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"Descaradamente", segundo single de su tercer disco

Charly Benavente ahora invita a bailar

En colaboración con Cocó, el cantante araucano acompaña la canción con un videoclip que ya está disponible en YouTube, y que contó con la dirección de Francisco Arias.
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Por Nicolás Martínez Ramírez

Engaño y mentira son los ejes sobre los cuales gira "Descaradamente". Y es que el segundo adelanto del nuevo álbum de Charly Benavente habla, precisamente, de las personas que causan daño a quienes les rodean, a partir de engaños.

Nacida en el verano de 2018, la canción no fue incluida dentro de "Merkén", disco de 2020, y destaca -al igual que todo lo que será este tercer larga duración- por su carácter bailable.

Grabada en los estudios de BlackVitamina en Santiago, el corte cuenta con la colaboración de Cocó, quien también es el productor del álbum junto a Nico Parra y Carlos Contreras.

"Este disco lo vengo preparando hace dos años. En mayo de 2021, empezamos a maquetear, estuvimos un año entero en eso. El año pasado ya grabamos, y hemos grabado muchas cosas desordenadas que -luego- hemos ido juntando. Las voces, que fueron lo último de la canción, son de noviembre", recordó.

Esto, ya que el músico araucano busca darle un papel relevante a las voces en este álbum, por lo menos tres meses antes de que salga cada uno de los sencillos.

"Logras tener una maduración más concreta a las líneas melódicas, cómo hay que cantarla. 'Descaradamente' es un tema que canto muy diferente a como siempre lo hago, que son con mucha voz de pecho y apretadas, aquí estoy casi susurrando. Eso ha sido gracias al tiempo que hemos madurado la canción", resumió el músico que estuvo en "The Voice" 2015.

También un clip

Registrado hace tres domingos, el videoclip que acompaña la canción -ya disponible en YouTube- fue dirigido por Francisco Arias y producido por Gato Bomba.

"Lo grabamos de noche, porque necesitábamos que el centro de Concepción estuviera vacío. Partimos a las cinco de la tarde, grabando mis escenas en estudio, y tipo ocho de la noche, empezamos a recorrer la ciudad con todo un equipo técnico", comentó la voz de "Caminando".

La performance del video, a cargo de la bailarina Olivia Cornejo, significa la primera incursión del músico en esta disciplina.

"Nunca había metido la danza y este disco entero viene cargado al baile. Era irrisorio no meter eso, había que hacer el cruce con la danza. Fue muy bonito, estuvimos hasta las tres de la mañana grabando", argumentó.

Solo baile

El sencillo se suma a "Karma" como adelantos de lo que será el tercer largaduración del músico, que llegará a tres años del último.

Todavía sin nombre, el hilo conductor de este trabajo será el baile, ya que está fuertemente influenciado por sonoridades de la música disco y el funk, invitando así a bailar de principio a fin.

Con ocho temas, con posibilidades de incluir uno más, la producción está marcada netamanete como pop. "Busca ser bailable, movido. Dejar atrás la experimentación de 'Merkén', metiéndome en boleros y samba. Irme de frentón al pop, pensando en los dos álbumes anteriores, que son muy diferentes entre sí. Con éste quiero seguir una línea de música pop y casarme, por lo menos, por unos tres discos más", dijo.

Lo anterior, señaló Benavante, porque sentía que hacer uno experimental otra vez llevaría a que los fanáticos no tuvieran claridad de quién era. "Qué es este proyecto y qué música hace. Siento la necesidad de un sonido que no es ajeno, que me gusta y me es cómodo cantarlo. Ahora podré soltar guitarra y ponerme a bailar, tener una faceta más de showman. Hay muchos planes con la performance en vivo", señaló.

La idea, aseguró, es trabajar con un coreógrafo(a) para aprender cómo moverse en el escenario, dependiendo del tema, para hacer un show más completo.

Benavente pretende lanzar laplaca en noviembre o diciembre de este año, de no ser así, la fecha sería marzo o abril de 2024 como mes tope. "Con este lanzamiento en febrero, la idea es seguir lanzando singles cada dos meses".

- Desde lo sonoro, aborda música disco y funk, pero ¿adónde va?

- Hay harto instrumentos que no había usado antes como violines, en un tema anterior "Arauco", hay, pero no cómo lo hago ahora haciendo referencia directamente -por ejemplo- a Bee Gees y la música disco. En otras canciones hay un saxo, quiero usar un clarinete, hacer música pop ocupando elementos de la sinfónica, con esa fuerza que agarra un cuarteto de cuerdas o bronces. En las letras, este trabajo invita a bailar, aunque yo no lo hago. Me cuesta mucho moverme, me da pavor entrar a una posta de baile. Esto es una terapia.

Comentario de Cine

"La Ballena": El Oscar está fijo para Brendan Fraser

Festival Cinelebu dio un título esperado en la cartelera, y que vieron ayer unas 700 personas. Llega a cines el 2 de marzo.
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Por Sebastián Grant Del Río

No son muchas las películas interesantes en torno a la desgracia y soledad humana como tema fundante de una historia límite y borde. De ese relato que avanza y que, a partir de cierta lógica narrativa, debe ser más interesante. Es decir, tener los argumentos para que la trama capte la atención del espectador.

Ciertamente, "La Ballena", el más reciente título del director norteamericano Darren Aronofsky cabe en este grupo.

Acá, a partir de una película de "de cámara", con una casa como locación y un personaje -un profesor de escritura- que sufre de obesidad mórbida gatillada por una depresión, a raíz de la muerte de su pareja, su alumno en el pasado académico.

Brendan Fraser es el actor que interpreta a Charlie, este profesor de (auto)condición terminal, que vive sus días en los límites del propio físico, encerrado en el living de su casa. Desde este lugar, oscuro y sucio, este hombre de mediana edad se dedica a dictar clases online frente a una audiencia de cámaras encendidas, menos la suya.

Simplemente, no quiere revelarse al resto, en un círculo vicioso donde pareciera que nadie buscara la sinceridad, el mostrarse y ser como tal. Como acostumbra el cine de Aronofsky, sus personajes guardan y se "protegen" en apariencias que no son tales y que terminan por romper ese pacto.

El giro esperado

En ese contexto y en el devenir de los minutos, es que en esta propuesta basada en la obra de Samuel S. Hunter (también escribe el guion) van a apareciendo en escena una serie de personajes, también bordes en su condición.

Frente a Charly (y nosotros) desfilan un joven predicador, la hermana adoptiva de su fallecido novio, su ex mujer, un repartidor de pizzas -metáfora constante de la comida chatarra- y su hija, Ellie.

Todas personas atrapadas en sus propios miedos y frustraciones, y que se han inventado una vida "mejor", aparentemente.

Sin embargo, es en Ellie, una adolescente de 16 años, su alejada y rebelde hija, donde Charlie quisiera buscar la redención, el perdón y el giro para realizar el único acto bueno en su vida, según sus palabras.

Si lo logra o no, no es lo relevante, porque para Darren Aronofsky la esencia está en los matices de sus personajes ("Madre", "El luchador" o "Cisne Negro") y cómo estos van cayendo en un pozo sin fondo, sin vuelta atrás y sin remedio.

Y aunque "La ballena", título inspirado en la novela de Herman Melville, "Moby Dick" (1851), propone distancia, rechazo y emoción; es una película que funciona mejor en su primera parte.

Los primeros 60 minutos de estas casi dos horas, son lo que más se acercan a esa obra en torno a la desgracia y soledad.

La misma que en los próximos 52 minutos cae en esa justificación innecesaria de los actos y de ese hacer humano que tan bien planteara David Lynch en "El hombre Elefante" (1980) o Luchino Visconti en "Muerte en Venecia", en 1971.

Dos películas que vienen al caso, contando historias de seres al límite de sus propias soledades y deseos de aceptación desesperada por el otro y los otros.

También dos obras que emocionan desde la distancia, de aquella vereda del frente donde el espectador toma las decisiones, a partir del actuar y avance de los personajes.

En este caso, Aronofsky concede en "La Ballena" un poco más, involucrando al espectador en un relato que emociona y golpea incluso, por una necesidad hasta obiva en su planteamiento.

Prefiere tomarlo de la mano (al espectador) y llevarlo por sensaciones, hechos y encuadres de un hombre sin atributos -o eso parece- desde diálogos, trayectos y actuaciones listas para ganar el Oscar. Por lo demás, merecido para Brendan Fraser con toda la emoción que ya veremos el próximo 12 de marzo.

La película funciona bien en su primera parte, develando a media luz un misterio que, finalmente, concede mucho y toma de la mano al espectador.