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Expone casos que la realidad sigue registrando

"La Chinganera" pone su libro "Nunca más" como símbolo del 8M

Fabiola González, junto a la dibujante Lolo Góngora, se embarcaron en una aventura artística dolorosa, transformar en décimas ilustradas, 10 casos de mujeres violentadas de diferentes formas.
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Por Sebastián Grant Del Río

Se le nota la pasión en el hablar, en el decir, en su música. Aspectos que Fabiola González, "La Chinganera", también expone en la letra escrita, impresa y que se lee (y sufre) en cada uno de los 10 retratos de "Nunca más sola".

Un texto de 34 páginas que, aunque lanzado hace un año, no pierde vigencia, menos actualidad. Se evidencia en que la folclorista de 43 años le dio forma y contenido a una obra que -hoy- se ha tornado es símbolo de la lucha femenina en todos sus aspectos, especialmente, referidos a ese "nunca más" de la violencia.

Publicado por Pehuén, las décimas están ilustradas por la artista visual Lolo Góngora, en un cruce que expresa el latido de referencia, según la vista del lector se interna en tal o cual pasaje.

Acá relacionados con una decena de mujeres víctimas de femicidio, acoso, violencia empresarial o política, entre otros tópicos.

"Como poeta popular siento un profundo compromiso con las diferentes cuestiones sociales, con mayor inclinación hacia lo que respecta a la mujer y sus derechos de igualdad y dignidad. No ha bastado con lo que se ha hecho: se siguen sumando femicidios (ya van más de 700 en 10 años, solo en Chile) más un sinfín de abusos, suicidios femicidas, desigualdades (…) Mi herramienta de expresión, de aporte a la transformación social, es por medio del arte. Mis vehículos son la poesía y la música", explica la autora sobre su segundo libro publicado.

- Como el primero -"Yo brindo" (2019)- apuestas por las décimas.

- La décima, por tradición de más de 500 años, en el mundo y más de 300 en Chile, ha estado siempre al servicio de la sociedad como eco sustantivo, histórico y juicioso. Por lo mismo, este "Nunca más solas" podría entenderse como lo que sería una Lira Popular del siglo XXI y por eso además, las ilustraciones.

- Potente título, pero ¿sientes que será así en algún momento o que se avanza en el tema?

- Estamos en ello, se está hablando en las mesas, en las reuniones, en el Senado, en la sala de clases, en la antesala del hospital, en el cafecito de la tarde. Las nuevas generaciones vienen con una claridad tremenda al respecto. Claro que falta por aprender, por establecerlo, por entenderlo pero, lo tenemos entre nosotros, está siendo parte de nuestra lingüística. Tenemos que integrarlo, no tenemos más opciones, o aprendemos a comunicarnos desde la igualdad de derechos o vamos a seguir construyendo una sociedad machista, jerarquizada, sin espiritualidad, sin ética y sin alma que concluirá en destruirnos.

LO COMPLEJO DE ELEGIR

Uno de los aspectos donde "La Chinganera" hace especial énfasis fue en lo complejo que resultó apuntar a los 10 casos señalados y desarrollados en el texto: Antonia Barra, Ambar Cornejo, Fabiola Campillai, Fernanda Masiel y Norma Vásquez, entre otras.

"Fue muy difícil, y muy duro. Finalmente decidimos, junto a Lolo (Góngora) por mujeres con historias diferentes, que representaran a su vez diferentes tipos de violencia: misoginia, racismo, violencia de Estado, femicidio empresarial, violencia doméstica...

- Toda violencia es tal, pero ¿percibes algunas más otras?

- Es muy difícil, porque la violencia no tiene categorías, es como a la inversa; el amor. Amas o no amas, pero no amas un poquito o amas mucho, amas y ya. Todo nos dolió hasta el alma, estudiar cada caso fue tremendamente desgarrador. En ese escenario puedo identificar como un mayor impacto en nosotras el caso de Ambar Cornejo, y esto porque es la única menor de edad del libro y la única en que en su femicidio tuvo participación su madre. Una cosa fuera de toda lógica y ética.

- Con Lolo Góngora, son dos autoras, ¿cómo se cruzaron las miradas: ilustración y las décimas?

- Fue un matrimonio perfecto, hermoso y poderoso. Tenemos una mirada complementaria increíble. En algunas yo escribía las décimas y luego Lolo me sorprendía con la ilustración exacta para el poema y otras ella dibujaba y yo escribía. Este "Nunca más solas", es una de las cosas más hermosas que me ha pasado como artista.

- ¿La tragedia llevada al arte?

- Me siento responsable de escribirlas, me anclan al suelo, me dan profunda conciencia y me recuerdan quien soy y para qué soy artista.

Comentario de literatura

"Muerte natural": el nuevo poemario de Damsi Figueroa

Su más reciente obra nos pone frente a una poeta en toda su dimensión, una poeta de tomo y lomo.
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Universidad de la Frontera.

La poesía chilena es inmensa. No hay duda alguna. Y quizás esa grandeza, esa enormidad, este dada por su vocación por la belleza y belleza en poesía significa varias cosas.

La primera es su capacidad de tocar de algún modo al lector, de encontrase con su subjetividad o, dicho de otro modo, dialogar con su forma de pensar, de mirar, de creer. La poesía de Damsi Figueroa lo logra.

Un ejemplo de aquello lo encontramos en los versos donde nos habla de cuando era niña y gustaba de mirar una isla, la Quiriquina, desde la ventana del departamento donde vivía con su abuela.

Algunas veces aquella se veía muy cercana, otras lejana.

La poeta, en un rasgo informativo, nos explica que "la distancia relativa de una isla está dada por las condiciones atmosféricas", pero luego regresa al asombro y nos dice que gracias al fenómeno descrito "aprendió la fantasía".

Fantasía que fue su obsesión infantil, al punto que cuando no podía ver la ínsula, limpiaba los vidrios empañados por "el vapor de la angustia o la cazuela".

En este momento es donde el poema me toca, y no solo a mí, pues estoy cierto que muchos lectores conocen de esos vapores de la comida que cubren las ventanas de la cocina en los inviernos y que no sé porque nos angustian.

HABLAR POÉTICO

El poema del que hablo se titula "Distancia relativa de una isla" y está en el último libro de la autora, titulado Muerte natural (Ediciones del Archivo, 2021).

Con este volumen ya suman cinco sus textos, es decir, nos enfrentamos a una poeta de tomo y lomo.

Y ya que hablamos de lomo, recordamos otros versos del mismo libro dedicados al Yeti, esa criatura fabulosa del Himalaya, a quien le ve avanzar empinando su "lomo lunar por las escarpadas montañas".

Aquí podemos relevar un segundo carácter de la belleza en la poesía, la mirada. Asunto importante, Patricia Pinto en el prólogo del poemario nos recuerda que "mirada y palabra hacen al poeta". Y la mirada de Damsi Figueroa es notable, capaz de observar al Yeti en sus montañas.

Otra muestra la encontramos cuando nos cuenta, en prosa poética y sin puntuación alguna, del viaje de sus ancestros que cruzaron los mares: "veo jarcias que se enroscan como yepos siento nauseas al perderme en este árbol boca abajo".

Aquí el lector se sorprende, jamás habría pensado en un mástil como un árbol invertido.

Desde las alturas de ese madero se instala mirar la poeta y allí se marea entre las jarcias o amarras de las velas.

Una imagen notable. Pero no solo la mirada hace al poeta, nos recuerda Pinto, sino las palabras, eso es evidente.

Un tercer elemento en la significancia de la belleza en toda lírica son las palabras. Y la poeta elige sus palabras con cuidado como muestra un verso increíble que refiere "una tormenta en el mar de las galaxias".

Tormenta, palabra llena de fuerza, de vientos, de truenos, de lluvia; mar, quien no ha visto sus abismos no conoce a los dioses, afirman los antiguos marineros; galaxias, que se puede decir de lo que evoca esa palabra tan hermosa.

Hablamos, en suma, de una escritura que hace bloque con el lector, que observa desde otros lugares, que cuida el lenguaje con esmero, que es profundamente política.

Las mismas características de nuestra inmensa poesía. Y es ahí donde la obra de Damsi Figueroa se construye pacientemente un lugar.

Finalmente, su más reciente libro, "Muerte natural" es una clara prueba de ello.

En "Mehuín" escribe: "Cada día en Chile muere un río … cada día en Chile muere un lago... ay de mi país sin agua". La belleza poética frente a la furia del progreso.