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La humanidad se prepara para evadir el posible impacto de un asteroide en el futuro

Misión DART: un experimento de defensa planetaria único en su especie

Expertos de la Universidad de Concepción analizan los efectos del impacto de la sonda lanzada por la NASA y que busca comprobar los efectos de desviar la órbita de un asteroide.
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Por Millaray Mariqueo

La sonda DART fue lanzada el 24 noviembre de 2021 desde California en un Falcon 9 de SpaceX, de la compañía de Elon Musk y llegó al sistema de asteroides el pasado lunes para cumplir su objetivo: desviar la órbita de Didymos, que en griego significa "gemelo". Este es un cuerpo doble de 780 metros de diámetro, compuesto por el asteroide mayor y su luna de 160 metros de ancho, llamada Dimorphos ("dos formas").

"La luna es bastante más pequeña que la roca principal, entonces la idea era lanzar esta sonda a una velocidad de 23 mil kilómetros por hora hacia la luna, para ver si con este impacto lograba alterar su camino, sin saber si esta iba a salir expulsada, ser destruida o abandonar su giro, sino que Dimorphos sigue orbitando alrededor de Didymos pero con un recorrido ligeramente alterado", indicó Sandro Villanova, director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción e Investigador del Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA).

DART, que es un acrónimo de Double Asteroid Redirection Test o Prueba de Redirección de Doble Asteroide, se guió sola hacia el cuerpo celeste para impactarlo, lo que representa una nueva hazaña tecnológica. Además, tenía un satélite secundario llamado Cámara de Reconocimiento y Navegación Óptica de Didymos, o DRACO, que se desenganchó y siguió a la sonda principal por detrás para grabar toda la escena del acontecimiento, y así entregar los datos e información necesaria para estudiar el evento.

Si bien, el asteroide no pretendía cruzarse con la Tierra ni antes ni después del experimento, este se efectuó porque existen elementos pequeños que sí representan un peligro en este aspecto, "si en un futuro se descubre un asteroide que podría impactarnos, esto ayudará a saber qué tipo de proyectil podemos enviar para poder alterar su trayectoria y que no nos amenace" indicó Villanova. Para ello se estudiarán los cambios en la órbita de Dimorphos, sin embargo, pasarán unas semanas antes de tener esos resultados.

La misión es pionera en su tipo y, por lo mismo, implicó en torno a 300 y 400 millones de dólares destinados al desarrollo del satélite, 70 millones de dólares más para el lanzamiento y por último, hay presupuestado 17 millones de dólares para la fase de operaciones, lo que da una noción de los recursos humanos involucrados tanto en los pasos iniciales de concepción, diseño y desarrollo y en la etapa de operación.

Esto es parte de uno de los roles de la defensa planetaria. "Hay que entender que a pesar de que los tiempos geológicos no son como las escalas de nosotros, hay una certeza de que algún asteroide va a chocar con la Tierra. El último evento catastrófico fue el de los dinosaurios, la gran diferencia es que ellos no tenían la capacidad de hacer algo al respecto y nosotros como humanos teóricamente podríamos, esta misión es para avanzar en esa línea" mencionó Alejandro López, jefe de carrera de Ingeniería Civil Aeroespacial de la UdeC.

Quien además agregó que "nosotros no necesitamos desviar una cantidad tan grande, sobre todo si el impacto es lejos, es decir, un leve choque contra el objeto es suficiente para que haya una diferencia significativa en la trayectoria que sigue el cuerpo y este salga de la probabilidad de causar estragos en nuestro planeta".

Es una tarea de demostración tecnológica que impactó el objetivo de forma exitosa y mostró que el hombre es capaz de crear máquinas espaciales con el software adecuado para guiarse solas y llegar a su meta.

Actualmente se está trabajando en el análisis posterior, que cuenta con un gran equipo de telescopios para observar y caracterizar lo que pasa después del impacto, es decir, de cuánto fue el cambio en la trayectoria, si se dejaron cráteres en el asteroide y otros antecedentes. Con el fin de evaluar los resultados, validar la misión y mejorar los modelos computacionales, que son críticos para medir la efectividad de este método.

"Necesitamos esperar unos meses para confirmar los datos, pero si todo sale según los cálculos y efectivamente la órbita se alteró, significa que la humanidad ha dado su primer paso hacia una nueva era donde somos capaces de desviar un asteroide que sea potencialmente peligroso para la Tierra", finalizó Sandro Villanueva.

Hallan nuevo insecto que quedó atrapado en ámbar hace más 35 millones de años

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Una investigación internacional en la que participa el Departamento de Zoología de la Universidad de Granada ha permitido descubrir el Calliarcys antiquus, una especie de insecto no descrita hasta la fecha, que pertenece al orden de los efemerópteros (o efímeras).

El espécimen fue localizado por Arnold Staniczek, del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart, en una pieza de ámbar del Báltico con una antigüedad estimada de entre 35 y 47 millones de años, informó la Universidad española.

El trabajo especializado de microtomografía del catedrático de Zoología de la Universidad de Granada, Javier Alba-Tercedor, permitió obtener imágenes nítidas del insecto para su estudio y descripción.

Las plantas como las coníferas (y algunas leguminosas) se protegen exudando resina, un líquido espeso y pegajoso, como reacción a daños en la corteza.

En esa resina quedan atrapados insectos de manera frecuente, algo que ocurre desde hace millones de años, lo que ha provocado que muchos de ellos hayan quedado conservados en el interior de la resina fosilizada que se conoce como ámbar.

Según la Universidad de Granada, hay yacimientos de ámbar en diferentes partes del mundo, incluido el norte de España, pero los del Báltico son los más abundantes.

En muchos casos, explicó Alba-Tercedor, la conservación de los especímenes dentro del ámbar es excelente y la transparencia del material que los envuelve permite ver a su través y estudiarlos al microscopio con total detalle.

Pero en otras ocasiones la transparencia no es buena, al formarse zonas de opacidad que impiden estudiar ciertos detalles", y en esos casos, la microtomografía de rayos X (una técnica similar a la que se utiliza en los hospitales para estudiar los órganos de los pacientes) resulta de gran valor para estudiar los especímenes fósiles conservados en ámbar.

Cuando Arnold Staniczek, reconocido especialista de efemerópteros, observó la pieza del Báltico, esta era transparente en su totalidad, pero mostraba zonas hialinas rodeando algunas áreas, como el extremo del abdomen, justo donde se sitúa el aparato reproductor masculino (genitalia), imprescindible para caracterizar y poder distinguir unas especies de otras.

En la unidad de microtomografía del Departamento de Zoología de la Universidad de Granada, Alba-Tercedor reconstruyó la totalidad del insecto, incluidas aquellas zonas que la opacidad del ámbar impedía observar.

La participación de Roman Godunko, del Instituto de Entomología de la Academia Checa de las Ciencias, permitió identificar la especie no descrita de efemerópteros, que pertenece al género Calliarcys, cuya primera especie descrita se encuentra en la península ibérica.

El estudio se completó con un análisis de ADN de las especies actuales del género.

Opinión

El niño y la barricada

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La noticia recientemente masificada en los medios de comunicación de la presencia de un niño de cinco años en las barricadas realizadas en la comuna de Santiago, y, en consecuencia, su abordaje mediático y social, pudiesen darnos luces acerca no tan solo de la situación proteccional que viven cada día niñas, niños y jóvenes, sino también de la construcción sociocultural de las infancias que históricamente se ha sostenido en nuestro país. Lo ocurrido plantea una oportunidad para, más allá del caso puntual, analizar lo que sucede con la infancia más vulnerable, alejando generalizaciones y estigmas.

Algunos de los titulares que fue posible reconocer en los medios de comunicación dan cuenta del hecho donde un niño de 5 años se habría registrado en distintas grabaciones participando de la realización de una barricada en el centro de Santiago. Simbólicamente, el niño no tan solo está siendo víctima de la negligencia por parte de su grupo familiar de origen (no tan solo la progenitora, invisibilizando la responsabilidad de la crianza y el cuidado del progenitor), sino que mostrando deliberadamente en reiteradas ocasiones el video en las múltiples plataformas virtuales, propiciando así la construcción de discursos en torno a la historia del niño cargados de juicios personales en redes sociales y comentarios a dichos publicaciones. Muchos de esos discursos han configurado la percepción de que las conductas manifestadas por este niño se enmarcan en la "disfuncionalidad familiar, la delincuencia, y la falta de cuidados por parte de los padres y familiares del niño".

Pero esto según algunos autores no es nuevo. Esta percepción de inseguridad en el entramado social ha sido una construcción socio histórica de las infancias en nuestro país que históricamente ha estado teñida por una historia de vulneración desde el trabajo infantil en las minas de Lota como lo representaría Baldomero Lillo en su obra "Sub-terra" hasta la concepción planteada por Gabriel Salazar en "ser niño huacho en el siglo XX", donde desde el núcleo más íntimo de la sociedad se ha generado en la dinámica identitaria la percepción del niño creado y criado al margen de la protección, contención y seguridad. Esto se ha materializado a su vez en la institucionalidad, la cual recientemente producto de la presión social ejercida por las distintas investigaciones realizadas por instituciones como la Cámara de Diputados, el Observatorio para la Confianza y la Policía de Investigaciones (PDI), han dado cuenta de la necesidad urgente de cambios en la manera de garantizar el cuidado irrestricto del bien superior del niño.

Las repercusiones de esta construcción en la identidad de la infancia y juventud pueden ser variadas, desde conductas "disruptivas", o en su extremo más severo, la conformación de la personalidad en base al trauma complejo culminando en muchas ocasiones en la conducta suicida y las toxicomanías en adolescentes. Ello ha quedado de manifiesto en el informe planteado por la Subsecretaria de Redes Asistenciales en el Informe De Mortalidad Por Suicidio En Chile: 2010-2019, el que refleja que el grupo etario que presenta la mayor cantidad de defunciones fue el ubicado entre los 25 a 29 años, seguido por el grupo entre los 20 a 24 años.

Esto implica que como sociedad civil nos cuestionemos la importancia acerca del lenguaje y los discursos que construimos a partir de situaciones como la acontecida con "el niño", donde se promueva la reparación de una historia de vulnerabilidad como motor para la promoción y prevención en las infancias por venir.

Javier Molina

Psicólogo Infantil

Académico Universidad Andrés Bello