Estudio revela presencia de metales pesados en suelos de recintos escolares de Coronel
Entre las causas, los resultados señalan que se encuentran la actividad industrial y la emisión vehicular.
El año 2016, la Seremi de Salud de Biobío realizó un primer estudio para analizar la presencia de metales pesados en la sangre de estudiantes de distintos establecimientos educacionales de la comuna de Coronel, lo que arrojó un total de 18 niños con cifras por sobre la norma. En junio del 2019 se realizó una nueva muestra que dejó como resultado a otros 10 menores de edad en la misma situación.
Si bien se ha realizado un seguimiento a quienes presentaron exámenes con presencia por sobre la norma y que autoridades comunales apuntaron a la contaminación por la presencia de termoeléctricas en Coronel, la entidad pública de salud no llegó a una conclusión sobre qué sucedió.
Ante esta situación, el doctor Pedro Tume, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) lideró una investigación para dar respuesta a esta interrogante.
Con la colaboración de Viviana Acevedo, Núria Roca, Francesc Xavier Ferraro, Jaume Bech y Pedro Tume, el estudio denominado "Potentially toxic elements concentrations in schoolyard soils in the city of Coronel, Chile" pretende generar un punto de partida para futuras investigaciones.
Con la autorización del municipio, los investigadores tomaron muestras de suelo en 43 escuelas de Coronel que se encuentran lo más alejados posibles entre sí, para diferenciar en qué zonas hay más o menos variación. Estas se sometieron a los análisis químicos correspondientes para determinar la concentración de metales pesados.
Resultados
En los resultados se encontró que la cantidad varía según la ubicación, "en los establecimientos más cercanos a la zona de fábricas de la comuna, se encuentran mayores concentraciones respecto a los más alejados de esa área, lo que sin duda requiere más seguimiento y estar atento a si esto podría aumentar o no" indicó Tume, líder de la investigación.
El investigador menciona que también realizaron otro trabajo de suelos con muestras y datos públicos que tomó el Ministerio de Medio Ambiente, resultados a través de los cuales pudieron diferenciar terreno residencial e industrial, corroborando que en esta última hay mayores dosis.
Entre los metales encontrados, se distinguió el vanadio (V), zinc (Zn) y plomo (Pb). Este último es potencialmente peligroso y afecta principalmente a infantes, "hay trabajo en la literatura que indica que aquel menor que tiene una cantidad de este elemento en la sangre no se desarrolla corporalmente como un niño sin él, otros colegas han estudiado la relación con el coeficiente intelectual y es: a mayor plomo, menor coeficiente intelectual", advirtió el académico.
En un principio se establece que las causas para la presencia de estos elementos son la actividad industrial y la emisión vehicular, debido al gran tránsito automovilístico en la región, factores que van dejando sus rastros contaminantes.
Otros estudios
Tume destaca el vínculo entre estudios anteriores y este, tal como la investigación realizada en entretechos, "Distribution of potentially harmful elements in attic dust from the City of Coronel (Chile)" cuyo polvo concentraba cantidades más altas producto de las características del material, "el suelo de esta comuna, al igual que en Concepción o Talcahuano, es mayormente arenoso y la arena no tiene la capacidad de retener como la arcilla, el material de entretechos es más ligero y como no llueve ni llega el sol, se acumula como si fuera un archivo".
A raíz de lo mismo, en los techos se encontró arsénico (As) elemento que no fue distinguido en los suelos "hemos hecho un estudio en la población Libertad, que aún no se publica, y en una casa encontramos 52 miligramos de arsénico por kilogramo en polvo, nivel muy alto en comparación al promedio que son 20 miligramos por kilogramo, es decir, esa casa tiene más arsénico que el piso de Arica", finalizó el docente.
Para determinar la causa de estas variaciones, el equipo se encuentra analizando 60 ejemplares en polvo de entretechos de Coronel, pero más distribuidas que en la primera investigación, cuya área se definió en el centro de la ciudad.
En relación con los suelos, actualmente el equipo está tomando muestras fuera de los colegios para buscar la fuente de estos contaminantes, sin embargo, Tume indica que una perspectiva más ambiciosa seria medir los metales pesados en el material particulado, en el agua y en productos alimenticios como verduras. Con el objetivo de precisar la matriz a través de cual el niño acumula los componentes tóxicos, ya que se pueden recabar comiendo, inhalando y por contacto dérmico.
Con estos resultados, el investigador alerta la falta en materia normativa, ya que Chile aún no tiene una ley sobre la calidad de suelo, "yo le digo a mis alumnos: ustedes van a ser los que trabajen en esta norma, porque no hay, y en ese momento estos datos van a servir mucho para saber qué valores manejan".