Bastián Labbé Salazar
Distrito 20 Movimientos Sociales Comisiones: -Participación popular y equidad territorial -Participación popular (coordinador) -Derechos fundamentales subcomisión N°4 -Derechos fundamentales -Forma de Estado subcomisión N°2
Es complejo realizar un análisis y una evaluación en un proceso que ha sido único y que todavía no finaliza, porque este lunes termina el proceso de la Convención Constitucional. Sin embargo, a grandes rasgos y simplificando el análisis, y llevándolo a una evaluación en concreto, diría que se hizo un buen trabajo. Se hizo una labor correcta, profesional y bajo estándares internacionales, pues tenemos una Constitución moderna para Chile, y eso es producto del trabajo de los convencionales constituyentes, dentro del cual nos incluimos como convencionales independientes, desde las luchas ambientales y desde la organización territorial, que es parte del mandato que nos dejó la ciudadanía. De hecho, el programa que realizamos y construimos colaborativamente desde la Asamblea del Distrito 20 y un sinfín de organizaciones sociales y ambientales en el Gran Concepción está cumplido en su mayoría. Si nosotros trabajamos un programa y esos elementos están incluidos en este texto que son parte de estas demandas que recogimos de los diferentes cabildos que realizamos, eso nos hace sentir que efectuamos un buen trabajo y uno correcto, y que pudimos cumplir con el mandato ciudadano y popular.
La mirada histórica es que este es el primer proceso constituyente democrático, sin armas, sin una dictadura militar y sin el control o la imposición de una élite. Por primera vez se truncan aquellas concepciones de conservar el poder y los elementos sustanciales de un sistema que, históricamente, ha generado segregación en Chile. Este es un proceso histórico, porque incluyó a las comunidades y, como nunca, a personas que no habíamos participado en la política institucional. Nosotros estamos presentes y portamos mandatos ciudadanos y populares, y de la misma forma se abrieron nuevos caminos de democracia como las iniciativas populares de norma y el trabajo en cada una de las comisiones que recogieron el avance político y social que generó el proceso de la revuelta popular. Este proceso nace de la movilización social y de demandas históricas del pueblo de Chile, y eso es lo que va a consagrar esta nueva Constitución. Eso es parte de la historia y es lo esencial en este proceso constituyente. La mirada histórica, evidentemente, la tiene que incluir de forma asertiva y de forma objetiva, entendiendo que este proceso mantiene importantes subjetividades, de cómo lo vivió cada persona en nuestra población. Y como existen subjetividades, existen también hechos concretos y materiales, y por esos hechos es que este proceso constituyente se levanta por demandas históricas y sociales que hoy se plasman en el proyecto ya finalizado.