Expertos plantean claves en el combate local contra el covid-19
Dicen que los desafíos más relevantes tienen que ver con potenciar el poder de decisión de la Región, profundizar la atención de pacientes crónicos, la salud mental o mermar el agobio de los funcionarios de salud.
nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
El 9 de marzo de 2020 las autoridades regionales de aquel entonces informaban que la Región del Biobío recibía su primer caso oficial de covid-19. Se trató de un hombre de 38 años con residencia en Laja, quien contrajo el virus durante una estadía en España producto de un viaje que realizó con su familia para participar en un evento deportivo. En vista de la incertidumbre y el riesgo manifiesto que la pandemia proyectaba desde países asiáticos y europeos, la Seremi de Salud activó de inmediato protocolos de prevención, los que apuntaron a reforzar las actitudes sanitarias de las personas, a fin de disminuir la probabilidad de nuevos contagios.
De ese episodio han pasado poco más de dos años, período en la que la Región ha debido lamentar la muerte de más de 3.300 habitantes. En todos estos meses también se debieron activar diversas medidas como los cordones sanitarios, que en su momento bloquearon el paso de ciertas comunas, o las propias cuarentenas, que, si bien cumplieron con el objetivo de mermar la cantidad de casos nuevos, también generaron molestia en la comunidad por el desgaste y la afectación económica que trajeron consigo.
Así, y luego de todos estos eventos, actores asociados al mundo de la salud y la academia, quienes jugaron un rol preponderante desde sus respectivos centros, plantean cuáles fueron los factores diferenciadores de la Región, en un recuento que reúne aspectos de dulce y agraz, pero que en su mayoría destaca por la coordinación que alcanzaron los equipos locales. A este análisis añaden los desafíos que el territorio deberá asumir frente a esta nueva fase marcada por el retorno presencial de estudiantes y trabajadores, algo inédito en pandemia que tendrá que ser visto con atención si es que se quiere evitar una agudización de la enfermedad.
TRABAJO EN RED
Paz Macaya es jefa de la Unidad de Epidemiología del Hospital Las Higueras. Al igual que sus compañeros y compañeras, ella fue una testigo directa de los peores momentos de la pandemia con el ingreso de pacientes críticos, sobre todo durante los dos primeros brotes de coronavirus. Pese al escenario que enfrentó Biobío, y que "estuvo al filo" en algunos momentos, dice que la Región demostró un eficiente trabajo de articulación que permitió mantener siempre camas habilitadas, a diferencia de lo que ocurrió en otras zonas del país que estuvieron más golpeadas en esta materia. Tal fue el nivel, relata, que Biobío se convirtió en una de las pocas regiones que logró recibir pacientes de otros lugares del país en una magnitud mayor.
"Se articuló una red de manera bastante importante, especialmente en los dos primeros brotes, instancias en las que se necesitaron más camas críticas con ventilador mecánico, o camas medias que prestaran un soporte clave a los pacientes, a diferencia de esta tercera ola que ha sido más concentrada en los pacientes de cama básica o media (…) Creo que acá hay un conjunto de actores que se articuló con las universidades y los sectores público y privado, que mantuvo un muy buen trabajo de equipo multisectorial, en concordancia con la atención primaria en todo lo que tiene que ver con trazabilidad. Se respondió muy bien como Región a las necesidades de la pandemia", remarca.
Según la jefa de Salud Pública de la Seremi de Salud, Cecilia Soto, el gran factor diferenciador de la Región tiene que ver, justamente, con su capacidad de recepción . En algún minuto, estima, los recintos hospitalarios públicos y privados pudieron recibir alrededor de 400 contagiados críticos de otras partes del país, lo que permitió evitar muertes externas.
Añade que toda esta labor fue posible gracias a la infraestructura hospitalaria y a la preparación con la que cuentan los equipos clínicos de la zona. "Nosotros vivimos la pandemia de la influenza, en donde se reforzaron las capacidades en ese minuto. Por ejemplo, el laboratorio del Hospital Regional fue uno de los primeros que se acreditó para poder hacer la técnica PCR, ya que ellos tenían una historia de trabajo. Con los brotes de hanta también estaban preparados para confirmar exámenes", explica Soto.
En ese sentido, sostiene que a diferencia de lo que sucede en el resto de Chile, la red regional se vio fortalecida tras los distintos escenarios epidemiológicos y por la capacidad de los establecimientos de alta complejidad, que antes de la pandemia ya estaban dentro del lista de recintos para derivación en casos de influenza o hanta virus.
"Esta es una ciudad universitaria, entonces hay una formación continua de profesionales. Todo esto se junta y hace que una región grande como esta deba estar preparada para los diferentes escenarios, y desde la Seremi estábamos haciendo de forma continua capacitaciones y entrenamientos para posibles pandemias. Eso se hace regularmente en tiempos de tranquilidad", dice la jefa de Salud Pública.
En vista de la labor pionera que mantuvo Biobío en cuanto a la recepción de pacientes críticos, el académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y médico del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Coronel, Nicolás Saá, cree que hoy el territorio está mucho mejor preparado, ya que se cuenta con capacidades técnicas y recursos humanos que están instalados. "Nosotros hemos aprendido mucho y pienso que por eso en estos últimos meses el peak de contagios ha sido menos estresante, lo que se suma a la vacunación y a las medidas de autocuidado".
PRÓXIMOS DESAFÍOS
Si hay un punto negativo en todo este proceso, según relatan parte de los expertos, es la falta de poder de decisión por parte de las autoridades regionales a la hora de generar estrategias sanitarias. Si bien en la Región se estableció la denominada Mesa Social Covid-19, instancia que aglutinó a diversos actores públicos y privados de distintos rubros, esta no prosperó. Incluso, una vez que Patricio Kuhn asumió la Delegación Presidencial, a mediados de 2021, el plan se desvaneció.
"Como Mesa Social hicimos varios llamados a las autoridades nacionales para descentralizar las decisiones, pero no hubo ninguna respuesta", lamenta Germán Acuña, presidente del Colegio Médico Regional de Concepción.
Por lo mismo, apunta a que en este nuevo ciclo, que parte con un nuevo gobierno, se considere la participación social y la mirada de las organizaciones ciudadanas en el combate contra el covid-19. "Espero que con la llegada de la nueva delegada presidencial, Daniela Dresdner, se reactive la Mesa Social para poder plantear este y otros temas que quedaron al final, porque esto se fue desinflando", precisa Acuña.
Fredy Montoya, ex vocero del Comité Científico Regional Covid-19, agrega que, en general, Concepción estuvo bien preparado, tanto por su infraestructura en salud y por la capacidad del personal. Eso sí, indica que hubo falta de decisión de parte de las autoridades. Cerrar temporalmente el proyecto MAPA de Arauco, a su juicio, fue una de las determinaciones que debió ser tomada.
"El desafío número uno será que se empiecen a generar equipos de trabajo para tratar las secuelas del covid-19 y que se elaboren estudios en relación a la inmunidad de memoria para ver quién realmente necesita ser vacunado o no, porque esto finalmente se convertirá en un resfrío", aventura Montoya.
Los profesionales plantean también otros puntos. La salud mental de la comunidad, el desgaste de los equipos médicos, la atención de las listas qurúrgicas y de los pacientes crónicos o añosos, así como los brotes que puedan registrarse a causa de la vuelta presencial a clases son parte de las demás tareas que las autoridades de la zona tendrán que tener en consideración para evitar nuevos colapsos en el sistema.