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"Vamos por más, mucho más", dice Daniel Gómez, creador del espacio

La Bodeguita de Nicanor cumple diez años de fiesta bohemia en Concepción

El mayor anhelo de esta plaza con memoria colectiva es lograr que el país mire hacia el Biobío y no al revés.
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espectaculo@diarioelsur.cl

Además de ser un acto necesario para dar tregua al cuerpo y la mente, el rito de las fiestas populares nocturnas forma parte importante de la representación identitaria y cultural de un territorio. De eso bien sabe Daniel Gómez (43), fundador de La Bodeguita de Nicanor, emblemático local de la ciudad, que este mes celebra una década siendo una importante plaza en Concepción.

Una historia de muchos altos y bajos, aprendizajes, de ser testigo y cupido de matrimonios, miles de vasos rotos y, sobre todo, mucho cariño de la gente. Es lo que atesora con más orgullo este espacio creado por Gómez un 18 de junio de 2012, como un evento de Facebook.

"El 18 lo publiqué, y el 20, horas antes de lo indicado, estaban todos haciendo fila", recuerda el productor nacido en Talcahuano, lugar que reconoce como el origen de su amor por la música trova y folclórica.

Con el levantamiento del lugar, el también sonidista cumplió su deseo de armar un sitio donde las personas puedan divertirse pero, más que nada, crear una comunidad que goce de escuchar canciones con un mensaje significativo.

"Siento que arrastro mucho una especie de sentimiento social que nació entre las tardes de fútbol y carrete con mi papá escuchando a trovadores. Por eso mismo, cuando abrí por primera vez un local, a mi tío le molestó que pusiera salsa u otros géneros, porque no era lo que él esperaba", comenta.

Raíces

De aquella inclinación hacia ese estilo sonoro nace la inspiración para el nombre de bodeguita, "y no como lo han explicado en otros medios", advierte Gómez.

Vale recordar que la trova latinoamericana nace en Cuba, hacia1850. En dicho país, las bodegas fueron sitios claves para el desarrollo de "la libreta de abastecimiento", un sistema de racionamiento de víveres decretado por Fidel Castro en 1962, como parte de la nueva política económica de la época.

"Y lo de Nicanor, bueno, él es antitodo. Cuando generé este espacio, se escuchaba mucho reggaetón, pero había una subcultura que no quería eso. Quién mejor que aquel poeta para representar ese mensaje", explica, agregando que el documental de Buena Vista Social Club (1999) también fue uno de los elementos base para el significado de esta propuesta.

Desde esa primera noche bailable, durante tres años vieron cómo jóvenes y adultos hacían fila para asegurarse la entrada al sitio que prometía una experiencia diferente.

"Nos la jugábamos", dice Gómez recordando que el primer artista internacional que presentaron fue Nito Mestre, uno de los fundadores de Sui Géneris. Ese mismo domingo de 2012 también se hizo presente Eduardo Gatti. "Me sentía feliz con lo que estaba logrando", resume.

Reinvención

De eso han pasado 10 años de varios cambios y crecimiento. El más grande, sin duda, fue abandonar -marzo de 2020- la antigua ubicación emplazada en calle Argentina 470, por conflictos de interés según comenta el dueño. "Fue triste, porque ya veníamos mal con la crisis por el estallido social y luego vino la pandemia".

Existe el dicho popular de "es mejor tener amigos, que dinero"; y así ocurrió para la bodeguita. En un gesto de amistad, este ente cultural encontró un nuevo hogar en lo que antes era "La casa de la música", trasladándose a fines de ese mismo año a Aníbal Pinto 1661. Pero, tal como dijo Daniel, vino la pandemia.

Por más de un año su imponente portón negro se mantuvo cerrado. Sin embargo, su marca culinaria seguía vigente en "La Esquinita de Nicanor", fundada en marzo de 2019, la cual operó con servicio delivery en los tiempos de más restricción sanitaria.

"Siempre tuvimos la esperanza de volver. Y así fue. En agosto de 2021 fuimos los primeros en el país en retornar con un show masivo". Más de mil personas asistieron al reencuentro con la querida bodeguita junto a Camila Moreno.

Más que bohemia

Con más de 65 mil seguidores en sus redes, tanto de Chile, Argentina y otros países latinoamericanos, este local se consolidó como el punto de encuentro para amigos, familias y solteros que "más que venir en ánimos de coqueteo, vienen a pasarlo bien, a escapar un poco de lo rutinario que puede ser la ciudad", estima Daniel.

Con un equipo de 32 personas, la Bodeguita de Nicanor quiere que el país mire hacia Concepción y no que todos los grandes eventos ocurran en Santiago.

"A la gente le gusta este lugar porque es cercano, familiar. Llevamos muchos años conociendo a nuestro público. Hay un vínculo de amor que se da entre ambas partes. Ahora sentimos que hay un quiebre, luego de la pandemia, y porque también han pasado cosas en el país, pero queremos recuperar eso, porque acá nos importa la cultura, la comunidad y el arte", concluye Gómez señalando que, aunque no pueden adelantar nada, están preparando un festival que será algo inédito en la región.

Comentario de artes visuales

Guayasamín: Un abrazo Latinoamericano

Este miércoles se inaugura la exposición, "Guayasamín. Un abrazo Latinoamericano", con 47 obras originales de la Pinacoteca, que el artista inauguró en 1990, cuando se le dio el grado Doctor Honoris Causa.
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Director de Extensión y Pinacoteca deC.

Oswaldo Aparicio Guayasamín Calero, hijo de José Guayasamín, indígena de origen Kichwa y Dolores Calero. El mayor de 10 hermanos, que desde muy temprana edad mostró sus dotes artísticas en un Quito de la década del 30. Vendiendo pequeñas pinturas en la plaza de la Independencia para ayudar la deprimida economía que lo acompañó muchos años junto a su familia.

Logra estudiar artes en Quito, a pesar de la oposición de su familia. Una de sus primeras exposiciones fue visitada por Nelson Rockefeller, quien le compró varias obras y le ayudó a permanecer seis meses en Estados Unidos.

Con el dinero ganado viaja a México y es recibido por el Maestro José Clemente Orozco, quien lo acepta como ayudante. Desde aquel tiempo no para de viajar e impregnarse de toda América.

En marzo de este año el rector, Carlos Saavedra, le encomienda a la dirección de Extensión y Pinacoteca emprender un viaje de diagnóstico a la Fundación Guayasamín, que nos permitiera comprender la envergadura de la obra que desarrollo el maestro Guayasamín, su legado, y de qué modo la UdeC podría aportar a la conservación de este patrimonio continental.

Junto a Rosario Arias, encargada de los archivos de la colección de la Pinacoteca, nos dimos la labor de identificar, cuantificar y calificar cuáles serían las áreas en que podríamos colaborar con una Fundación que, como organismo cultural, fue víctima de los embates de la prolongada cuarentena producida por la pandemia.

No es difícil encontrar textos en referencia a la obra de Guayasamín, pero ese posible análisis teórico no alcanza a dimensionar el legado que sus hijos Pablo y Berenice, resguardan celosamente, con la delicadeza y minuciosidad de quienes atesoran cada obra, objeto, antigüedad, respirando el aura de un padre presente en sus corazones.

Hacia un archivo

Impacta conocer al Guayasamín coleccionista, cerca de 4.000 piezas originales de arte precolombino y colonial, además de una colección de casi 2000 obras de otros artistas, latinoamericanos y extranjeros, desde Pablo Picasso a Goya.

La creación de la Fundación que tiene su nombre lo llevó a transformar su propia vida en un proyecto cultural, que ha acumulado una infinidad de documentos que amenazan con perderse o deteriorarse. Documentos que relatan episodios de la historia continental y que constituyen un reservorio de identidad latinoamericana.

Un ejemplo son los archivos de recortes de prensa, que datan desde 1939, sumando alrededor 1 4.360, incluyendo revistas e invitaciones. Estos son organizados por año, y ninguno está digitalizado.

A pesar de estar en buen estado de conservación se hace urgente digitalizarlos para poder preservarlos, ya que en ellos circulan las historias de muchos personajes históricos como Fidel Castro, el rey Juan Carlos de España, el cantante Alberto Cortez, el guitarrista Paco de Lucia y muchos más.

Buscamos entonces de esta manera crear un archivo digital para consulta. De este modo, se rescata un patrimonio que rebasa las fronteras nacionalistas y nos sumerge en un gran abrazo latinoamericano, que aportará, digitalizando y poniendo al servicio de la comunidad internacional este tremendo patrimonio, propiciando la construcción de nuevas investigaciones que refuercen nuestra identidad y el sentido propio de nuestro arte y cultura.

Guayasamín ha sido uno de los más grandes artistas que hemos tenido, su obra ha puesto la presencia de los pueblos originarios y la identidad Latinoamericana en un primer plano, como también, su trabajo comprometido socialmente. Ha retratado las causas que han remecido al continente y al mundo, desde la conquista hasta las luchas y masacres ideológicas.

En la exposición se firmará un convenio entre la UdeC y Fundación Guayasamín, c on presencia de autoridades de la casa de estudios, Pablo y Berenice Guayasamín, en representación de la entidad.