"Declararse como un gobierno feminista en un primer paso, el desafío es ponerlo en práctica"
En su primera visita a la Región del Biobío, la directora de SernamEG destacó la importancia de conocer la realidad territorial y el trabajo coordinado con el equipo regional del Servicio.
Para conocer la realidad de cada territorio del país y así generar cambios en los modelos y programas actuales desde una mirada regional, visitó por primera vez la Región del Biobío, Priscila Carrasco, directora del Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SernamEG), que asumió el cargo el 18 de agosto de este año.
El principal foco de su visita fue conocer a los y las funcionarias que integran el equipo de SernamEG Biobío. "Para mí siempre es importante rescatar el aprendizaje que tienen los equipos porque son ellos los que están ejecutando e implementando los programas y conocen la realidad regional", explicó la directora y agregó que "la idea es fortalecer ese trabajo y que nos conectemos con la misión del Servicio y con el sentido que tiene este, sobre todo en un gobierno que se ha comprometido en lógicas y enclaves feministas", indicó.
-¿Qué significa hablar de feminismo en este contexto?
-Hablar de feminismo no es lo opuesto a hablar de machismo, sino que significa pensarnos en una sociedad más igualitaria desde el punto de vista del ejercicio de los derechos. No es la idea que seamos iguales con los hombres, porque somos distintos y la sociedad es diversa. Lo igualitario está en la posibilidad de que ejerzamos nuestros derechos de la misma forma y de que tengamos las mismas condiciones para acceder a las oportunidades que tenemos.
-Este es el primer Gobierno de Chile en declararse como tal ¿cómo considera que han sido estos primeros nueve meses en lo referido a la materia?
-Creo que la declaratoria de ser un gobierno feminista es un primer paso, por tanto, ponerla en ejercicio implica un tremendo desafío. Hasta el momento a mí me parece que poco a poco se han ido instalando los temas, particularmente desde el Ministerio de la Mujer y la Subsecretaría que han podido ir generando proyectos de ley que van en la lógica de ir armando un paraguas necesario para luego implementar políticas con miradas desde enfoques de género.
-¿Esto significa más programas o recursos destinados a estos?
-Una cosa tiene que ver con los recursos, pero para serte sincera estamos en un momento difícil del país y a nivel mundial que repercute en nuestra economía y, efectivamente, el gasto fiscal tiene que priorizar algunos elementos. En estas primeras etapas tenemos que focalizarnos en mejorar la gestión de nuestro servicio y revisar nuestros programas para luego decidir si abrir o no más dispositivos. Uno de los ámbitos en que la política pública ha sido débil tiene que ver con la evaluación de nuestros procesos, de conocer cuáles son los resultados de los dispositivos que tenemos hoy, decir si sirven o no o si hay que hacerle mejoras y si hay que tener más, perfecto, tengamos más, pero solo si la evaluación es la correcta, porque si no es una decisión muy a tientas y hoy no nos podemos dar el lujo de hacer ese ejercicio.
-En estos cambios, ¿qué importancia tienen o tendrán las regiones?
-Nosotros tenemos el mandato de ir generando cambios en los modelos, actualizarlos, pero siempre con una mirada regional. La implementación de un programa debe ser flexible y que nos permita incorporar esa mirada a partir de las dinámicas propias de sus territorios.
-En ese sentido, ¿cuál será la bajada para la Región del Biobío?
-La Región del Biobío tiene sus particularidades y una dispersión geográfica importante. Tiene sectores rurales que son relevantes y que a veces también quedan muy atrás de los procesos porque la accesibilidad es difícil, esos son elementos que tenemos que incorporar. Miradas culturales que tienen que ver con las propias comunidades que hay en estas zonas y que es importante sumar en todos los ámbitos, tanto de violencia, autonomía y en los tipos de oficio que se pueden promover y que sean ad hoc con el desarrollo que se está realizando en la Región. En materia de derecho sexual y reproductivo también hay grandes desafíos en el mundo rural y por lo tanto nosotros como Servicio tenemos que ser capaces de flexibilizar e incorporar esa mirada.
-Este es justamente el sector más complejo en cuanto a indicadores de violencia hacia la mujer, ¿habrá un foco específico para abordar esta problemática?
-Tenemos un foco en esa línea, ya que la violencia en los espacios rurales tiene una expresión distinta, hay mucha normalización de prácticas que se consideran habituales, pero que claramente no son esperables en el ejercicio de la vulneración de los derechos. Entonces efectivamente hay que hacer un trabajo que tiene que ver con formación y sensibilización tanto con las comunidades como con los funcionarios municipales que son los espacios locales que están ahí con las mujeres y varones.