Responsabilidad sanitaria en vacaciones
Este año el inicio de las vacaciones tuvo, inevitablemente, un sentido distinto, considerando que la pandemia parecía ir en retroceso y que durante el año pasado se vivieron las circunstancias más duras de la pandemia, en torno a la cantidad de personas fallecidas y enfermas graves por covid-19, que se sumaron a las cifras de contagios que, en momentos como marzo pasado, parecían ser las más altas desde el inicio de la emergencia sanitaria mundial y del país.
La situación de 2021 trajo como lógica consecuencia mayores restricciones para la población, desde la aplicación de estrictas cuarentenas hasta restricciones de movilidad y de aforos, es decir, cantidad recomendable de personas que pueden compartir en un mismo lugar, ya sea al aire libre o en un recinto cerrado.
Además, durante el año pasado también se inició y avanzó a paso firme la vacunación contra el covid-19, la que poco a poco comenzó a expandirse a todos los grupos etarios, cubriendo actualmente hasta menores desde los 3 años y a punto de iniciar el proceso de cuarta dosis o segunda dosis de refuerzo para los mayores de 55 años. Según datos de la Seremi de Salud, la Región ha inoculado a 1.483.444 personas con primera dosis, 1.433.176 con segunda dosis, 43.887 con dosis única, mientras que con tercera dosis o primera dosis de refuerzo la cifra llegó a 1.109.372 y con cuarta dosis un total de 27.526 personas vacunadas, entre inmunocomprometidos y personal de salud.
Por otro lado, la puesta en marcha del pase de movilidad asociado al avance personal de la vacunación, ha sido una herramienta que ha sido integrada a nuestras actividades cotidianas de manera casi natural, considerando que es solicitado en una diversidad de acciones, que van desde los viajes en buses o aviones hasta el ingreso a restaurantes, cines y lugares destinados a la entretención.
Todo este proceso, en que la comunidad ha sido protagonista a través del cumplimiento y preocupación por las nuevas normas, se suma a la internalización de medidas de protección personal, que van desde las mascarillas hasta el lavado de manos frecuente, el uso de alcohol gel y la toma de temperatura al ingresar a recintos públicos, como una forma de autocuidado de cada persona.
Actualmente hay un total de 158 mil personas en la Región que aún no han recibido su dosis de refuerzo, misma cantidad de personas que no tienen su pase de movilidad habilitado. Según datos de la misma Seremi de Salud de Biobío, los bloqueos de dicho documento por otras causales alcanzan las 236 personas de las cuales 152 son por incumplimientos de cuarentena, 25 por incumplimiento de cuarentena en el caso de viajeros y 59 bloqueados por faltas graves al Plan Paso a Paso.
Los buenos indicadores alcanzados han ido, sin embargo, en retroceso desde la llegada al país y a la Región de la variante ómicron del covid-19, de rápido contagio. Tras meses de cumplir con estas medidas definidas por el Ministerio de Salud, el periodo estival ha sido golpeado por una cepa del coronavirus distinta a las que se combatieron durante el año pasado y que, como nunca, requiere de la responsabilidad individual para ser controlada.
El necesario periodo de descanso veraniego, que muchas familias y personas pudieron haber planificado con mayor libertad dadas las favorables condiciones sanitarias del último trimestre del año pasado, debe combinarse con una amplia cuota de generosidad y responsabilidad personal para evitar exponerse innecesariamente a un contagio de coronavirus.
La posibilidad de contraer el virus está presente de forma permanente y el alza histórica de casos en las últimas cinco semanas ha demostrado que no es el momento de bajar la guardia ante la enfermedad. Esta periodo estival no debe ser considerado una oportunidad para relajar las medidas necesarias para hacer frente al covid-19 y, muy por el contrario, debe tomarse como la opción para los habitantes de algunas comunas de tener la opción efectivamente de salir de vacaciones, pero siendo extremadamente responsables.
Aquello incluye el necesario uso de las mascarillas -muchas veces muy mal utilizadas por una buena parte de la población o, en el peor de los casos, ignoradas- y sobre todo el distanciamiento físico en el lugar en que las personas se encuentren, especialmente aquellos que mantienen sus aforos completos de forma permanente o cuentan con masivas visitas. La Seremi de Salud informó ayer 3.483 nuevos contagios en un solo día, lo que se suma a 11.481 casos activos o personas con capacidad de transmitir el virus, números que vuelven a ser los más altos de toda la pandemia en la Región, que además es considerada una de las tres de mayor preocupación a nivel nacional desde el punto de vista sanitario.
A esto se suma un dato importante y que revela que quienes en mayor proporción enferman de gravedad son quienes no están vacunados, personas a quienes el virus ataca de forma distinta a quienes están inoculados y que está comprobado que sufren síntomas con menor intensidad. Propender a conductas responsables tanto de residentes como los eventuales visitantes debe ser un principio básico para colaborar de manera efectiva y concreta al combate de una pandemia que sigue acompañando.
Tras meses de cumplir con estas medidas definidas por el Ministerio de Salud, el periodo estival ha sido golpeado por una cepa del coronavirus distinta a las que se combatieron durante el año pasado y que, como nunca, requiere de la responsabilidad individual para ser controlada.