Delincuencia: la principal preocupación
Hace unas semanas el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, fue categórico al señalar que Chile enfrenta el peor momento para la seguridad que ha vivido el país desde el retorno a la democracia. Y su percepción se ratifica con la opinión que tiene la ciudadanía en general.
La reciente encuesta Plaza Pública de Cadem consignó que el 86% de los chilenos cree que la delincuencia ha aumentado durante el presente y mencionan, entre otras causales, que los tribunales de justicia y la fiscalía no funcionan, que ha aumentado la inmigración, que Carabineros no tiene las atribuciones necesarias, que ya no se respeta a Carabineros como antes, que hay un aumento de bandas narcotraficantes, y que han aumentado la pobreza y las necesidades de las personas post pandemia. El 72% de los consultados tiene temor de ser víctima de un delito.
En los últimos años, diversos sondeos han registrado que la delincuencia es el problema más urgente que enfrenta el país, superando incluso al desempleo y a las dificultades de acceso a la salud, como es el caso de la encuesta desarrollada por el centro de estudios Espacio Público y la empresa Ipsos, con consultó a hombres y mujeres mayores de edad enAntofagasta, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Concepción y Talcahuano.
En efecto, se han hecho frecuentes las balaceras, los robos cada vez con más violencia y los portonazos, en los cuales los atacantes actúan armados, dejando a víctimas fatales y heridos. La delincuencia se potencia por la gran cantidad de armas que están en manos de antisociales y, sobre todo, de bandas de narcotraficantes. Ya no son extrañas las balaceras entre traficantes que pugnan por el control de los barrios, así como los ajustes de cuentas. Se entiende entonces la preocupación que existe entre los habitantes, por la extremada violencia, que muchas veces tiene que ver con el consumo y tráfico de drogas.
La delincuencia se ha transformado en una constante en algunos barrios, por lo que aumenta la sensación de inseguridad de la gente. Otra encuesta realizada por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo, indicó que crece la percepción de inseguridad y violencia, y además, y que el 50% de los asociados cree que la delincuencia irá en aumento. En efecto, según el estudio de ese gremio, uno de cada dos establecimientos encuestados fue víctima de delitos, el año pasado, pese a que operaban con restricciones de movilidad situación que se acentuó al volver a atender normalmente. Los comerciantes han insistido en que no sólo era necesario volver a trabajar sino también hacerlo de manera segura, sin vendedores ambulantes que ocupan las calles y que generan aglomeraciones que crean condiciones propicias para que operen los delincuentes.
Si se realiza un seguimiento de las informaciones sobre delitos graves que se publican en los medios de comunicación, se llega a la conclusión de que muchos de estos son cometidos por reincidentes y sujetos que habían pasado por los tribunales pero fueron dejados en libertad.
La comunidad tiene conciencia de todo el esfuerzo que realizan las policías, pero también es legítimo que la gente se exprese para requerir la ayuda cuando ven que los delitos muestran un aumento desmedido, sobre todo en los niveles de violencia. Por una parte, se aprecia una mayor violencia en los delitos, y por otra, la participación de menores de edad, que saben que son inimputables o tendrán bajas penas, amparados en leyes que los protegen. Se entiende la preocupación que existe entre los habitantes, por la extremada violencia en las acciones delictuales, que muchas veces tiene que ver con el consumo y tráfico de drogas. La inquietud pública se acrecienta cuando quienes delinquen son niños o adolescentes que quedaron al margen de sus familias, de la escuela y de la atención del Estado. Por el contrario, hay mayores probabilidades de que estos jóvenes reincidan y con creciente violencia.
La encuesta Plaza Pública de Cadem consignó que el 86% de los chilenos cree que la delincuencia ha aumentado y culpan de ello a los tribunales, las fiscalías y a la inmigración.