Aumento de enfermedades respiratorias en la Región
De acuerdo a la estadística epidemiológica de la Seremi de Salud, durante el presente año se han detectado casi seiscientas personas con virus respiratorios diferentes al covid 19, que también son de vigilancia constante, como es el caso del sincicial e influenza A. El año pasado, hasta marzo, sólo se habían notificado diecinueve casos, e incluso en los años prepandemia.
Pese a que aún no llegan las bajas temperaturas y lluvias invernales, desde la aparición del coronavirus hace más de dos años, los agentes respiratorios han sido predominantes de la circulación viral en la zona, llevando a casi la inexistencia de otras que históricamente han estado presentes. Las autoridades de Salud estiman que los casos de influenza A, sincicial adenovirus, parainfluenza y otros han aumentado unas treinta veces respecto del año pasado, escenario que era previsible debido al predominio que tuvo el covid y que ahora está disminuyendo, con lo cual se abre el nicho a los otros virus que no estuvieron circulando por largo tiempo. A la vez, influye que las personas ahora acuden más a la consulta médica frente a estos cuadros.
Se recordará que previo a la pandemia, los virus respiratorios generaron muchos problemas y las autoridades expresaron que la mayoría de las personas que tuvieron que ser hospitalizadas no se habían inmunizado contra la influenza, pese a los persistentes llamados que se hicieron y que se extendió el plazo. Incluso en 2016 la enfermedad atacó con tal fuerza a adultos mayores y niños que no se habían protegido, que el Ministerio de Salud tuvo que declarar la alerta sanitaria en las regiones Metropolitana, de Valparaíso y del Biobío, debido al incremento sostenido que tuvieron las notificaciones de enfermedades respiratorias.
El actual proceso de inmunización contra la influenza comenzó el 16 de marzo y se prolongará hasta el 16 de mayo o hasta que se cumpla la meta de vacunación del 85% a nivel nacional. Esta es una enfermedad contagiosa causada por un virus y que se transmite desde una persona enferma al toser, estornudar o mediante las secreciones nasales. Es responsable de severas infecciones, respiratorias, que pueden causar complicaciones de gravedad, como otitis, bronquitis y neumonía. En las personas con enfermedades crónicas, puede generar descompensaciones y requerir la hospitalización. Al año, miles de personas mueren en el mundo debido a ella, por lo que para prevenirla, es necesaria la vacunación anual contra estos virus. Las personas deben considerar que al vacunarse no solo se protegen ellas, sino también a sus seres queridos y a la sociedad en general, al evitar que el virus se retransmita y se propague con facilidad. Las bajas temperaturas que usualmente se registran en la temporada otoño-invierno hacen que los virus se reproduzcan con mayor rapidez, mientras los pacientes crónicos respiratorios se descompensan, lo que genera más hospitalizaciones.
Los especialistas no se atreven a estimar cómo evolucionará la circulación viral este invierno en la Región, porque no existe claridad sobre la forma cómo se comportarán estos virus a medida que vaya disminuyendo el covid, pero es probable que un mayor número de personas puede infectarse o experimentar una gripe más grave al no haber estado expuestas al virus en la temporada anterior. De ahí la importancia de vacunarse a tiempo contra la influenza, especialmente los grupos de riesgo, y mantener completo el esquema de inmunización contra el coronavirus. Asimismo, es necesario continuar con el uso de las mascarillas, que protegen contra todos estos agentes.
También el Ministerio de Salud ha informado que desde que se declaró la pandemia, han ingresado cargamentos con casi 56 millones de dosis de vacunas contra el covid 19, que permiten dar continuidad al plan de inmunización. A la fecha, se ha administrado 51 millones de dosis, lo que ha permitido mantener protegida a casi el 95% de la pobación, en un proceso que es voluntario y gratuito.
Las autoridades de Salud estiman que los casos de influenza A, sincicial adenovirus, parainfluenza y otros han aumentado unas treinta veces respecto del año pasado, escenario que era previsible.