Retoman operaciones en central Pangue tras desalojo de manifestantes
Desde Enel Generación explicaron que se encuentran evaluando los daños y que fortalecerán las medidas de seguridad que ya tenían implementadas para evitar repetir esta situación.
A través de un comunicado, la empresa Enel Generación anunció el desalojo realizado a primera hora de ayer a manifestantes que acampaban en la central Pangue, quienes permanecían en el lugar desde el 24 de enero pasado, tras sacar mediante un ingreso forzoso a trabajadores de la empresa.
Tanto de Enel como parte de las comunidades que habitan la zona de Alto Biobío habían manifestado previamente que esta toma no obedecía a los acuerdos y peticiones del territorio pehuenche, ya que el bloqueo afectaba sus actividades diarias.
En el escrito, la compañía valoró la decisión ordenada por la Delegada Presidencial, pues apunta a resguardar el orden público y la seguridad del suministro eléctrico. "Después de más de dos meses de bloqueado el acceso a nuestra planta los trabajadores podrán ingresar a las instalaciones de manera segura para mantener el correcto funcionamiento de la central, que además significa seguridad para la cuenca del río Biobío", señalaron desde Enel.
A su vez, manifestaron que "comprometemos nuestros esfuerzo técnicos y administrativos para reestablecer a la brevedad el estándar de operación y confiabilidad de esta unidad. Sin perjuicio de perseguir las responsabilidades respectivas en su momento y ante quien corresponda, tutelamos los mecanismos de diálogo respetuoso y transparente instalados en el territorio y confiamos en el trabajo colaborativo para el desarrollo local construido con las comunidades en Alto Biobío".
DESALOJO PACÍFICO
En concreto, un total de 20 colaboradores, entre internos de la compañía y contratistas, retomaron sus funciones presenciales, tras dos meses de manejo remoto, situación que complicaba la operación de la planta, según manifestó la firma en reiteradas ocasiones.
Frente a esta medida, la delegada presidencial Daniela Dresdner aclaró que la situación se trata de un conflicto heredado. "Se intentaron muchas instancias de diálogo que se pudieron acordar entre la empresa y la comunidad, sobre todo considerando que a medida que pasa el año empieza a ser más peligroso el que se mantengan ahí las comunidades por el funcionamiento de la central", planteó la autoridad regional.
Asimismo, detalló que tras intentar dialogar no lograron finalmente un consenso entre la empresa y quienes mantenían tomado el recinto. Por lo mismo, comentó que se hizo "un desalojo muy pacífico, donde solo había cuatro personas presentes. No se usó la violencia y quien acudió a este desalojo fue la policía de la zona, que también conocía a las personas (...) Se realizó de la manera más tranquila que se podía".
MEDIDAS
Según detallaron desde Enel Generación, el trabajo remoto solo les permitía una supervisión parcial de la operación de la planta, por lo que ahora, mediante este desalojo, "podemos volver a supervisar completamente las operaciones de la central, además de ejecutar los mantenimientos esenciales que no se pudieron realizar durante los dos meses que duró la toma. Con esto evitamos riesgos en la operación".
Respecto a las determinaciones que tomarán de aquí a futuro para evitar repetir escenas de este tipo, la compañía agregó que por el momento se están evaluando y recuperando algunos daños en los sistemas de seguridad causados a raíz de la ocupación. Representantes de Enel dijeron también que se encuentran analizando acciones para fortalecer las medidas de seguridad que ya tenían implementadas.
"Es relevante mencionar que esta situación significó y ha significado un enorme estrés para los colaboradores propios y contratistas que desempeñan sus labores en la central, quienes se han sentido amenazados e impedidos de realizar sus labores de manera segura", precisaron.
Según información de Radio Bío-Bío, desde la comunidad Aukin Wallmapu -que lideró la movilización- aseguraron ayer que el desalojo "no significa que esto termina aquí".