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"Los convencionales quieren distribuir poder y salir de esta historia que tiene Chile de contemplar la centralización del poder, lo que me parece muy bien, pero hay que tener un enfoque, porque lo importante es la eficiencia y eficacia de la función administrativa para satisfacer las necesidades públicas (…) Argentina, por ejemplo, es un Estado federal, pero es un país completamente centralizado", grafica la académica.
LÍMITES REGIONALES
Según Fabián Huepe, profesor de Derecho Administrativo y de Instituciones Políticas de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción, lo que se pretende desarrollar a través del articulado que trabaja la Convención es alcanzar un regionalismo político, instancia que ya se comienza a consolidar con la figura de los gobernadores, quienes son los llamados a tener una decisión política real con cierta autonomía. "No es un regionalismo meramente administrativo, porque a lo que hace referencia en el proyecto es sobre una autonomía financiera, política y administrativa, situación que implica que el centro de decisión ya no es el gobierno, sino que se producen centros de decisión regionales", explica.
La idea de conformar un Estado regional es un tema que ha sido impulsado durante años por gran parte de los académicos de la Universidad de Concepción, entre ellos Huepe, especialmente porque que esa forma de Estado, advierten, traería buenos resultados para poner fin al desarrollo desigual que se palpa hoy.
El profesor, eso sí, aclara que lo anterior no significa un aislamiento o separación del Estado, "porque lo que se busca con un Estado regional es tener centros de decisión política autónoma, pero en un marco de solidaridad y cooperación entre las regiones y en el que siga existiendo la unidad del Estado (…) No se trata de generar un federalismo".
De hecho, una de las normas que se acerca a este último punto es el artículo 3° del informe aprobado, que plantea que Chile, en su diversidad geográfica, natural, histórica y cultural, "forma un territorio único e indivisible".
Pese al poco tiempo que resta para elaborar el texto constitucional, Huepe comenta que será vital analizar a fondo si la tradición y cultura chilena permitiría o no generar una legislatura regional por medio de asambleas legislativas regionales, propuesta que este viernes volvió a ser analizada y aprobada por la comisión, pero con potestades normativas, resolutivas y fiscalizadoras.
"Este es un tema que hay que estudiarlo. Hasta dónde llegan los límites regionales es un asunto que, creo, hay que poner en un punto de observación. Yo sé que queda poco tiempo, pero es algo que es muy relevante", enfatiza Huepe.
Respecto a las experiencias internacionales que vale la pena analizar, el académico menciona los casos de regionalismo presentes en naciones nórdicas, que tienen características distintas a las formas que se encuentran en España o Italia, fundamentalmente en el tema legislativo. "Son mucho más locales, más normativas, por lo que creo que son experiencias que son dignas de ver, aunque el fracaso o el éxito es difícil de determinar, porque el funcionamiento de los sistemas no solo depende de un solo factor", afirma.
Agrega que otro elemento a tomar en cuenta dice relación con la "autonomía dentro de la autonomía", situación que se ha planteado como una crítica desde algunos sectores políticos y que también es advertida por Diego Lapostol y Valeska Opazo. "La autonomía de los pueblos originarios podría generar un problema complejo de que establezcamos demasiadas autonomías dentro de la región, cuestión que se escapa del modelo europeo que estamos conversando. Hay que darle una mirada y hay que hacer una reflexión para que esto funcione de manera coordinada", resalta.
AUTOGOBIERNO NO FEDERAL
Autogobierno. Esta es la acción principal que conlleva el Estado regional, según plantea la convencional RD e integrante de la comisión de Forma de Estado, Amaya Álvez. Se trata, dice, de un sistema diverso y distinto que dista del centro político único para la toma de decisiones que hoy rige a Chile. "Las diferentes entidades territoriales tendrán las atribuciones para poder autogobernarse, y ese es el mayor cambio", asegura.
Respecto a la inquietud expuesta por los académicos, Álvez cree que "la idea de desconocimiento es algo esperable", sobre todo cuando se trata de un modelo que no ha sido implementado en una Constitución previa. Por lo mismo, reconoce que, pese a la preocupación y curiosidad, la propuesta visada es sólida e incluye ejemplos de derecho comparado que permiten un análisis en profundidad.
"No creo que haya confusión. Lo que puede haber es una cierta reticencia a la transformación, porque esta es una manera de ver el poder desde abajo hacia arriba, en donde las decisiones se toman de la forma más cercana posible a los ciudadanos, en las comunas y regiones que ellos habitan y son parte", remarca.
Desde la perspectiva de la convencional de Independientes No Neutrales e integrante de la comisión ad hoc, Tammy Pustilnick, el proceso que lidera el órgano que redacta la nueva Carta Magna implica la existencia de un paradigma que abandona la concepción centralista, y que, sin embargo, dista de forma absoluta de la idea de tener diferentes estados dentro de Chile o varias constituciones, "crítica injusta que se le hace a nuestra propuesta en cuanto a que se desea dividir nuestro país y establecer un Estado Federal encubierto".
Por otra parte, Pustilnick sostiene que no es preciso hablar de conflictos de competencias entre las diferentes entidades regionales que consagra la propuesta en su artículo 2°. "No es preciso hablar de conflictos de competencias en esta norma en específico, por cuanto nos encontramos con una disposición de carácter general, sin perjuicio de que, además, ya tenemos aprobada una norma que resuelve el problema, la cual expresa que la ley establecerá el procedimiento para la resolución de las distintas contiendas de competencia que se susciten entre el Estado y las entidades territoriales, o entre ellas, las que serán conocidas por el órgano encargado de la justicia constitucional, por lo que es una conclusión apresurada sobre este tema", manifiesta.
Ambas convencionales comentan que los desafíos de los próximos días pasarán, especialmente, por el diálogo que alcancen las propuestas realizadas por la comisión de Sistema Político con las denominadas asambleas regionales.
"El desafío más importante será llegar a grandes consensos por parte de todas y todos para poder materializar correctamente el Estado regional, con atribuciones concretas tanto en la figura del gobierno regional como la asamblea regional. Asimismo, el desafío es que lo que estamos proponiendo converse correctamente con la visión de sistema político que está acordando la comisión número uno", subraya la convencional independiente.
En conversación con EL SUR, el representante del pueblo mapuche y miembro de la misma instancia, Adolfo Millabur, comentaba la semana pasada que el objetivo del Estado regional es concretar una descentralización efectiva para la toma de decisiones, a fin de involucrar más a las comunidades locales en la resolución de problemas públicos, relacionados, por ejemplo, a temas de inversión pública o al manejo de las macrocuencas desde el área medioambiental o productiva.
"El Estado regional significa entregar las competencias y atribuciones al nivel regional, en concordancia de las cuestiones que debe resolver la misma región", planteó en ese momento.
Según los convencionales, el desafío de los próximos días será lograr los consensos necesarios para hacer conversar las ideas de las comisiones de Forma de Estado y Sistema Político.