Con poco más de 10 mil vecinos, este barrio hunde sus raíces a fines del siglo XIX. Si bien antes vivieron algunas familias en el sector, comunicadas directamente con el río Biobío (uno de sus límites), no existía en esos tiempos una organización que le distinguiera de la ciudad de Concepción. La construcción del ramal Talcahuano-Chillán (1869-1874) fue un primer aliciente para construir en el sector. A ello se sumaron familias que decidieron migrar desde zonas rurales vecinas a esta área a borde río.
El sector surgió como un enclave de empleados de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, originalmente conocido como barrio Biobío por su cercanía al histórico curso fluvial. Su primera inundación está datada en 1899, y desde entonces en ciertos inviernos el río se desbordaba obligando a sus habitantes a construir casas-palafito y puentes de madera entre ellas. Esto se debía a que las tierras del barrio son bajas, y como el río era parte de su paisaje, los inviernos pasaban de compañero a enemigo. Estas condiciones de vida afectaban notablemente la salud de sus habitantes, por lo que a medida que avanzaba el siglo se comenzaron a exigir soluciones de parte del Estado.
Así, a fines del siglo XX la mayoría de los pedrovaldinos contaban con agua potable, electricidad, alcantarillado y pavimentación, necesidades primarias para cualquier sector urbano. Cabe destacar que desde la década de 1940 (post terremoto de 1939), además de las pocas viviendas regulares, se fueron sumando tomas de terreno, previo relleno a borde río en muchos casos, y que con el paso del tiempo pasaron a constituir parte integral del barrio. Pero el área también tuvo una impronta industrial, curtiembres "La Mochita", "Biobío"; Paños "Biobío", cervecería Keller (más tarde CCU), además de fábricas de cera, tejas, velas, cerámicos, entre otros rubros.
Originalmente, contaba con una calle central, pero hacia 1910 se crearon cuatro nuevas calzadas (Sargento Aldea, Alonso de Ercilla, Juan José Alemparte y José Manuel Balmaceda). Esta mezcla de realidades, a la cual se sumó el sector allende el cerro Caracol, con terrenos más valorizados, y donde se encuentran casas con mayor plusvalía, hicieron necesaria la existencia de organizaciones comunitarias tales como la Sociedad de SSMM y Ahorro "Pedro de Valdivia" (1912) y la Sociedad de SSMM "Protección de la Mujer" (1912) a la que décadas más tarde se sumó una junta de vecinos.
El deporte también fue parte de sus actividades, fundamentalmente clubes de fútbol, tales como el "Industrial" (1912), "Domingo A. Tapia" (1968) y el "Armando Riffo" (1939). La música, con grupos como "Los Riberanos", también forma parte de su identidad.
Ya en el siglo XXI, en la década del 2010 a través del programa "Quiero Mi Barrio", se realizó una serie de obras que embellecieron el sector con programas de pavimentación, creación de canchas multiuso y construcción de un Cesfam nuevo (2018). En definitiva, todo este esfuerzo público y vecinal dio vida a un barrio cuyos habitantes sienten como propio, están orgullosos de sus humildes orígenes y que con gran perseverancia dieron vida a uno de los sectores patrimoniales de la ciudad de Concepción, la misma que fuera fundada en 1500 por uno de sus primeros vecinos europeos: Pedro de Valdivia.