Proyectan lenta recuperación de la fauna silvestre afectada en la emergencia forestal
Tras finalizar el proceso integral de rehabilitación física y conductual, algunos ejemplares huérfanos podrían ser liberados en grupos para aumentar su expectativa de sobrevivencia.
Los incendios forestales que ha enfrentado la zona centro sur del país obligaron a diversas especies silvestres a huir de los ecosistemas que habitaban, desorientados por el humo, el fuego y la destrucción. Algunas, como pumas, zorros y pudúes, han logrado escapar con secuelas de diversa consideración. No obstante, se estima que millones de ejemplares han fallecido, entre ellos reptiles, anfibios y roedores, cuya movilidad es baja. Asimismo, se proyecta que el proceso de recuperación ecosistémica podría extenderse durante años, considerando que este será multidisciplinario.
Ante esta emergencia, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) reforzó el trabajo junto a distintos centros para el tratamiento de la fauna afectada. Entre estos, el Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Concepción (UdeC), que ha recibido 55 ejemplares de Ñuble y Biobío, y el Centro de Rehabilitación Ñacurutú, con alrededor de 20, entre mamíferos y aves del Biobío.
Entre sus principales afectaciones se contemplan quemaduras externas e intoxicación por humo. Paula Aravena, médico veterinario y directora del Centro de Rehabilitación y Rescate de la Universidad de Concepción, comentó que, adicionalmente, algunos presentan daño directo de humanos, como golpes, atropellos e incluso disparos.
"Tenemos un zorro que está en estado crítico y tiene ocho postones, está quemado y baleado", afirmó. Además, muchos de estos animales -güiñas, pudúes y zorros, por ejemplo- son atacados por otras especies al moverse a zonas más pobladas.
Labores veterinarias
Aunque el tiempo mínimo para tratar las quemaduras es de cuatro meses, el promedio de recuperación va desde los seis meses al año, y el tratamiento dependerá del grado y tipo de lesión. Cristian Herrera, director del centro Ñacurutú, detalló que, una vez evaluada la gravedad, "los que están más complicados quedan internados en UCI, con suero, en lugares pequeños para que se muevan poco, las curaciones se hacen bajo anestesia, y están con medicamentos todos los días".
Asimismo, la directora del centro del plantel universitario detalló que los tratamientos consideran el uso de fitoterapia local especializada para quemadura, uso de células madre para regeneración celular y antibióticos, y añadió que se está trabajando en conjunto con universidades internacionales para el diseño de prótesis en especies silvestres.
Además, indicó las condiciones específicas para su tratamiento, pues lejos de su ambiente habitual suelen estresarse fácilmente. "El manejo clínico como el entorno son diferentes. Debe haber condiciones de baja luminosidad, actuar en silencio, con rapidez y dejarlos en recintos separados", sostuvo.
Proceso de liberación
Aunque el proceso de rehabilitación será extenso, en el Centro de Rehabilitación de la UdeC ya se está trabajando en la formación de pequeños núcleos familiares en determinadas especies huérfanas, que a futuro podrían ser liberadas en conjunto y así aumentar su expectativa de sobrevivencia. "Tenemos que llevarlos a que se comporten como si estuvieran en la vida libre. Una vez que lo superen ya podemos pensar recién en liberarlos", afirmó.
Algunas de estas especies cumplen un rol fundamental en el proceso de reforestación. "Ellos mantienen el equilibrio frente al cambio climático global, por lo tanto son clave. Un monito del monte es capaz de llevar vegetación nativa, incluso dentro de las plantaciones forestales, eso los hizo susceptibles a los incendios", explicó la veterinaria.
El director del centro Ñacurutú señaló que al quemarse la flora que sustenta a los animales se complejiza el proceso de liberación en dichas zonas, rompiéndose el equilibrio ecosistémico. "Pueden pasar años para recuperar alguna población y que existan las condiciones para que pueda retornar", dijo.
En ese sentido, la veterinaria llamó a la población a plantar vegetaciones con flores en sus casas, acción que ayudará a la supervivencia de las aves migratorias en otoño, como los colibríes, e indicó tres acciones primordiales ante un encuentro con un animal silvestre herido: actuar "en silencio, en oscuridad y con rapidez", y trasladarlo a un centro de rehabilitación o comunicarse con el SAG lo antes posible.
"Viene todo un trabajo más detallado entre médicos veterinarios, ingenieros forestales, biólogos, Conaf y SAG", aseveró la directora del centro de la UdeC, entidad que continúa realizando búsquedas en terreno para dar con ejemplares que requieran atención médica.