El giro turístico de la Región del Biobío a partir de sus caletas
Vinos de Ñuble y Biobío, ballenas, cenas por tiempos, paquetes turísticos con gastronomía y paseos son parte de las líneas que tres caletas de la zona han asumido para potenciar la llegada de visitantes.
nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
Tomé y Dichato son, sin lugar a dudas, los destinos turísticos costeros más demandados de la Región del Biobío. Sus limpias aguas, el calor del verano y la rica gastronomía presente en sus alrededores hacen que sean la opción número uno de los veraneantes. Hay, sin embargo, otros sectores tradicionales, aunque de un perfil más bajo, que buscan abrirse paso de cara a esta época estival. Desde el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) lo saben y apuestan por promover acciones que incentiven las visitas, más aún en un contexto sin restricciones sanitarias. El trabajo se concentra en sectores como Tumbes, Lenga o Chome, lugares en los que hoy se impulsan iniciativas asociadas a la innovación en turismo. Sin un gran presupuesto, actores que habitan estas caletas apuestan por liderar la vanguardia y empujar así una reactivación que trascienda a lo largo del territorio.
Carolina Godoy, directora (s) del Sernatur Biobío, comenta que las acciones se relacionan más bien a trabajos de difusión en estos destinos que, en su mayoría, se caracterizan por tener una oferta gastronómica marina importante. En el caso de Chome, caleta emplazada en la comuna de Hualpén, las tareas se inclinan hacia la labor de una empresaria turística que posee un tour operador para realizar paseos náuticos y trekking, a través de lo cual se realza la fauna del lugar, así como el avistamiento de ballenas. "La gente no se imagina que a 30 minutos del centro de Concepción se puede llegar a un Santuario de la Naturaleza y avistar ballenas, y eso fortalece también la economía local de la caleta, pues hay mucha gente que se está instalando con puestos", precisa Godoy.
Agrega que la zona costera de la Región tiene un potencial enorme y que por eso la idea es trabajar todos los productos con el Gobierno Regional, los municipios y los operadores turísticos, independiente del tamaño que puedan tener las comunidades, pero desde una mirada sustentable e integral para acomodarse a la capacidad de carga turística que cada una tiene.
Reinversión gastronómica
Desde Chome, Lenga y Tumbes plantean que varias de sus estrategias son nuevas y que responden a este nuevo ciclo pospandémico, pues había que recuperar el público perdido de alguna manera, según recalcan. Hay otras estrategias que son esencialmente innovadoras, aunque se circunscriben en un ambiente más tradicional y de bajo presupuesto. Son, en suma, ideas que siempre han estado a mano pero que hasta la fecha pasaban inadvertidas o, simplemente, no querían ser empujadas por sus protagonistas.
En Tumbes, caleta ubicada a 12 kilómetros de Talcahuano, parte de los locatarios dicen que en general hay un ánimo por mantener el funcionamiento tradicional y separado, sin estrategias mancomunadas, a fin de mantener la clientela que siempre les llega. Sin embargo, plantean también que hay algunos empresarios de la zona que sí se la juegan por innovar y dar un giro que permita atraer a un nuevo público. Uno de los ejemplos más destacables es el restaurante Punta Norte, recinto que desde hace un tiempo ha sumado noches de jazz, cenas con chefs invitados de Concepción, turismo de negocios, cenas por tiempos, además de potenciar los maridajes y vinos provenientes del Valle del Itata y la Región del Biobío, en un claro rol asociativo.
"Estamos con un paquete atractivo, porque queremos sacar provecho a los productos de la zona, incluyendo los vinos locales, y esa mirada no todos la tienen (…) Nosotros hemos innovado, pero en forma lógica, porque son cosas que ya se han visto en otras partes, pero que finalmente pudimos llevar a la caleta. Este es solo un local tradicional, pequeño o boutique que trata de hacer bien las cosas y dar una experiencia", precisan desde el restaurante que cuenta con unos 15 colaboradores.
A diferencia de Tumbes, en la caleta hualpenina de Lenga cuentan que sí han logrado formular una acción asociativa. Desde hace algunos meses los emprendedores gastronómicos y los pescadores del lugar idearon paquetes turísticos que buscan incluir comidas para los turistas y viajes en botes hacia la playa de Ramuntcho. "Hasta el momento nos ha ido bien porque hemos tenido bastante público. Esperamos un buen verano", cuenta Sonia Rodríguez, vicepresidenta del Comité de Desarrollo Gastronómica de Caleta Lenga, quien agrega que todo surgió este año por las mermas que trajo consigo la pandemia por covid-19 y el auge del comercio ambulante ilegal.
Según la dirigente, el objetivo es reinventarse para que el público que han tenido por 30 años siga yendo hacia esta área turística. A la fecha, destaca los paseos por orilla de costa con adultos mayores y escolares que se efectúan gracias a cinco botes, además de algunas embarcaciones de la caleta vecina de Chome. Estos paquetes se pueden reservar a través de redes sociales de los emprendedores de la caleta.
Avistamiento de fauna
Entre todos estos cambios, unos de los que se implementan con mayor fuerza son los paseos marinos guiados que se realizan en caleta Chome. Como adelantaban desde Sernatur Biobío, en aquella localidad trabaja una empresaria que a contar de 2014 levanta un negocio que busca realzar la fauna presente.
Fernanda Silva, fundadora de Turismo Chome Aventura, recuerda que su emprendimiento familiar comenzó aquel año con la realización de caminatas. Recién en 2018 consiguió los permisos para hacer paseos en bote, algo pionero en la caleta. La gracia de todo este esfuerzo, dice, es llevar adelante recorridos que permitan a los visitantes conocer la fauna marina que habita las aguas del Biobío.
"Queremos que la gente conozca lo que es la caleta y fomentar su historia, pero a la vez hacer que las personas valoren el territorio y el lugar", precisa Silva, quien este año fue galardonada con el premio Mujer Empresaria Turística.
Actualmente, tiene disponibles dos embarcaciones, una con capacidad de nueve pasajeros y otra de 20. Con ellas ha podido recorrer la costa en busca de ballenas, especies que se dejan ver con mayor fuerza entre los meses de septiembre y abril. "Esa es la temporada en que los cetáceos bajan buscando aguas más frías y alimento, y vienen con sus crías , pero ellas son las que deciden si se acercan o no", dice.
Entre las especies que han podido divisar se encuentran, por ejemplo, las ballenas Sei -que pueden acercarse hasta 30 metros de una embarcación-, pingüinos Humboldt, lobos y aves marinas, o los chungungos, también conocidos como "gatitos de mar".