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Gobierno insistió en que el conflicto es evitable

EE.UU. pide 'encarecidamente' a Rusia que dé un paso atrás en la frontera con Ucrania

Desde el Pentágono, el general Mark Milley entregó el mensaje y animó a buscar una resolución diplomática y que " el éxito es a través del diálogo". Vladimir Putin, sin embargo, dijo a su homólogo francés que "el diálogo es difícil".
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Por Redacción

Estados Unidos urgió este viernes a Rusia a que dé un paso atrás en Ucrania e insistió en que el conflicto es evitable, ante la escalada de tensión con Moscú por la movilización de tropas rusas en la frontera ucraniana y en respuesta al presidente Vladimir Putin, quien le comentó a su par francés,Emmanuel Macron, que Occidente no ha contestado a sus exigencias de seguridad.

"Animamos encarecidamente a Rusia a retirarse y a buscar una resolución a través de la diplomacia", dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., general Mark Milley, en una rueda de prensa en el Pentágono.

El principal general estadounidense subrayó que el uso de la fuerza mediante las armas debería ser "siempre" el último recurso: "El éxito aquí es a través del diálogo".

Milley expresó la preocupación estadounidense ante la concentración de unas 100.000 tropas rusas en la frontera con Ucrania, entre las que hay efectivos terrestres, aéreos, navales, de las fuerzas especiales y cibernéticas, entre otros.

De hecho, aseguró que no se ha visto una concentración tan grande de soldados rusos desde los tiempos de la Guerra Fría.

"Esto tiene una escala y un alcance mayor que cualquier cosa que hayamos visto en la memoria reciente, y creo que hay que remontarse a los días de la Guerra Fría para ver algo de esta magnitud", destacó el general.

Junto a Milley, compareció el secretario de Defensa, Lloyd Austin, quien remarcó que el conflicto con Rusia es evitable, aunque advirtió que Washington apoyará a sus aliados de la OTAN en caso de un ataque ruso contra Ucrania.

En ese sentido, Austin dijo que EE.UU. ha ofrecido a Moscú "un camino para salir de la crisis y hacia una mayor seguridad".

El titular de Defensa afirmó que de momento Washington no ha trasladado soldados en respuesta a la movilización rusa en la frontera con Ucrania, pese a que ha puesto a unos 8.500 efectivos, que se encuentran en suelo estadounidense, en "alerta elevada" ante un posible despliegue en el este de Europa.

Milley agregó que sus fuerzas armadas están "aumentando sus niveles de preparación" ante un hipotético ataque ruso y agregó que en la actualidad "hay un pequeño contingente" de asesores militares de EE.UU. y de la OTAN, además de instructores, en Ucrania.

"Estados Unidos tiene cero sistemas de armas de combate, fuerzas permanentes o bases en Ucrania", indicó.

PUTIN HABLA CON MACRON

Una de las portavoces del Gobierno estadounidense, Karine Jean-Pierre, recordó que el miércoles su país y la OTAN respondieron formalmente a las garantías de seguridad exigidas por Rusia con ideas "efectivas", "constructivas" y destinadas a abordar las preocupaciones de Washington y sus aliados.

Desde Moscú, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, calificó este viernes las respuestas de Washington y de la Alianza de "bastante confusas", aunque admitió que contienen elementos racionales en "asuntos secundarios", como el relativo al emplazamiento de misiles de corto y medio alcance.

Por su parte, el embajador de EE.UU. en Rusia, John Sullivan, aclaró que la carta enviada por su país a Moscú incluye la propuesta de un "acuerdo de seguimiento" a la aplicación del tratado de control Nuevo START, que limita el número de armas nucleares estratégicas con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire.

Paralelamente, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su par ruso, "se pusieron de acuerdo en la necesidad de continuar el diálogo", dijo a la prensa una fuente del Gobierno francés tras la conversación telefónica entre ambos líderes, de algo más de una hora. Aún así, "el diálogo es difícil", ya que "tenemos desacuerdos muy importantes".

La presidencia francesa cree que el intercambio "ha permitido dar más credibilidad al diálogo en este periodo de tensión" y a la "necesidad" de una desescalada en Ucrania.

"Putin dijo claramente que no quería la confrontación", aseguró la fuente oficial francesa.

El presidente ruso mantuvo sobre la mesa sus exigencias tanto para que Ucrania no pueda entrar en la OTAN, como sobre tener un diálogo directo entre el Gobierno de Kiev y los rebeldes separatistas del Donbás.

Sobre el primer punto, Putin repitió su exigencia "de que la OTAN dé garantías sobre su seguridad", indicó la fuente oficial francesa y agregó que Moscú también quiere la retirada de fuerzas y armamentos ofensivos en otros países europeos del antiguo bloque soviético que también querría ver fuera de la Alianza Atlántica.


LAVROV:"SI DEPENDE DE RUSIA, NO HABRÁ GUERRA"

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, señaló ayer que "si depende de Rusia, no habrá guerra", en entrevista con medios locales. "No queremos guerras, pero tampoco permitiremos que se ignoren y se pisoteen groseramente nuestros intereses", agregó el jefe de la diplomacia rusa y advirtió que "el régimen de Kiev no controla a una enorme cantidad de militares". Además, Lavrov se refirió a la posición estadounidense:"Si ellos insisten en que no modificarán sus posturas, nosotros tampoco lo haremos. Simplemente la posición de ellos se basa en argumentos falsos y la nuestra se asienta en documentos firmados por todos".

Argentina llega a acuerdo para pagar deuda de más de 44 mil millones de dólares al FMI

El presidente trasandino, Alberto Fernández, anunció el entendimiento con el Fondo Monetario Internacional, y ahora el Congreso debe refrendarlo.
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Argentina llegó a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar un millonario crédito otorgado en 2018, sumando un nuevo capítulo en su conflictiva historia con el organismo, que comenzó a finales de los años 50 del siglo pasado, cuando el país recibió su primer préstamo.

Tras más de un año de intensas negociaciones, el Gobierno de Alberto Fernández anunció que llegó a un entendimiento con el FMI, que, de ser refrendado por el Congreso, permitirá reformar el pago de préstamo de más de 44.000 millones de dólares contraído durante el mandato de Mauricio Macri (2015-2019), y despejar en gran medida el negro panorama que arrastra.

Pero este es solo el último de los muchos acuerdos desde que Argentina se incorporó al organismo multilateral de crédito en 1956, durante el régimen militar que derrocó a Juan Domingo Perón.

Según un estudio de la economista Noemí Brenta, desde su adhesión al FMI hasta 2021, Argentina firmó 21 acuerdos de "condicionalidad fuerte" -que conllevan medidas que los gobiernos se comprometen a adoptar en el marco de programas de ajuste- y además tomó otros tipos de financiamiento.

ARAMBURU A FERNÁNDEZ

Una relación de idas y vueltas, de crisis y ajustes -sumada a la también conflictiva historia de impagos a los acreedores de deuda privados- que ha dejado capítulos como el que vivió el país durante la grave crisis del 'corralito' de 2001, cuando acabó declarando el mayor cese de pagos de su deuda externa: 102.000 millones de dólares.

Fue en abril de 1957 cuando el FMI realizó su primer préstamo a Argentina, por 75 millones de dólares, durante el Gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu (1955-1958).

Según datos del Museo de la Deuda Externa de Argentina, al finalizar la última dictadura (1976-1983), la deuda aumentó un 449 % -de 8,2 mil millones en 1976 a 45 mil millones en 1982-, una pesada herencia que recibiría Raúl Alfonsín (1983-1989).

Durante el Gobierno de Carlos Menem (1989-1999), caracterizado por su política de apertura económica y privatización de empresas públicas, el papel del FMI fue clave para mantener la convertibilidad entre el peso y el dólar. Y la bola de la deuda siguió creciendo.

Una situación que estalló durante el mandato de Fernando de la Rúa (1999-2001), cuando se acordó un 'blindaje' a cambio de un fuerte ajuste fiscal. Sin embargo, el FMI acabó suspendiendo el desembolso de fondos por no cumplir metas y, tras una crisis, por primera vez en la historia, el presidente presentaba su renuncia.

Néstor Kirchner (2003-2007) quiso cancelar en un pago la deuda con el FMI -por un total de 9.500 millones de dólares-, solo durante nueve años -con Gobiernos de diferentes colores- y el país no estuvo bajo acuerdos con el organismo.

Durante los Gobiernos de Kirchner y su esposa, Cristina Fernández (2007-2015) -actual vicepresidenta- Argentina dejó de someterse a las revisiones anuales económicas por parte del FMI, pero en 2016, tras la llegada de Macri al poder, la relación con el FMI volvió.

Fue en 2018 cuando el país adquirió el mayor préstamo que el organismo ha otorgado en su historia, el mismo que sigue trayendo problemas.


EL EFECTO DEL CORONAVIRUS EN LA DEUDA ARGENTINA

Casi cuatro años de crisis lleva Argentina y esto se vio agravado por la pandemia de coronavirus que ha afectado fuerte en tierras trasandinas, llegando a altos niveles de inflación y pobreza, e incluso con la posibilidad de caer en "default". Solo ayer se registraron 63.884 nuevos casos de covid-19 y 305 fallecimientos. El número total de contagiados ascendió a 8.271.636 personas desde que inició la pandemia.

Dinamarca eliminará todas las restricciones el martes: "Bienvenida la vida que teníamos antes"

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A partir del martes de la próxima semana, Dinamarca eliminará todas las restricciones que impusieron a raíz de la cuarta ola de coronavirus, considerando la menor gravedad que ha implicado la variante ómicron y el gran número de personas vacunadas en el país.

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, señaló que "estamos listos para salir de la sombra del coronavirus, decimos adiós a las restricciones y le damos la bienvenida a la vida que teníamos antes. La pandemia sigue, pero hemos pasado la etapa crítica".

"Puede parecer raro y paradójico que eliminemos las restricciones con las actuales cuotas de contagio, pero hay que fijarse en más cifras, una de las más importantes es la de enfermos de gravedad y esa curva se ha roto", agregó la autoridad.

Uno de los números decisivos que le permitió al gobierno dar ese paso fue el porcentaje de vacunación: el 80,6% de los daneses han recibido el esquema completo y un 60% cuenta con dosis de refuerzo.

TRES FASES

Por otro lado, en cuidados intensivos informaron 40 pacientes, disminuyendo la cantidad, y de acuerdo a la primera ministra estos registros confirman que ómicron es una variante "menos dañina".

Frederiksen indicó que habrá tres fases. La primera será hasta primavera y seguirán con recomendaciones para proteger a los grupos de riesgo, promoviendo el uso de mascarillas en asilos y obligación de test para quienes viajen a Dinamarca sin estar vacunados.

Hasta otoño del hemisferio norte tendrán la segunda etapa que será de vigilancia y preparación para la tercera, en invierno, donde ven "muy posible" que, ante la nueva estación y los cambios de clima, parte de la población o toda deba vacunarse otra vez.

Este país ya había eliminado las restricciones en septiembre y fue uno de los primeros en retirar la obligatoriedad de la mascarilla, pero la nueva ola de ómicron obligó a retomar una serie de medidas.