidó de no poner abogados de izquierda para no ser objetados, además de que los abogados de izquierda estábamos con problemas, ya que muchos estaban detenidos y medio maniatados de poder actuar. Ahora bien, hay que ser justos con la historia, pues hubo varios abogados que, siendo de derecha, actuaron bien, incluso hubo otros que se marginaron y se excusaron. Eso reivindica un poco a los abogados que estamos tan desprestigiados".
La dura batalla frente a "un monstruo"
"Los abogados nos jugamos bien por la justicia, claramente contra un monstruo y con una Corte Suprema cómplice. Lo más complicado fue que no logramos muchas cosas, porque como todo estaba en la justicia militar era muy difícil. Era complicado el tener acceso a los expedientes, que eran secretos. A nosotros nos decían que la persona estaba presa y punto, que no había acceso al sumario, entonces no podíamos acceder materialmente a las copias del fiscal. Nos las negaban, porque decían que era peligroso para el éxito de las investigaciones (…) Las dificultades eran tremendas y en realidad logramos muy poco, y creo que no me mataron porque, justamente, no logré mucho, sino que sólo pequeñas victorias.
Sin embargo, pese a lograr pequeñas victorias al principio, en 2010 el tema comienza a cambiar, porque la Corte Suprema dicta el acta constitucional número 10 y nombra a Mario Carroza ministro instructor, en Santiago, y a Carlos Aldana en Concepción. Estos ministros, declarando nula la ley de amnistía de 1973-1978, así como la prescripción y todas las cosas que involucran a la justicia militar, piden los expedientes a los tribunales militares y civiles para trabajar de nuevo, y ahí se abre una ventana para los detenidos desaparecidos y abogados que trabajaban en Derechos Humanos para poder demandar y querellarse contra los asesinos. Gracias a eso se abre el proceso de Laja, Santa Bárbara, la Vega Monumental, los Televisores de Mulchén, algunos casos en Chillán, el caso Huerta, Arinda Ojeda, pero no se encuentran los cuerpos.
En Santa Bárbara, por ejemplo, hay una sentencia fantástica en donde la Corte Suprema condena a los asesinos, pero no aparecieron los cuerpos. A partir de 2010, entonces, se alcanzan victorias desde el punto de vista moral y penal. Lo cuerpos no aparecen, y yo creo que los carabineros ni los militares se acuerdan dónde están, porque muchos los tiraron de aviones, a otros a los ríos. Creo que no se acuerdan. Siempre les decía por qué no colaboran con la justicia, si van a ser condenados igual, pero me respondían 'no sabemos' o 'yo no fui'. Hay un problema terrible ahí de 1.000 personas que no se saben dónde están a nivel nacional. Acá en Biobío deben ser unos 100 desaparecidos".
Futuro de chile y el arrepentimiento
"Leía declaraciones de los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei-Ruiz Tagle, que hablaban del futuro, lo que está bien porque Chile puede tener un futuro brillante, pero siempre y cuando los políticos aprendan la lección. Y esto lo digo responsablemente: los políticos no han aprendido nada del sufrimiento de la gente. A casi 50 años del Golpe de Estado, veo mucha soberbia, mucho ego y fuego. Falta luchar por el bienestar de Chile, pero se lucha por el bienestar de Chile reconociendo el pasado, con un arrepentimiento sincero.
No se puede repetir un golpe de Estado contra una democracia, con todos los errores que se puedan suponer del Presidente Allende en cuanto al manejo de los fundos, las expropiaciones mal hechas. Eso no lo justifica, y menos con un bombardeo a La Moneda, el símbolo de la República bombardeado por nuestra querida Fuerza Aérea. Esas cosas no se pueden olvidar. Hoy no hay un arrepentimiento de la derecha. Cuando tú escuchas al diputado (Jorge) Alessandri (UDI) justificar el Golpe, eso a mí me deprime y me duele, y creo que está equivocado ese joven. Tampoco podemos justificar un golpe contra la derecha, porque sería un contrasentido. Se debió esperar a que Allende terminara su período o que Allende llamara a ese famoso plebiscito que nunca llamó. Había que evitar un golpe que después le trajo consecuencias a la gente.
Quienes realizaron las primeras manifestaciones contra la dictadura fueron las agrupaciones de exiliados, de detenidos desaparecidos y presos políticos. Esa fue la gente más valiosa y valiente. Después aparecieron las organizaciones de los trabajadores, y muy después los políticos. Muchos de los políticos estaban exiliados, preocupados por su vida. Los más importantes fueron las propias víctimas que trataron de lograr la democracia. Cuando Lagos apunta con el dedo a Pinochet, ya había pasado mucho tiempo.
Y también estoy contra el negacionismo, porque eso dificulta el futuro de Chile. Si vamos negando o justificando lo que pasó, podemos caer el día de mañana en otro exceso".
Avances actuales en derechos humanos
"Creo que en materia de Derechos Humanos se ha avanzado. Nosotros en esa época fuimos unos aficionados y víctimas. Hoy hay institutos y cursos. De hecho, leía recién que unos 500 carabineros están tomando cursos para ajustar los protocolos. También me imagino que las escuelas militares trabajan en lo mismo. Está también el Instituto de Derechos Humanos, el Museo de la Memoria y hay un plan bestial del Gobierno para tratar de lograr el máximo de datos sobre los 1.000 detenidos desaparecidos.
Por ejemplo, acabo de ganar un juicio por Santa Bárbara. Condenaron a todos los autores a penas altas, pero no sabemos dónde están los cuerpos. Reivindicamos e indemnizamos a las víctimas, se les pagará el daño moral, se castigará a los culpables, pero las personas no aparecen, entonces todo lo que sea nuevo será importante. Y ahí toma importancia el Museo de la Memoria que se piensa construir en la Región. Fui socio fundador y el abogado que redactó los estatutos de la Corporación respectiva. Me entrevisté con el alcalde y el intendente, y hoy existe una directiva de la que no soy parte. Eso sí, los asesoro y acabo de entregarles una serie de documentos muy valiosos, dentro de los cuales hay resúmenes, fotografías, fotocopias de artículos de prensa relativos a procesos, recursos de protección a favor de dirigentes sindicales, etc.
Más allá de eso, pienso que hoy falta difusión de este tema, más educación y que la gente se respete. Nos falta más cariño y ser más cristianos, porque ya no se ve la solidaridad que tenía la gente antes. El tema de Derechos Humanos se centra también mucho en Santiago y de Biobío se sabe muy poco, no se sabe que hay casos pendientes, no se sabe de los asesinados de Laja, de la Vega Monumental, salvo sus familiares (...) Ahí está metido Álvaro Corbalán y toda la gente de la operación Alfa Carbón, y las personas no saben de eso. Yo diría que tampoco hay mucho interés. Nosotros somos los culpables por no tener mayor solidaridad, pero hay que considerar que Chile ha cambiado, porque Pinochet nos cambió el switch, y la vida también está difícil (...) También decir que me tocó alegar el caso del general Contreras, cuyo recurso de protección se ganó por dos votos a uno, es decir, se rechazó y gracias a la Corte de Concepción el general Contreras ingresó a Punta Peuco, y eso no se nombra en ninguna parte, se ignora lo que se hace en regiones.
Sí creo que en estos momentos los Derechos Humanos se respetan en gran medida. Como hay más cultura, la gente tiene más compenetración de su derechos. Se ha avanzado en materia de protección de la mujer, ahí hay un avance clarísimo. Eso sí, falta más preparación para las policías, pero eso se estaría remediando con estos cursos que están realizando. Veo con optimismo que se proyectan cosas para mejorar. El problema grande es la división latente que hay, y no veo cómo poder eliminar esos enfrentamientos y odios. Pienso que eso se puede conseguir a través de la justicia. Si realmente la justicia cumple su papel, reivindica a la gente y aplica las condenas correspondientes, habrá al menos un respiro".
Los próximos años de montiel
"Hoy sigo activo. Alguien una vez me dijo 'usted no se cansa nunca', pero yo le dije que no me dejan cansarme, porque están los juicios activos y tengo mandatos pendientes, como los casos de Laja, Vega Monumental, Víctor Hugo Huerta 0 Arinda Ojeda. El proceso es lento y yo estaré hasta que me muera. Obligado por la realidad tecnológica tuve que contratar a Patricio Robles, que es mi socio, y no puedo dejar de mencionar que en mi actuación en Codepu tuve la gran colaboración de Carlos Cabrera, mi gran amigo abogado.
Dicho todo esto, puedo decir que mi vida la resumo tal como dice León Gieco: Sólo le pido a Dios que el dolor no me sea indiferente, que la reseca muerte no me encuentre, vacía y sola sin haber hecho lo suficiente".