"El gobierno anterior nunca puso un peso para el proyecto Parque Científico"
En el primer año de su segundo periodo al frente del centenario plantel, aborda los desafíos internos y contingencias. "No existe forma de que postule a otro periodo", anticipa, junto con cuestionar las críticas a su gestión.
El físico Carlos Saavedra Rubilar (59) reconoce que dedicó varias semanas a reflexionar sobre si era idóneo o no postular en las tres ocasiones que buscó llegar a la rectoría de la Universidad de Concepción, cargo que ostenta desde mayo de 2018 y que sostendrá hasta 2026.
"En todo momento se realiza una evaluación de la labor realizada, del aporte a la institución y eso consolida las decisiones para una nueva etapa. Percibir el apoyo de muchas personas que al inicio no estaban en el proyecto, ver como se amplió la base de apoyo de forma genuina y desinteresada, fue estimulante y permitió resolver esta decisión en forma favorable a la postulación", dice en entrevista con este medio.
Respecto a su primer periodo frente a la centenaria casa de estudios, que reúne a 25 mil alumnos y que lidera una de las corporaciones empresariales más influyentes del sur del país, apunta a que, junto a las dificultades de los últimos años, "es muy fácil generar crítica sin mayor costo a un momento duro para toda la población, sobre todo considerando que hay un agotamiento en términos de salud mental por periodos largos de encierro e incertidumbre en lo personal y colectivo. Tener continuidad en este proyecto nos resulta tremendamente gratificante".
-¿Serán solo dos periodos los que usted guíe a la UdeC? ¿Descarta volver a postular en 2026?
-Absolutamente. No existe forma de que postule a otro periodo como rector de la UdeC.
Desafíos institucionales
Carlos Saavedra indica que son tres procesos centrales que determinarán el devenir institucional en el corto plazo: la reforma de estatutos, la reacreditación institucional y la certificación en igualdad de género con del programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.
Sobre la reforma estatutaria cuenta que se ha sistematizado una serie de opiniones recabadas al interior de la comunidad universitaria para elaborar un documento de propuesta -entre ellas la de los exrectores Parra y Lavanchy- y que "el proceso se inició formalmente en marzo de 2021, sin embargo, ya estaba señalado en nuestro programa de rectoría en 2018".
Respecto al proceso de reacreditación institucional, que tendrá su resultado final en noviembre del próximo año y donde defienden los siete años conseguidos en 2016 -primera universidad regional certificada por la CNA con el mayor estándar-, apunta a que "estos procesos no tienen asegurado un resultado, pero lo que se evalúa y tenemos confianza en el resultado, son básicamente los mecanismos de aseguramiento de calidad interno que tienen las instituciones (...) Hemos trabajado con la CNA porque nos corresponderá un hecho inédito, al tener que informar nuestro proceso de autoevaluación en base a las nuevas dimensiones de acreditación que entrarán en vigencia en octubre, pero debemos informar el equivalente en estándares y criterios respecto a las dimensiones antiguas".
Distritos de innovación
La semana pasada, la casa de estudios presentó el proyecto FIC financiado por el Gobierno Regional "Distrito de Innovación Región del Biobío", iniciativa que tomará la posta del Parque Científico y Tecnológico (Pacyt) que el gobernador Rodrigo Díaz calificó como "muerto hace dos o tres años".
"El Pacyt tenía deficiencias estructurales mayores, y no es menester de esta conversación profundizarlas, que lo hicieron inviable a pesar de todos nuestros esfuerzos por desarrollarlo. Lo que hemos hecho, en forma responsable como institución, es buscar alternativas de implementación del concepto original de contribuir a la generación de valor a partir del conocimiento que genere innovación disruptiva, no de la forma del proyecto", dice.
Sobre el Distrito de Innovación, indica que "lo estamos trabajando junto al Gobierno Regional y en el próximo tiempo decidiremos junto a los socios de la Corporación el giro que daremos para evolucionar a una propuesta que consensuemos con el Gore. ¿Se diluyó el proyecto? No, creció y hoy un proyecto acotado en una ciudad en términos conceptuales, esperamos que esté presente en Concepción, Chillán y Los Ángeles como dinamizador de las economías locales donde podamos ser polos de atracción de talento para industrias diversas, con privados interesados en el quehacer planteado".
-¿Qué ocurrirá con el financiamiento del proyecto, que supera los $15 mil millones y con la situación del directorio Pacyt?
-Lo abordaremos junto al Gobierno Regional en la Corporación, pero podemos adelantar que hay un cambio conceptual y todavía debemos afinar detalles, pero hay un trabajo colaborativo con el Gobierno Regional.
En la práctica, durante el gobierno anterior y con los intendentes interiores, nunca estuvo disponible el dinero comprometido para llevar adelante el proyecto, sino estaríamos en condiciones diferentes. El gobierno anterior nunca puso un peso para el proyecto, más allá de la formalidad de iniciar algunas actividades. No se pagaron ni las cuotas sociales, entonces el tema son los compromisos de la gente cuando tienen los cargos y responsabilidades.
Comunicación y gestión
En las últimas semanas, la Universidad de Concepción ha estado presente en la agenda pública por una serie de hechos de violencia que se han conocido y la demanda de mayor coordinación a nivel policial en el campus penquista.
Sobre esto, el rector Saavedra puntualiza que "es un problema de la sociedad, entonces no es un tema que pueda resolver la universidad aislada. Planteamos enfrentar esta situación en términos comunitarios", y recuerda que los patrullajes policiales requeridos se solicitaron formalmente desde 2020, por lo que los avances logrados, apunta, "no son algo nuevo".
Junto con describir algunos hechos que han ocurrido en el campus para ejemplificar la dificultad policial para actuar -"uno de los hechos que se conoció tuvo que llegar Carabineros al lugar y no se pudo detener a la persona involucrada porque tenía un arma de juguete. ¿Cómo discriminamos la amenaza real con estos hechos que ocurren con armas de juguete?"-, la autoridad desliza una primera crítica a como ha sido el abordaje de estos hechos.
"Como comunidad, quisiéramos que también se cuenten los hechos positivos. Pocos días antes de estos videos tuvimos una actividad con más de 20 mil personas en el campus donde los asistentes se preocuparon de su basura, y no hubo residuos como cuando hay toneladas de basura en eventos masivos. Y no hubo ningún interés en mostrar esa actividad", reclama junto con acusar que "llama la atención que este tipo de hechos se difundan muy cerca de los resultados de las postulaciones a las casas de estudios. No puedo indicar que exista una relación de causalidad, pero es llamativo que ocurra esta difusión".
-Quedó la sensación de que la situación de seguridad se instaló con más fuerza en la opinión pública al momento en que usted indicó que el campus podría cerrarse. ¿Qué quiso decir en esas declaraciones? ¿Es una medida que está sobre la mesa hoy?
-Eso fue posterior. Lo que dije, y vuelvo a repetirlo, es que no podemos descartar medidas que resguarden a nuestra comunidad y quienes nos visitan, en el caso de que no logremos una solución satisfactoria a este tipo de problemas. De hecho, renunciaríamos a nuestra función, a la debida diligencia en el cuidado del patrimonio institucional y de nuestra comunidad. ¿Podemos descartar alguna medida? Por supuesto que no, pero no hemos anunciado más que esto.
La pregunta fue si considerábamos cerrar el campus o no, como siempre buscando algún titular, y lo que respondí fue simplemente eso: no podemos descartar ningún tipo de medida si el escenario no cambia.
-¿Cree usted que hay una deficiencia a la hora de la gestión de crisis y manejo comunicacional de la universidad en esta situación o en otras como el caso Interferón o el permiso otorgado a la exconvencional Amaya Álvez?
-Más que explotar en la opinión pública, a veces hay un abuso en el abordaje de estas situaciones con diferentes intereses. El permiso a la exconvencional Álvez estaba dentro de las atribuciones del rector y lo que ocurrió fue que simplemente no se siguió el procedimiento interno.
La pregunta es si eso ocurriría con cualquier otro profesor o profesora de la universidad, y eso no ocurre. Es simplemente el buscar elementos que terminan resultando discriminatorios en el quehacer institucional.
-¿Por qué cree que ocurre eso?
-Me gustaría que esas personas y esos medios estuviesen preocupados en términos integrales de la universidad.
Por ejemplo, yo veo la generosidad en el equipo de la Facultad de Ciencias Biológicas en abordar la preocupación para encontrar una alternativa al flagelo del covid en marzo de 2020. En ese momento no sabíamos nada, y el intendente de la época (Sergio Giacaman) nos invitó a explicar el proyecto, se comprometió a buscar financiamiento y sin embargo fue incapaz de obtenerlo a nivel regional o central. Esa incapacidad lleva a los investigadores y equipos a buscar alternativas de financiamiento, porque entendían que contribuían; desarrollamos 150 convenios referentes al covid, pero nadie se preocupó de las otras 149 acciones.
¿Podemos equivocarnos o cometer algún tipo de error o faltas parciales? Por supuesto.
-¿Considera usted que esto ocurre también tanto por la polarización que existe en la sociedad y trasciende al interior del campus, como también por la decisión institucional de unificar las comunicaciones internas y externas como casa de estudios?
-Podría tener algún asidero lo que me pregunta, pero lo relevante es en qué invierten el tiempo las personas que tienen discrepancias legítimas con un cierto periodo de administración.