Área Metropolitana y rellenos: mirada de ciudad
Blas Araneda Cea, Jefe de División de Planificación y Desarrollo Regional, Gobierno Regional del Biobío,
El Área Metropolitana de Concepción enfrenta un severo problema para disponer las más de mil 100 toneladas de basura que diariamente generamos quienes habitamos alguna de las 11 comunas que la conforman.
Desde hace un tiempo, como Gobierno Regional hemos advertido que la capacidad de los dos rellenos sanitarios que reciben estos desechos está llegando a su límite, y que las comunas de Lota y Florida deben depositar su basura en lugares más lejanos, lo cual, de no mediar acciones inmediatas y como efecto dominó, será próximamente el caso de Talcahuano y Hualpén.
Esto supone una profunda afectación a los ya muy limitados presupuestos comunales, pero más grave aún, nos sitúa al borde de una crisis con alto impacto medioambiental, sanitario y social, que amenaza con extenderse al resto de la región.
Un sinfín de razones podrían explicar cómo y por qué llegamos a este punto: falta de planificación, modelo de gestión de residuos obsoletos, escaso sentido de urgencia de empresas y entidades públicas, y un largo etcétera.
No obstante, el único camino para evitar el colapso es que trabajemos juntos y juntas y con sentido de urgencia. Las gestiones que ha liderado el Gobernador Rodrigo Díaz, y que han contado con el respaldo de las y los alcaldes que forman parte del Consejo del Área Metropolitana de Concepción, nos muestran un camino que puede conducirnos a un buen destino.
Este espacio de coordinación nos ha permitido tomar conciencia de que hay problemas de ciudad, que no pueden llevarnos a solucionados a partir de esfuerzos individuales de cada comuna. Entre otros motivos, porque los municipios tienen múltiples y complejas dimensiones y porque ninguno de los actores cuenta con todas las competencias ni los recursos necesarios para abordarlos.
Además de los municipios y del GORE, también es necesario el esfuerzo de las distintas instituciones dependientes del Gobierno Nacional. Es por este motivo que hemos visto un despliegue regional y nacional con autoridades como Subdere, Interior y Servicio de Evaluación Ambiental con dos objetivos: alertar acerca de la inminencia de la crisis y coordinar un trabajo conjunto para implementar soluciones.
Las empresas también deben actuar con responsabilidad, es decir, cumpliendo la normativa y previniendo fallas en la operación que puedan generar daños al medioambiente y a las comunidades. El piso mínimo de cada proyecto debe ser una presentación acorde a los tiempos y un cumplimiento cabal de la legislación.
Como Área Metropolitana tenemos la oportunidad de sobreponernos a la complejidad y salir fortalecidos. Así, robusteceremos un estilo de trabajo que nos permitirá abordar las complejidades de la vida en grandes ciudades, donde los problemas de unos terminan siendo, más temprano que tarde, los problemas de todos.