Terremoto: Al Asad rompe el silencio con crítica a Occidente
Mandatario dijo que solo ven el lado "político" y no humanitario tras la catástrofe que ya deja más de 22.300 personas muertas en Turquía y Siria.
El presidente sirio, Bachar al Asad, cargó ayer contra Occidente por "politizar" la situación en Siria, en medio del debate sobre el impacto de sus sanciones en la ayuda para los afectados por el terremoto, que a su vez sigue llegando con cuentagotas a las áreas opositoras.
Al Asad rompió el silencio que mantenía desde el sismo del pasado lunes durante una visita a las áreas afectadas en Alepo, donde acusó a los países occidentales de tener en cuenta solamente el lado "político" de la situación en Siria y de ignorar el aspecto "humano".
En los últimos días, su Gobierno denunció en varias ocasiones que el envío de asistencia humanitaria tras los sismos se está viendo obstaculizado por la miríada de sanciones internacionales que pesan sobre Damasco, muchas de ellas en vigor desde hace más de una década y otras impuestas de forma más reciente.
Desde la brutal represión de las revueltas populares iniciadas contra Al Asad en 2011, Estados Unidos, la Unión Europa y varios otros países han impuesto castigos económicos y restricciones al presidente sirio y su entorno, acusados de corrupción o violaciones de los derechos humanos.
Debate sobre sanciones
Muchos expertos coinciden en que, como ocurre en otros lugares, algunas de estas medidas van en detrimento de la población siria y además tienen efectos limitados sobre la cúpula del país, que lleva aferrada al poder más de medio siglo, contando los mandatos de Hafez al Asad y su hijo, Bachar.
En lo que algunos interpretan como una admisión de su impacto indirecto en los civiles, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció ayer que permitirá durante 180 días todas las transacciones a Siria relacionadas con la respuesta a la tragedia, de forma que las sanciones no entorpezcan el envío de ayuda.
Hasta el momento, han llegado a las zonas controladas por Damasco más de 40 aviones con asistencia humanitaria procedentes sobre todo de países aliados o neutrales, mientras que naciones sin lazos con Siria como Francia han hecho hincapié en que su ayuda será enviada a ONG, entre otros modos de sortear al Gobierno de Al Asad.
La Comisión Europea, por su parte, ha negado que las sanciones comunitarias afecten a los envíos para las víctimas de los sismos y ha activado el Mecanismo de Protección Civil de la UE para facilitar la respuesta a la catástrofe en el país árabe.
Para Occidente, "el sentimiento humano no existe ahora ni existió en el pasado; no lo hubo durante la colonización moderna ni antes, pues la colonización desde hace 600 años se basa en matar, robar y saquear a los pueblos", recriminó Al Asad tras visitar a sobrevivientes en un hospital.
En un intento de desmarcarse de ese preciso reproche, el Consejo de Ministros sirio autorizó el envío de ayuda humanitaria a las zonas del noroeste del país en manos de la oposición, las más golpeadas por la tragedia y que apenas han recibido suministros desde el exterior.
áreas rebeldes, solas
En cinco días, las zonas rebeldes de las provincias de Idlib y Alepo, accesibles únicamente desde el otro lado de la frontera turca o pasando por áreas sirias en manos de otros actores, solo han recibido dos convoyes de la ONU, uno el jueves y otro ayer, cargados principalmente de tiendas de campaña o ropa de abrigo.
Los Cascos Blancos, un grupo de 3.000 rescatistas que lidera las labores de búsqueda en esas regiones, denunciaron que todavía no han recibido materiales de la ONU para sus operaciones y alertaron de que a estas alturas "ninguna" asistencia ayudará ya a salvar vidas. Sin embargo, la ONU pidió ayer un alto al fuego "inmediato".