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Pese a sus logros deportivos, la chiguayantina Rocío Muñoz sigue luchando en las sombras

El duro y silente camino de la multicampeona mundial de pesa rusa para llegar a la gloria

La oriunda de Angol ha dedicado su vida al deporte y en ese recorrido ha tenido que organizar bingos o sobrecargar sus jornadas laborales para costear sus viajes. Pide un mayor compromiso público y privado.
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nicolas.alvarez@diarioelsur.cl

La pesa rusa, o también llamada kettlebell, es una bola de hierro fundido muy similar a una bala de cañón con un mango de tetera que sobresale. Fue a inicios del siglo XX que su uso comenzó a expandirse gracias a fisicoculturistas y artistas circenses. Hoy, esta misma herramienta es utilizada por una chiguayantina que ha logrado proclamarse nueve veces campeona del mundo en la especialidad, pese a la adversidad financiera que vive desde el momento en que decidió dedicarse de lleno a la práctica de la pesa rusa. La última vez que colgó el oro fue en el mundial de Kettlebell de Portugal, en junio pasado.

Rocío Muñoz Villablanca, de 33 años, es oriunda de Angol. Recuerda que toda su vida ha estado ligada al deporte. Su padre, de hecho, es un profesor normalista dedicado a la educación física que en algún momento jugó en el club de fútbol Malleco Unido, cerca de la década de los setenta. Si bien su madre es secretaria, cuenta que también es una mujer cercana al quehacer deportivo.

"Mi gran vinculación al deporte es porque tengo hiperactividad. Era el deporte o la medicación, entonces mis papás optaron por lo primero y yo hice todos los deportes que existen (...) Recuerdo que gracias a eso podía llegar a las noches y dormir", recuerda con un poco de gracia.

Así fue como en 2012 entró a estudiar Pedagogía en Educación Física a la Universidad San Sebastián, dos años después de haber conocido a su actual profesor, René Mancilla, quien la invitó a un curso de pesa rusa en San Pedro de la Paz. "Al igual que todo el mundo dije '¿qué es esto?', porque el kettlebell sport no es muy conocido. Ahí él me explicó y me dijo que podríamos practicarlo. De inmediato le dije que sí y en 2014 fuimos al sudamericano de Argentina, en Buenos Aires, en donde salí tercera y cuarta después de casi dos años de entrenamiento. Me di cuenta que era buena y seguí entrenando", relata la deportista.

A ocho años de su primer sudamericano, y ya con una basta y laureada experiencia en mundiales, Rocío Muñoz reconoce que sí se imaginó siendo campeona del mundo el día en que pisó Europa. En Italia, hace ya cinco años, obtuvo la presea de plata tras participar en una media maratón consistente en realizar la mayor cantidad de repeticiones posibles en 30 minutos, sin que la mancuerna de 20 kilos tocara el suelo y con múltiples cambios de mano.

"Mi prueba es de largo aliento, de media hora, entonces hay que mantenerse todo ese tiempo lo más enfocado posible, y esos desafíos psicológicos, más que físicos, son lo que mantienen mi encanto de subirme a la tarima. El kettlebell es como un baile, porque uno se prepara abajo, después se sube, sobrevivir media hora, volver a bajar... mi hermano me pregunta cómo puedo estar en un deporte en el que me quedo inmóvil siendo hiperactiva, pero, si bien el cuerpo está ahí, la mente está en otro lado. Por eso me he mantenido tanto tiempo en esto", afirma.

Financiamiento, un tema complejo

Desde un punto de vista romántico, cualquiera podría pensar que una persona campeona del mundo en cualquier disciplina debe vivir en el olimpo junto a los dioses del panteón griego. Para qué hablar de alguien que ha conocido nueve veces la victoria internacional. Rocío, sin embargo, comienza a trabajar a las seis y media de la mañana y termina sus quehaceres ya bien entrada la noche. Ella es profesora de educación física del Colegio Chileno-Árabe de Chiguayante, trabaja en un gimnasio y hace clases de kettlebell sport por el municipio chiguayantino.

Para poder costear la mayoría de sus viajes ha tenido que pedir ayuda directa a su familia o trabajar de sol a sol. En un momento, incluso, llegó a tener seis trabajos al mismo tiempo para poder llegar al mundial de Polonia, en 2019, en donde alcanzó dos primeros lugares. En aquel momento junto a su equipo debieron organizar un bingo.

"Mi sueño, por ejemplo, es decir 'ya, desde septiembre no trabajaré y me dedico solo a entrenar', en vista de que me van a costear todo. Después viajo, me va bien, vuelvo y me tomo un mes de descanso por lo que conlleva entrenar todos los días, y después retomo el trabajo. Sin embargo, no lo puedo hacer, porque no sé si la ayuda a la que estoy postulando va o no. Si no trabajo, además, no puedo pagar las cuentas universitarias y de la casa", lamenta.

Actualmente, ella y su equipo están a la espera de los resultados de postulación de un proyecto que les podría entregar recursos desde el Gobierno Regional. Con ellos podría participar en el próximo mundial de Bélgica que se celebrará en noviembre. La idea es viajar y poder entrenar junto a la Federación Española por tres semanas antes y después del torneo, lo que significa una gran oportunidad de crecimiento en lo profesional.

Dice que eso es algo que siempre ha soñado y que lleva una década esperando la invitación, aunque para cumplirlo necesita contar con $5,1 millones, además de los pasajes que podrían salir de las arcas de la Municipalidad de Chiguayante.

Sin duda, el tema del financiamiento siempre le ha sido un aspecto dificultoso. Por lo mismo, insiste en que las autoridades deben poner una balanza para apoyar a todos sus deportistas, aunque sea con pocas cantidades de dinero. "Falta una mejor redistribución de los recursos, porque eso posibilitará llegar a más gente, y también hay que dejar atrás esa lógica de pedir resultados para que recién se entreguen las ayudas. Eso es un poco injusto, sobre todo para quienes recién empiezan", dice.

Agrega que "hay que dar mayores oportunidades y confiar en lo que uno hace (...) Nosotros siempre vamos a tratar de dar lo mejor y ganar, y el hecho de que el deporte no sea conocido o que no se entiende no es una razón para no entregar recursos. Faltan apoyos públicos y privados".

Receta para ser campeona del mundo

¿Qué se necesita para destacar como la mejor exponente de una especialidad en el mundo? ¿Cuál es la receta? Por supuesto, ningún campeón o campeona lo será al primer día de competencia, pero la clave está en insistir, según Rocío Muñoz.

"Hay que insistir, insistir e insistir, además de involucrarse con gente positiva que diga 'dale, que pese a lo malo esto no importa', o 'vamos a hacer una rifa o un bingo para juntar plata'. El secreto es entrenar sin demostrar nada y hacer lo mejor posible cuando sí hay que demostrarlo", plantea.

Una de las cosas positivas que le ha traído su carrera es el cambio de mentalidad de los niños y niñas que conviven con ella, quienes a partir de su ejemplo se dan cuenta que sí es posible alcanzar los más altos niveles en el mundo del deporte, pese a vivir en comunas como Chiguayante, San Pedro de la Paz, Hualqui o Penco, por ejemplo, o en una zona que no necesariamente se ha destacado por ser el semillero de grandes campeones internacionales.

"Soy profesora y cuando voy al colegio los niños son súper amables. Siempre les digo que pueden lograr grandes cosas y me responden que sí, que también lo serán. Ahí uno se da cuenta que los niños hoy se creen el cuento", concluye Muñoz.