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Iniciativa financiada por el FIC-R del Gobierno Regional

Con éxito finalizó proyecto de la Universidad del Bío-Bío para mejorar la competencia tecnológica de pymes regionales

La instancia propuso revertir la ralentización experimentada por el Biobío en su productividad, otorgándole a las pymes locales nuevas herramientas técnicas para fortalecer su competitividad. Para tal efecto, se buscaron nichos de mercados, se entregaron recomendaciones de nuevas tecnologías, capacitación y apoyo para la gestión, entre otras acciones.
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Las empresas de la Región del Biobío vienen mostrando una preocupante desaceleración de su actividad en relación con otras zonas del país. Entre las causales de esta situación se pueden mencionar la falta de capital humano, un bajo grado de asociatividad y poca cooperación entre los ecosistemas productivos, entre otras razones.

Revertir esas circunstancias, con la finalidad de mejorar el desempeño de nuestra zona, impulsó la realización del proyecto "Actualización de competencias tecnológicas para pequeñas y medianas empresas Intec Pyme", iniciativa ejecutada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Bío-Bío (UBB) y financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad Regional (FIC-R) del Gobierno Regional del Biobío.

Esta instancia, la cual tuvo una duración aproximada de 30 meses, terminó recientemente sus actividades con gran éxito. Centró sus esfuerzos en empresas de pequeño y mediano tamaño de los rubros de la madera, metalmecánica, construcción y logística. El trabajo consistió en buscar nichos de mercados competitivos, entregar recomendaciones de nuevas tecnologías, capacitar y dar apoyo para la gestión y desarrollo de soluciones tecnológicas, entre otras acciones.

Francisco Ramis, director del proyecto y académico de la Facultad de Ingeniería de la UBB, señala que pese a las dificultades que la pandemia impuso para la concreción de los objetivos de la iniciativa, esta fue exitosa, formando anidamiento productivo, por ejemplo, entre aserraderos que pueden entregar partes y piezas que puedan ser ensambladas, posteriormente, para la construcción en terreno.

Por su parte, el rector de la Universidad del Bío-Bío, Benito Umaña, enfatiza que el proyecto que lideró el Dr. Ramis benefició a la pequeña y mediana industria de los sectores de la madera, construcción, metalmecánica, transporte y logística. "Se trata de áreas que históricamente han aportado de manera significativa al crecimiento y empleo regional, pero que en el último tiempo muestran signos de ralentización producto de la falta de capital humano especializado, desconocimiento de fuentes de financiamiento, falta de asociatividad y bajo nivel de cooperación y transferencia con universidades", dice.

El rector agrega que justamente a ello apuntó esta iniciativa, de tal forma que los y las beneficiarias están ahora en mejores condiciones para enfrentar los desafíos que plantean escenarios de creciente complejidad tecnológica y los mercados internacionales. "Adicionalmente, este proyecto permitió a la Universidad del Bío-Bío vincularse con organizaciones y empresas, en una relación virtuosa que no solo fortalece nuestra contribución a los territorios, sino que también enriquece el quehacer universitario", indica.

Iván Valenzuela, jefe de la División de Fomento e Industria del Gobierno Regional del Biobío, plantea que el principal sector económico de Biobío, según el Producto Interno Bruto (PIB) regional, tiene que ver con la industria manufacturera, la que ha ido perdiendo su aporte a este indicador. "Hoy contribuye en alrededor de un 20%, aproximadamente, y en años anteriores alcanzaba un 24%. La disminución tiene que ver con varios factores, entre ellos la pérdida de competitividad. Por lo tanto, ¿cómo podemos ayudar a que las pequeñas y medianas empresas ligadas a este sector manufacturero puedan optimizar la competitividad? Es entregándoles las competencias para mejorar la productividad y las competencias. Justamente, el proyecto que cerró tenía ese enfoque. Eso va a ayudar a que las empresas sigan manteniéndose en el tiempo, sigan generando ingresos para la Región del Biobío y sigan aportando empleo", afirma.

James Argo, consejero regional del Biobío, también destaca esta iniciativa, ya que, por medio del financiamiento público, además del aporte universitario, se capacita y actualiza a las pequeñas y medianas empresas de distintos rubros estratégicos para la zona. "Se permite irlos concadenando con tecnología y agregarles valor y de esa manera pensar en una región que, finalmente, potencie su industria y colabore con la productividad nacional".

Encadenamientos y capacitaciones

Francisco Ramis menciona que, como parte de las experiencias llevadas a cabo, se cuentan capacitaciones que beneficiaron a más de 200 personas, en temas como robótica, automatización, sensorización (sensores), simulación de procesos, prototipado rápido, BIM (siglas en inglés para Modelado de Información de Construcción), gestión de la información, Internet de las Cosas (IoT) y gestión de empresas, entre otras.

Otro resultado importante de la iniciativa fue la implementación de un Centro de Prototipado Rápido Digital, ideado para ayudar a las pymes en el desarrollo de proyectos de innovación, el que cuenta con equipamientos para trabajar con diferentes materiales y que está abierto al uso de externos, explica Ramis.

"A las empresas pequeñas no se les cobrará nada por utilizar las máquinas, solo el costo de los materiales, además de enseñarles a usar los equipos. Si se quiere ocupar una impresora 3D, se le enseña cómo hacerlo. Si una empresa consigue fondos Corfo y no tiene el equipamiento, los podemos asistir. Evidentemente, los que puedan pagar, se les cobrará el servicio", dice.

El director del proyecto recuerda que una de sus finalidades era generar encadenamientos productivos. Para graficar esto, Francisco Ramis da el ejemplo de producción industrializada de viviendas en la que trabajaron, en referencia a la labor que pueda hacer un aserradero junto a una metalmecánica, esta última habilitando una máquina que corta y perfora con precisión, la cual puede estar alejada de la capacidad económica de una pyme.

"Las constructoras no compran madera a los pequeños porque ellos no pueden garantizar que la tabla tenga la dimensión exacta que se solicita, para eso se necesita un equipo que corte piezas con precisión para, posteriormente, ser integradas en la construcción en terreno. Se desarrolló una máquina que permite tres tipos de cortes", explica el director de la iniciativa.

Otro ejemplo es la labor de trazabilidad que se desarrolló con camiones forestales, partiendo desde el bosque hasta llegar a la planta de celulosa. "Con la trazabilidad puedes minimizar los tiempos muertos y sabes dónde está el camión. Para eso se usó radiofrecuencia, porque el GPS no tiene señal en todas partes", dice.

Tal como se indicó antes, el proyecto ejecutó un importante número de capacitaciones en distintos ámbitos. Algunas de ellas fueron destacadas por Francisco Ramis, como la referida a BIM. "Todos los arquitectos están usando este sistema, sirve para diseñar estructuras en 3D, pero va más allá, permite trabajar en el interior de los muros, por ejemplo. Tuvo mucho éxito y vino gente de municipalidades, empresas y, por supuesto, pymes", señala.

Proyecto clave en la misión universitaria

Autoridades académicas de la Universidad del Bío-Bío también destacaron los resultados de la iniciativa. Angélica Caro, vicerrectora de Investigación y Postgrado (VRIP) de la casa de estudios superiores, alabó la instancia liderada por Ramis en directa atención a las pymes regionales, "las que se verán favorecidas con mayores herramientas tecnológicas en su desarrollo productivo, ayudándolas a superar sus brechas y haciéndolas más competitivas. El proyecto ha provisto recomendaciones para la implementación de nuevas tecnologías, ha entregado capacitación y apoyo a la gestión y desarrollo de soluciones tecnológicas. Como universidad estatal, pública y birregional, estos temas son claves en nuestra misión universitaria de vinculación con la sociedad", sostiene la autoridad académica.

Por su parte, Patricio Álvarez, decano de la Facultad de Ingeniería de la UBB, comenta que el proyecto que acaba de finalizar permitió adquirir equipamientos altamente especializados, capacitar a los académicos y alumnos, además de generar una batería de cursos, metodologías y conocimiento experto para poner al servicio de las pymes. "Estas capacidades instaladas en el Laboratorio de Sistemas Automatizados de Manufactura y el FABLAB de la Facultad de Ingeniería, nos permiten acelerar procesos de innovación, que al ser transferidos a la industria favorecen la competitividad de las regiones de Biobío y Ñuble", dice.