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Julieta Brodsky, ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio

"Cultura no es un ministerio que tenga mucha capacidad de hacer grandes cambios"

En su primera visita a la zona, en el marco del programa "Chile apoya", la secretaria de Estado dialogó con EL SUR, donde abordó los ejes que tendrá su gestión.
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Por Nicolás Martínez Ramírez

Cuando el Presidente Gabriel Boric anunció los nombres que compondrían su primer gabinete, el de Julieta Brodsky Hernández (38) generó buenos comentarios.

La llegada de Brodsky al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio fue sindicada como una decisión acertada. Sin embargo, en el paso de los días, algunos de sus dichos -especialmente por conceptos de derechos de autor- trajeron desaveniencias.

Antropóloga con trayectoria en la investigación cultural, antes del ministerio fue directora del Observatorio de Políticas Culturales de Chile (OPC) por más de 10 años. Desde ahí, asumió la coordinación del área de Derechos y Asociatividad del Proyecto Trama: Red de Trabajadores de la Cultura.

En medio de su primera visita como autoridad a la zona, la también diplomada en Promoción y Gestión de Derechos Culturales de la U. de Buenos Aires conversó con EL SUR luego de una reunión con diversos agentes culturales del Biobío.

"Este es un gran desafío y me lo tomo con responsabilidad. No tenía ansías de llegar a un puesto así, pero lo asumí muy contenta, porque me parece importante generar cambios, y es relevante que la persona que ocupe un cargo como este tenga el conocimiento suficiente del sector y territorios", responde por el nombramiento.

Desafíos en la ruta

De respuestas certeras, una de las cosas que más llamó la atención en su paso por la zona fue su capacidad de escuchar.

Y es que, en un giro que busca el gobierno, el mandato es darle relevancia a ministerios históricamente relegados a un segundo plano, donde Cultura juega un papel fundamental.

"Para nosotros es importante el trabajo que hacemos con otras carteras. Entendemos que Cultura no es un ministerio que tenga mucha capacidad de hacer grandes cambios o que cuente con un gran presupuesto", reconoce.

Por lo mismo, señala, su mirada es que su área sea un eje transversal, que se pueda trabajar con los distintos ministerios. "Cultura se está poniendo a disposición del plan de gobierno y eso es muy relevante", apunta, destacando -entre otras cosas- trabajos y proyectos ya iniciados junto a carteras como Salud, Interior, Economía, Bienes Nacionales y Educación.

- A poco más de un mes de instalarse, ¿con qué se encontró en el Ministerio?

- Con un sector que venía saliendo de una grave crisis y con una profundización de las condiciones de precariedad del sector. En la interna, la verdad es que nos encontramos con una institución muy dañada en muchos aspectos. No existe un diseño orgánico, lo que ha hecho que el ministerio venga funcionando desde la inercia de lo que fue el Consejo de la Cultura y la Dibam. Hay funcionarios muy frustrados, porque hay compromisos incumplidos. Hay muchas expectativas, pero también cansancio y eso ha sido complejo de manejar.

- ¿Cómo será el trabajo entre ministerio, regiones y gremios?

- Cuando se viaja a las regiones se está en terreno y se conversa con las personas. Una se da cuenta de lo importante que es generar estas instancias. En el trabajo cotidiano de resolver, diseñar y estar pendiente de varios temas a la vez, se pierde ese foco. Hoy me doy cuenta de la necesidad de estar en terreno, y nuestra actitud es de total diálogo y apertura con las comunidades y gremios.

- A usted le va a corresponder liderar la anhelada llegada del 1% para la cultura, ¿cómo lo van a enfrentar y cómo se implementará?

- De aquí a cuatro años, debieramos estar aumentando el presupuesto para acercarnos a ese 1%. Será gradual, y va a depender en gran medida de las condiciones económicas de los próximos años. Sabemos que no enfrentamos un panorama ideal ni muy óptimo, pero es súper importante fortalecer nuestra institución para eventualmente recibir más recursos. Los que llegan no se reflejan en fortalecimiento institucional.

- Es su primera visita a la zona como autoridad, ¿conocía Concepción?

- Había venido antes, sobre todo en el marco del trabajo que realizaba en el OPC. Hicimos varios estudios en Biobío. Algunas veces vine personalmente por trabajos de campo, pero otras veces lo hicimos con socios locales. Ahora, sí recibía información e insumos de lo que ocurría acá, por lo que tengo bastante clara y cercana la realidad que vive Biobío.

- ¿Cómo se toma el ser ahora una figura política?

- Es un desafío para el que uno nunca está lo suficientemente preparado. Tiene de cal y de arena. Sus lados más amargos y difíciles de llevar para alguien que no ha estado acostumbrado a tener esta posición expuesta. Pero es muy gratificante que personas del sector noten este conocimiento, apertura y cambio de mano, se genera un trabajo colaborativo.

También con polémica

La ministra Brodsky llegó a la zona en medio de la polémica generada a partir de una entrevista con CNN. Allí, la secretaria de Estado aseguró que existía un choque entre los derechos de autor y el acceso a la cultura, motivo por el cual debían, eventualmente, limitarse.

"Para nosotros los derechos de autor, los derechos de los trabajadores y trabajadoras culturales, y velar porque tengan buenas condiciones económicas y sociales, es fundamental", expresó.

- ¿En qué sentido?

- Es un compromiso de este gobierno y de mi gestión particular. No ponemos en duda, para nada, la legislación tanto nacional como internacional vigente para la protección de los derechos de autor. Solo decir a las organizaciones y trabajadores que no hay de que preocuparse, porque no los cuestionaremos, sino más bien reforzar, difundir y concientizar su importancia.

Comentario de literatura

La trascendencia que tiene celebrar a los libros en su día

Un festejo como este nos lleva a plantear lo importante que son los textos en la vida de las personas y para moldear una mejor sociedad.
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Por Salvador Lanas Hidalgo

Uno de los mayores aciertos a nivel mundial ha sido declarar el 23 de abril como el Día del Libro. La feliz inspiración de la Unesco tiene un sólido fundamento y un profundo significado.

No solo es un merecido reconocimiento a tres escritores notables que murieron en una fecha similar en el año 1616, sino que posibilita una reflexión acerca de su contribución a la cultura universal y al engrandecimiento del espíritu humano.

Personajes salidos de la mente de Shakespeare y de Cervantes forman parte del ideario colectivo y de nuestra imaginación.

Llegan a ser tan reales como verdaderos en la vida cotidiana, y los utilizamos sin temor a que se nos tilde de locos.

Los usamos sin tapujos y a campo abierto, como cuando queremos expresar un amor intenso, apasionado y trágico; y recurrimos a Romeo y Julieta. Ahora, si buscamos hablar de alguien con celos enfermizos mencionamos a Otelo, y si nos place ejemplificar a alguien con una honda duda existencial con ribetes de tragedia indicamos a Hamlet.

Siempre cervantes

Qué decir de don Quijote. Quién no ha querido acompañar al caballero desolado montado en Rocinante y arremeter contra los molinos de viento.

"Hazme un sitio en tu montura caballero derrotado, ponme a la grupa contigo caballero del honor y llévame contigo a ser pastor", se apunta frente al caballero del eterno andar.

Menos conocida es esa obra magnífica y trágica llamada "La Numancia". Se trata de una épica del pueblo hispano en una ciudad sitiada, donde sus habitantes prefieren morir a perder su libertad; valor inviolable de la identidad humana y sin el cual la vida no vale la pena de ser vivida.

Cervantes además representa en nuestra especial cultura hispanoamericana el mayor referente no solo literario, sino de la lengua castellana que cultivamos día a día, y con la cual es posible hacer realidad nuestra convivencia como sociedad.

En un sentido similar entra en escena el tercer escritor, a quien se brinda homenaje, el prosista e historiador Inca Garcilaso de la Vega.

Vástago de la unión del español Garcilaso, corregidor del Cuzco, con la princesa Inca Isabel, es considerado el primer gran escritor de la unión de los dos pueblos.

Su traducción de "Los diálogos del amor" de León Hebreo es una aguda reflexión filosófica que hace sobre la fusión de las dos partes del ser por el amor. Para él representa la respuesta a su propia identidad y de la cual se siente orgulloso.

El Día del Libro nos brinda la oportunidad de hacer presente cuán importante es éste en la vida de las personas, los pueblos y cómo va moldeando con su influjo y encanto la vida de una sociedad hasta conformar su cultura.

Hay pueblos que se conocen a través de algún libro, como ocurre con el Mío Cid y el pueblo español. Y sabemos múltiples aspectos de la mente, el alma y el espíritu humanos, a través de personajes de libros como en "Crimen y castigo" de Dostoievski; "La metamorfosis" de Kafka o "El extranjero" de Camus.

El libro ciertamente no es un amigo, aunque metafóricamente lo sea, pero sí posibilita la amistad y los vínculos humanos más variados y valiosos, y esa ocurrencia es cotidiana y fecunda.

Es la voz que sigue resonando en nuestros oídos cuando nos leían un cuento en las noches para llamar el sueño. La lectura no solo enriquece la imaginación y la mente, sino que produce, como llave mágica, la apertura de nuestro espíritu a miles de nuevas dimensiones que podemos alcanzar gatillado por la magia de su contenido.

Es hermoso seguir la estela radiante que deja aquel libro que marcó nuestras vidas, tan bello y estimulante como lo es la inspiración de una musa para el poeta.