"Solo hemos conocido en 40 años el sistema de AFP, pero no es lo común, es lo extremo"
La secretaria de Estado reconoce una discusión de polos en el 6% adicional de la reforma de pensiones, que espera que se apruebe en 2023. Por esto, llama a no utilizar el período de audiencias en el Congreso como "maniobra dilatoria".
Por Mauricio Ávila Cárdenas
Durmió poco esta semana la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara. Intentando alcanzar un acuerdo de reajuste para el sector público, la jornada del miércoles se extendió hasta las 3 de la mañana del jueves y ese día, temprano volvió a vérselas con lo urgente (firmar con la Anef) y lo importante (la Reforma de Pensiones).
La secretaria de Estado, administradora pública y abogada, está a cargo de una de las carteras clave del Gobierno, que revisa una de las demandas más relevantes para los chilenos: mejorar y llevar a un mínimo nivel aceptable las pensiones de miles de jubilados.
-Ministra, parece que el 6% de cotización adicional es el gran nudo para lograr avanzar en el proyecto. ¿Hay más?
-Nos debatimos entre dos temas esenciales: el convencimiento de todos los actores del mundo político de que hay que reformar el sistema de pensiones, y el segundo es cuál es el modelo de seguridad social que vamos a tener de ahora en adelante. Ahí la propuesta lo que fija como objetivo es mejorar pensiones, para lo cual se crea el seguro social, para el cual el 6% cubre un rol relevante de crear un sistema mixto, junto al pilar distributivo, que permite, entre otras cosas, cumplir con el objetivo de mejorar las pensiones de los actuales jubilados.
-Hay quienes quieren íntegro ese 6% en las cuentas de capitalización individual y el proyecto propone algo distinto. ¿Dónde se encuentran estos dos extremos?
-Diría que pocas personas están en la posición más extrema de seguir haciendo más de lo mismo que hemos hecho en estos 40 años. Son pocos los que han planteado que hay que llevar el 6% íntegro a las cuentas de capitalización individual. Además, sería un retroceso de lo que en el mismo gobierno de la derecha se propuso, que era una distribución equitativa de la nueva cotización del empleador para seguridad social. ¿Dónde nos vamos a encontrar?, esperamos que sea en algo que nos permita subir pensiones ahora. Dentro del seis por ciento un 70% va de forma lineal y matemática a la cuenta personal del trabajador. Y el 30% restante también va registrado a la cuenta del trabajador, pero va con una lógica de equidad entre quienes cotizan. Va como una cuota fija promediada entre todos los que cotizaron ese mes. Entonces, no es que la cotización adicional del empleador no tenga un destino que beneficie directamente al trabajador. Por el contrario, lo hace con un criterio distinto, de seguridad social, y la verdad es que hemos estado apostando a sumar voluntades para hace algo distinto.
-El aporte del empleador nadie lo discute.
-Sí, es una de las cosas buenas que dejaron las dos discusiones previsionales anteriores, porque cuando se planteó la primera vez el aporte, en el 2017 en el gobierno de Michelle Bachelet, fue muy complejo. Se hicieron un conjunto de vaticinios de que esto iba a ser imposible, luego se fue instalando como idea y finalmente el proyecto del Presidente Piñera ya lo recoge. Hay ya en materia de aporte del empleador un tránsito hecho que nos dice que es posible hacerlo con gradualidad para no impactar los costos laborales o reducir el empleo. Lo segundo, respecto de crear un seguro social, es donde estamos en una diferencia con algunos sectores más extremos y con otros que saben que debe haber cambios que tienen posiciones distintas, legítimas, respecto de cuál debiera ser ese porcentaje, pero nosotros esperamos sumar voluntades a esta propuesta del Ejecutivo, porque es una propuesta sólida técnicamente y que tiene atrás fundamentos concretos que permiten que podamos subir las pensiones actuales.
-¿Qué tan real es eso de que una vez aprobada la reforma, automáticamente las pensiones van a subir un 50%?
-Sí, el alza de las pensiones se va a producir por tres vías. En primer lugar, todas las personas van a tener un piso de protección social que va a ser igual a 250 mil pesos. Porque hoy tenemos una PGU que va a ser universal para toda la población en un tránsito de seis años. Todos los ciudadanos van a tener ese derecho. En segundo lugar, las personas van a tener sobre esos 250 mil la pensión que viene de lo que cotizaron. Entonces, fortalece el ahorro previsional y permite recuperar más rápidamente los desahorros que se produjeron por los retiros del 10%. Además de tener un efecto en pensiones, profundiza el ahorro macroeconómico y las posibilidades de inversión. También la persona va a tener una pensión que va a venir del seguro social y que se va a configurar con la siguiente lógica. La persona actualmente jubilada y las que se jubilen en el futuro, se les va a reconocer una UF por cada 10 años cotizados, con cargo al seguro. Todos quedan mejor que lo que están. Esta es una reforma que no está contra nadie, es para mejorar, y es ahí donde hay que hacer harta conversación política porque es un acuerdo muy urgente. Por eso este es un desafío político y cultural, no solo legislativo. Solo hemos conocido en 40 años el sistema de las AFP, es lo que tenemos internalizado, pero no es lo común. Es lo extremo. En los países de la OCDE hay capitalización individual y administradores privados, pero que conviven junto a un seguro social público.
-Pero también esto choca con la realidad del empleo informal, con trabajadores que no cotizan y que son casi un 30% de la fuerza laboral. ¿Qué pasa con ellos?
-Esta es una reforma que, en el largo plazo, se estima que va a aumentar la formalidad en el empleo en un 2%. ¿Por qué? Porque precisamente los beneficios de pensión van asociados a la formalidad. Van a ser en atención a los años cotizados. Eso es bien interesante, porque en el fondo les entrega a las personas una garantía de pensión. Por cada esfuerzo que se hace y una garantía de pensión. En segundo lugar, la reforma contempla sistemas simplificados de incorporación de independientes al sistema previsional. Tendrán un sistema simplificado para poder cotizar y que va a operar a través de un descuento de la cuenta vista o Cuenta Rut por una suma fija que va a ir creando, también, una cultura de la cotización previsional.
-El desafío de la clase política es llegar a un acuerdo.
-Cuando las personas ven que después de muchos años de esfuerzo en realidad sus pensiones son muy bajas, absolutamente insuficientes, y el sistema político no ha logrado ponerse de acuerdo en una reforma a las pensiones, creemos que eso desincentiva. Tenemos que ponernos de acuerdo, porque llega un momento en el cual la ciudadanía no entendería que no lo lográramos y tenemos la disposición de buscar un acuerdo conversándolo, porque entendemos que muchos parlamentarios pueden enriquecer este debate, pero eso requiere también la disposición de todas las partes. En ese proceso estamos.
-Usted ha criticado a las AFP, como lo dijo en la CUT, pero uno debiera asumir que las AFP tienen todo el derecho de hacer su campaña, ¿o no?
-Las AFP están haciendo su campaña porque están defendiendo su negocio, pero la perspectiva del Gobierno es poner el objetivo en los pensionados, más que en una determinada industria o grupo de presión. Por eso son lógicas distintas y algo que no se debió haber perdido nunca de vista es cómo el sistema de pensiones se crea para pagar pensiones. Creo que el principal error histórico de las AFP en esto es oponerse férreamente a cualquier tipo de cambio que podría haber generado una situación mejor para los pensionados, pero como se han opuesto persistentemente y tienen un poder económico importante, la verdad es que ha sido difícil generar cambios. Hoy llegó un momento en que ese modelo se agotó; necesitamos pasar a uno distinto y hay mayor consenso social respecto de eso, sin duda, por eso tienen una campaña que es bastante masiva y con cosas bien imprecisas, y ha sido importante el rol que juega la Superintendencia de Pensiones, como organismo autónomo, en torno a aclarar algunas afirmaciones que se han hecho. Es distinto un Seguro Social de lo que hemos conocido estos 40 años. La propiedad privada con capitalización individual va a seguir existiendo, solo que con una nueva cotización vamos a crear algo distinto, que va a complementar la capitalización. De aquí solo puede salir algo que mejore las pensiones y que nos deje en una situación distinta como sociedad y con mayor cohesión social.
Pero seguir oponiéndose férreamente a los cambios y, en este caso, por su propio interés económico, como es el caso de las AFP, es algo que al país no le resuelve el problema del sistema de pensiones y ahí es donde hay un nudo importante, pero como señalé, ese modelo está agotado.
-¿Qué no le gusta de la campaña??
-Es evidente que han promovido un debate en el cual se instalan temas que no son la centralidad de lo que hoy día requerimos, como, por ejemplo, el de la herencia, como si fuera la discusión principal de un sistema de pensiones y como si, además, mucha gente en Chile recibiera herencia. Ninguna de las dos cosas es así. Sin embargo, la propuesta de reforma se hace cargo de una inquietud ciudadana, porque la gente se preocupa de qué va a pasar con sus familias cuando ellos nos estén. Entonces, ahora va a haber renta vitalicia también con herencia. En segundo lugar, cuando dicen que no quiten la libertad de elegir, ¿quién de verdad ha podido elegir? No solo se impusieron en un contexto sin democracia, dictatorial, sino que, además, las personas han estado obligadas a estar en administradoras privadas.
-Si la reforma tributaria no se aprueba, ¿está en peligro la reforma previsional?
-Esto es igual que en un hogar: para tener gastos permanentes, se requieren ingresos que lleguen todos los meses. Por eso, la reforma tributaria fue presentada con anticipación a la previsional y va bastante más avanzada y va a estar antes. Pero, en segundo lugar, este es el componente no contributivo del sistema de pensiones que para este piso de protección social. Va a haber un primer peldaño, que son los $ 250.000, pero el aumento del Seguro Social que se va a producir con el 6% proviene de la cotización de los empleadores, por tanto, viene de una vía de financiamiento distinta que no es vía impuesto, como la PGU. La propuesta central se describe como un sistema mixto, porque tiene distintas fuentes de financiamiento, participación de actorías públicas y privadas, combinación de ahorro individual con un pilar solidario de Seguro Social. Entonces, tiene distintos elementos. Por eso también es una propuesta moderada, no lleva un extremo ni la capitalización individual que es lo que tenemos hoy día ni un reparto sin sostenibilidad.
-Ministra, las dos coaliciones que sostienen el gobierno no han estado muy de acuerdo en algunas cosas que se han discutido en el último tiempo. ¿En la reforma de pensiones están todos de acuerdo?
-En la alianza de gobierno hay una valoración muy positiva de la reforma de pensiones. Por cierto, en el debate vamos a ir recogiendo opiniones, las que pueden tener matices o complementarse con otros elementos, pero siendo un tema tan apasionado, ha sido muy bien acogida porque, entre otras cosas, se hace cargo de varios aspectos.
-Independientemente de eso, ¿hay voluntad de diálogo en la discusión legislativa o en las conversaciones que se efectúan para materializar los proyectos?
-A veces pasa que nos hacen preguntas sobre cosas que recién dijimos. Entonces, da la sensación de que no hay una escucha activa y que el punto se centra más en decir lo que se desea, como a modo de punto político a través de una pregunta, más que en escuchar una respuesta que dé cuenta de una inquietud que puede ser legítima. La reforma fue ingresada hace poco tiempo al Congreso y recién estamos terminando de presentarla. Hemos requerido de tres sesiones para finalizar la presentación inicial, porque es un proyecto amplio, contundente. Creo que igual todos tenemos incorporada la necesidad de reformar el sistema. Entonces, más temprano que tarde vamos a llegar a ese punto en el cual esperamos poder conversar para buscar el acuerdo.
-¿Se ha fijado un plazo para que se apruebe la reforma?
-Esperamos que sea dentro del próximo año. En enero se va a votar en general en la Comisión de Trabajo y, tal como en las propuestas de los dos últimos gobiernos, seguramente el Congreso abrirá un período de audiencias, pero que no puede eternizarse, porque sería incomprensible que, en vez de escuchar a la ciudadanía, esto se convierta en una maniobra dilatoria. Eso también genera desconfianza y desafección de las personas. El llamado es a la calma y la responsabilidad de quienes estamos en este tema.
-¿Ha sentido algún prejuicio, al relacionarse con empresarios o de sectores productivos, por ser del Partido Comunista?
-Al principio, sí, y sentí que había una expectativa de lo que iba pasar ahora que había, nuevamente y después de 50 años, una ministra del Trabajo comunista. Pero creo que hemos construido buenos puentes de diálogo y para eso se requiere derribar los prejuicios, y no sólo de los demás hacia los comunistas, sino que también a la inversa, de nosotros hacia los demás, y abrir un proceso de diálogo franco. Uno tiene diferencias y representa idearios distintos, pero la posibilidad de arribar a algunos puntos comunes que nos permitan avanzar tiene, a mi entender, un valor superior a cualquier atrincheramiento que alguno de los sectores pueda tener.
"Llegó un momento en que ese modelo (de las AFP) se agotó; necesitamos pasar a uno distinto y hay mayor consenso social respecto de eso, sin duda. Por eso tienen una campaña que es bastante masiva y con cosas bien imprecisas".
"En la alianza de gobierno hay una valoración muy positiva de la reforma de pensiones. Por cierto, en el debate vamos a ir recogiendo opiniones, las que pueden tener matices o complementarse con otros elementos, pero siendo un tema tan apasionado, ha sido muy bien acogida".
"Al principio, sí, y sentí que había una expectativa de lo que iba pasar ahora que había (...) una ministra del Trabajo comunista. Pero creo que hemos construido buenos puentes de diálogo y para eso se requiere derribar los prejuicios, y no sólo de los demás hacia los comunistas, sino que también a la inversa, de nosotros hacia los demás".