Salud mental: los flancos a cubrir en la Región para mejorar el acceso y servicio
Desde los hospitales Guillermo Grant Benavente y Las Higueras ponen sobre la mesa los ejes a trabajar. Autonomía de los servicios de salud, la escucha activa a los equipos de atención primaria, la contratación de más profesionales y la expansión de centros comunitarios asoman como las claves.
Por Nicolás Álvarez Arrau / nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
Como ningún otro tema, la salud mental adquirió una relevancia notable en los últimos tres años. El estallido social, el encierro por pandemia, la crisis económica, y probablemente la incertidumbre mundial y nacional que producen la guerra en Europa y el proceso constituyente, son gatillantes de un problema que sigue en alza, aun cuando algunos ya observan una mayor "normalidad". Por supuesto, la concientización de la gente acerca de las redes de apoyo que hay a su alrededor también es un factor que incide. En otras palabras, la salud mental dejó de estar oculta y se convirtió en un aspecto que bien vale la pena cuidar, tal como se haría con otra parte física del cuerpo.
El acceso a servicios de este tipo en la zona, sin embargo, sigue presentando obstáculos, pese a que con el tiempo los equipos se han adaptado para entregar una mejor atención, especialmente a niños, adolescentes y adultos mayores, es decir, los grupos más impactados. Desde el punto de vista privado, la gran valla está en el alto precio de las atenciones, que pueden rondar los $70 mil por persona en el caso de la psiquiatría, por ejemplo. Ahora bien, aunque la cifra puede ser inalcanzable para un ciudadano que gana solo el sueldo mínimo, hay profesionales que advierten que dicho cobro responde, naturalmente, a amplios años de dedicación y formación profesional. Dicen, además, que las cifras se han ajustado a la baja.
Desde el otro lado, en el sector público, observan este tema con la misma preocupación de los años críticos de pandemia, cuando las consultas se dispararon. De hecho, y tal como lo publicó este medio el pasado 16 de agosto, la Región del Biobío contabilizaba en 2022 sobre los 19 mil ingresos a programas públicos de salud mental, la cifra más alta desde 2014. Lo anterior se puede ver igualmente en las cifras que maneja uno de los principales recintos públicos de salud que tiene la Región: el Hospital Las Higueras. Si antes su Servicio de Urgencia atendía entre 10 y 15 personas de manera diaria, ahora son 25 ó 30 las que llegan a consultar.
"Toda la gran intercomuna de Concepción-Talcahuano, en lo que es hospital, tiene una atención bastante poco sólida. En Las Higueras tenemos turno de psiquiatra las 24 horas, lo que es una pequeña joya a nivel nacional, y eso ha ayudado a contener la sobrecarga de pacientes que no se han atendido en la atención primaria", plantea Vicente Aliste, jefe de la Unidad de Salud Mental del recinto ubicado en la ciudad puerto.
De acuerdo al facultativo, en la práctica se ha visto un progresivo aumento de consultas, escenario que genera "una gran situación de crisis" por la falta de camas de hospitalización para casos de urgencia y gravedad o derivar una vez que los pacientes se atienden en el hospital. Agrega que los programas de salud mental hoy están funcionando en mejores condiciones que la atención secundaria, que es la atención hospitalaria: "Por ejemplo, en este momento el Hospital Regional tiene una fracción de horas del día para los turnos de psiquiatría de urgencia, entre tres y cinco horas, y con esa cantidad deben tratar de dar abasto bien heroicamente".
Aunque dice que en su establecimiento están un poco mejor, reconoce que la demanda sigue siendo excesivamente alta.
Lo que se requiere
A juicio del jefe del Centro de Responsabilidad de Psiquiatría del Hospital Guillermo Grant Benavente, Gonzalo Navarrete, un buen acceso a estos servicios es algo que tiene que estar directamente aparejado a una infraestructura y un recurso humano suficientes, "necesidades que, lamentablemente, se han ido manteniendo en el tiempo".
El profesional reconoce que las autoridades han recogido el guante, sobre todo después de que las demandas asociadas a salud mental explotaran durante la pandemia. Los anuncios del gobierno en relación al posible aumento del presupuesto de salud mental, que al final del período presidencial podría llegar al 6% de las arcas totales destinadas a salud, es un elemento que trae esperanza, según dice.
Más allá de eso, Navarrete afirma que los diferentes servicios de salud deben contar con un rol más autónomo para resolver los problemas de forma directa. "En estos tiempos todavía tenemos que hacer solicitudes al Ejecutivo para implementar muchas de las necesidades que tenemos, lo que dificulta los procesos", advierte, a la vez que enfatiza la urgencia de contar con más centros comunitarios de salud mental (cosam) en la Provincia de Concepción, "porque el hecho de que falten hace que los que sí están queden con una demanda mucho mayor a la que les corresponde".
De acuerdo a Navarrete, cada cosam debiese atender a 50 mil personas, aunque a la fecha hay dispositivos locales que atienden a más de 200 mil. Por esta razón, enfatiza, "en este momento tenemos una lista de espera que no es tan grande, pero que sí dificulta para dar horas de control".
Tal como lo precisaba previamente Vicente Aliste, esta sobrecarga y falta de respuesta óptima genera una situación de precariedad general en los hospitales. Frente a esto, insiste en que la solución pasa por "poner más oreja y escuchar a los equipos de atención primaria de los consultorios para reforzar". Así, añade, lo ideal sería poner a disposición mayores recursos humanos, como psicólogos o trabajadores sociales, misma situación que se debiese adoptar en el nivel secundario y en las urgencias.
"Hay que potenciar el recurso médico en los turnos de urgencia, pero en especial el recurso no médico para trabajar en la continuidad de cuidados, a fin de que el paciente continúe de forma segura en la red y tenga atención en todos los nodos que requiera", subraya Aliste, quien cree que el actual equipo debiese incrementarse, a lo menos, al doble.
Trabajo especial del municipio penquista
Con el objeto de ayudar a cubrir la gran demanda de pacientes que requieren atención en salud mental, la Municipalidad de Concepción puso a disposición de la ciudadanía el Centro de Bienestar y Salud Mental (Cebisam), una instancia pionera que desde hace dos años busca entregar una atención virtual y gratuita a quienes necesiten resolver problemas, pero en el contexto de una videollamada. Los casos complejos son derivados a los Cesfam.
Dentro de la gama de servicios que ofrecen están el acompañamiento psicológico, la contención y orientación, la promoción y prevención de la salud mental, a través de teleconsultas y consejerías, psicoterapia, talleres online y conversatorios.
"En estos dos años hemos atendido a más de mil personas, y sobre el 40% se ha ido con alta clínica y se mejoró de su problemática inicial. Si lo comparamos con indicadores de los servicios habituales de salud mental en el sector público, no se comparan, ya que es muy baja la cantidad de altas (...) Como no tenemos que cumplir una meta al Ministerio, nuestro objetivo es que la persona se sienta mejor", sostiene Claudio Rodríguez, psicólogo y coordinador del Cebisam.
En término generales, Rodríguez recalca que en la Región la demanda es tanta que la oferta sigue siendo insuficiente. Un mayor presupuesto, a su juicio, ayudaría a mermar este drama.