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Reveló estudio

El 88% de los chilenos asegura que vivimos en un país diverso

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Durante la última década la sociedad chilena ha experimentado fuertes cambios culturales que han permitido visibilizar a distintos grupos marginados, entre ellos, los inmigrantes, las distintas orientaciones sexuales, las mujeres y su participación en altos mandos, etc. No obstante, esta diversidad que existe en el país no se traduce necesariamente en tolerancia ni tampoco en inclusión de estos grupos.

En esta línea, la investigación titulada "¿De qué hablamos cuando hablamos de diversidad?", desarrollada por MetLife, Pride Connection y Criteria, reveló que un 88% de los encuestados cree que Chile es un país diverso, sin embargo, de ese porcentaje, un 33% señaló que somos "muy diversos" y un 52% dice que somos "algo diversos". Asimismo, según la percepción de los chilenos, en los lugares donde existe más diversidad es en las empresas privadas, Convención Constitucional, universidades y redes sociales. Por el contrario, la política, iglesia católica, educación escolar y Fuerzas Armadas, son aquellos espacios descritos como muy poco diversos.

Para Gregorio Ruiz-Esquide, country manager de MetLife Chile, le hace sentido que entre los lugares más diversos esté el sector privado. "Hoy se nos exige a las empresas un mayor compromiso con valores como la diversidad, la transparencia y una gestión sostenible. Estamos seguros que la diversidad contribuye a que las organizaciones se nutran de las diferencias individuales para así actuar de forma conjunta en proyectos comunes, en los que cada persona se sienta aceptada y valorada en el equipo para fortalecer el sentido de pertenencia".

Otro de los hallazgos importantes de la investigación es que el concepto LGBTI+ abarca activamente la diversidad sexual y de género, ya que cuando se preguntó cuáles son las ideas que se relacionan a este término, la diversidad fue el concepto más usado, representando el 33%. A esto le siguen las lesbianas con un 21% y los gays con 16%. Resulta interesante destacar que el concepto que menos se asocia con la sigla LGBTI+ es la inclusión, ya que solo el 3% de los encuestados optó por esa respuesta. Sin embargo, el estudio refleja que la comunidad LBGTI+ es la diversidad más aceptada en la sociedad, ya que el 86% dijo que tiene conocidos y el 66% que tiene amigos de esta comunidad.

Al respecto, el director de Pride Connection, Emilio Maldonado valoró los resultados y agregó "lo que no se mide, no puede ser mejorado, y este estudio permite conocer las percepciones que tiene la población frente a la diversidad y, sobre ellas, mejorar el trabajo que hacemos con las organizaciones que componen nuestra red de empresas".

Si bien, este estudio muestra que la sociedad chilena ha cambiado y se están incorporando nuevos términos en cuanto a la diversidad, el porcentaje de actitud positiva frente a este tema no es alto. Según la investigación, el 37% de los chilenos cree que la diversidad es un tema positivo y a resaltar, mientras que, por el contrario, el 29% de ellos lo ve como algo negativo. En esa misma línea, las mujeres y las generaciones más jóvenes son quienes tienen una actitud más positiva hacia la diversidad y la aceptan de mejor manera. El estudio reveló que el 46% de las mujeres encuestadas ve la diversidad como un atributo positivo versus el 18% que lo ve de manera negativa. Por su parte, un 42% de los hombres encuestados respondieron que la diversidad es algo negativo y solo el 25% cree que es algo a destacar.

Para Cristian Valdivieso, director de Criteria, esto se explica porque "son los grupos que históricamente han estado discriminados o han sentido la discriminación y la dificultad para llegar al poder. Las mujeres y las minorías sexuales son las que más han impulsado la diversidad y la inclusión en la sociedad, y también las nuevas generaciones que crecieron con la diversidad como algo más natural y no tienen que adaptarse, sino más bien empujarlo".

Eje estratégico

Facultad de Ingeniería UdeC potencia la formación en innovación para entregar soluciones a la sociedad

Inti Núñez, director de Estrategia de la entidad, detalla la labor efectuada en los últimos años para fomentar la Ingeniería aplicada, además de fortalecer lazos con la industria.
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El emprendimiento y la innovación son ejes fundamentales en la labor que desarrolla la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción (UdeC), aspectos que son abordados desde la perspectiva de formar profesionales que entreguen soluciones a los problemas de la sociedad actual.

En opinión de Inti Núñez, director de Estrategia de la Facultad de Ingeniería UdeC, la participación de los ingenieros en responder a los desafíos que presenta el mundo es relevante. "Puede que muchos jóvenes tengan claro qué es la Medicina, o entiendan lo que hace un abogado, pero explicar lo que hace la Ingeniería es complejo y muy amplio. Diría que los ingenieros son 'los que hacen las cosas'. Los que hacen los edificios, son los que llevan al hombre a la Luna, son los que mejoran los alimentos, los que hacen juegos de computador, los que pensarán y harán las casas que vamos a tener en 20 años más, y los que van a lograr que en 10 años más haya gente viviendo en Marte. Eso, y mucho más, está haciendo la Ingeniería".

Hace algunos años que esta facultad se viene adaptando a estos escenarios, por medio de iniciativas como el Consorcio 2030 (junto con las facultades de Ingeniería de las universidades Católica de Valparaíso y de Santiago). Algunos resultados obtenidos por el consorcio se relacionan con acortar la duración de las carreras, obtener acreditaciones internacionales, potenciar la vinculación con la industria, y entender y fomentar más la innovación.

"Esperamos que una vez que termine la crisis sanitaria se pueda expresar todo lo que hemos venido haciendo, lo que resumiría en tres líneas: Una es afianzar la Ingeniería en la práctica, dando soluciones, lo que se ha notado, por ejemplo, en la fabricación de los ventiladores mecánicos junto a Asmar, en la Data Science aportada por los profesores en pandemia, y el impulso del Hidrógeno Verde. Lo segundo es fomentar la innovación, ponerla en un estándar moderno para que la aprendan nuestros estudiantes, ya sea en pregrado como en postgrado. Lo tercero es que nuestros alumnos no son solo ingenieros, sino que son personas que aportan a la sociedad, en todo nivel, y participando en proyectos que son multidisciplina", detalla Núñez.

-¿Se podría decir que esas son las características distintivas de la facultad, aspectos que pueden atraer a un joven a estudiar con ustedes?

-Los jóvenes que estudien con nosotros se encontrarán con la mejor Ingeniería aplicada del país y de Latinoamérica, una Ingeniería que está al borde en lo que se está haciendo. En segundo lugar trabajamos profundamente para que ellos conozcan una innovación de calidad global. Nuestra facultad y la universidad es un puente al mundo, la mejor puerta al mundo que tiene la Región, y eso es un orgullo.

Un tercer aspecto es que el profesional que sale de la facultad no está envuelto en sí mismo, es uno que mira otras cosas, son íntegros, completos, personas reconocidas como aportes a la sociedad.

VÍNCULOS

-Dentro del contexto que menciona, ¿de qué manera la facultad se ha estado vinculando con las empresas e industrias locales y nacionales?

-Históricamente, la Facultad de Ingeniería, y la Universidad de Concepción en general, ha tenido un desempeño de aplicación, porque su misión ha sido desarrollar la Región, y en ese sentido ha habido una relación estrecha con muchos sectores, como la minería, la pesca, el forestal, con la construcción. Hay una relación larga, pero siempre se puede mejorar. Quizás tener acuerdos que sean más de mediano plazo y sobre misiones más plurianuales. Pareciera que cuando estamos hablando de temas más grandes, pudiésemos coordinar de mejor forma nuestra fuerza en lo que se hace. Obviamente, se han estado empezando a hacer cosas de mayor alcance. El Centro de Industria 4.0 lo ha hecho muy bien, también avanzando mucho en las áreas de Data Science, en el hidrógeno verde, la química, etc. Lo que estamos buscando es tener puentes más robustos, de mejor conversación y, como digo, de mayor volumen y plurianuales, que nos sintamos más cómodos en la coordinación.

-¿Qué se proyecta en el futuro de la facultad?

-Vamos a avanzar muchísimo en todo lo que son las alianzas en innovación con las mejores universidades del mundo. También vamos a tener una infraestructura que va a ser muy desafiante para los alumnos, porque vamos a mejorar todo lo que es la arquitectura de los laboratorios, que es donde ellos van a tener la práctica de la Ingeniería, en donde puedan interactuar muchísimos estudiantes a la vez, todo esto con certificaciones de nivel mundial y las mejores alianzas.

Explican abogados

Trabajadores menores de edad tienen los mismos derechos laborales que los adultos

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Con la llegada del verano no solo se abre el período de piscinas y playas, también la de los empleos temporales en que muchos jóvenes, principalmente escolares y universitarios, están interesados en trabajar. Desde la cosecha de fruta, garzones en restaurantes, dependientes en supermercados hasta en agencias como promotores, las posibilidades son diversas. Por lo tanto, es fundamental que tanto ellos como sus padres sepan los derechos y deberes laborales vigentes.

La edad mínima para trabajar es 18 años y, excepcionalmente, pueden hacerlo los menores de 18 y mayores de 15. En el caso de estos últimos, "debe existir la autorización expresa del padre o madre; a falta de ellos, del abuelo o abuela. También, de no contar con los mencionados, de los guardadores, personas o instituciones que hayan tomado a su cargo al menor. Y, de no contar con ninguna de las figuras anteriores, del inspector del Trabajo", explica el coordinador de la Clínica Jurídica de la Universidad San Sebastián sede Concepción, Diego Lapostol Piderit.

Además, el postulante debe acreditar la culminación de sus estudios de enseñanza media o estar cursando ésta o la educación básica. De hecho, los menores de edad "no podrán desarrollar labores por más de 30 horas semanales y, en ningún caso, podrán trabajar más de 8 horas diarias", detalla Ricardo Ávila Quezada, abogado de la Clínica Jurídica USS.

Respecto a la naturaleza de estos empleos, "deben tratarse de trabajos ligeros o que no perjudiquen la salud y el desarrollo del menor. Esto se conoce, de acuerdo con la ley, como: 'Trabajo adolescente protegido'. Por otra parte, se identifica como trabajos peligrosos, debido a sus características, a aquellos en establecimientos de fabricación, almacenamiento, distribución y/o venta de armas, e incluso los que no cuentan con la compañía o supervisión permanente de una persona mayor de edad", puntualiza Ávila.

OBLIGACIONES DEL EMPLEADOR

Sobre las obligaciones legales que tendría un eventual empleador con un joven, serían las mismas emanadas frente a una persona mayor de edad. Por tanto, tiene el deber de registrar el contrato de trabajo en la respectiva inspección comunal del Trabajo.

"También le pueden dar vacaciones, ya que operan de la misma forma con respecto a los mayores de 18 años. En el caso de los contratos por obra o faena que sobrepasen el año, igualmente existen días de vacaciones a su favor. De hecho, también tienen derecho a indemnización, por ejemplo, por años de servicios. Eso, porque así lo establece el artículo 163 del Código del Trabajo", indica el abogado Diego Lapostol.

Finalmente, si el joven es carga de alguno de sus padres y adquiere la calidad jurídica de cotizante por el trabajo, podrá optar por permanecer en la isapre celebrando un contrato de salud de manera independiente con ésta. "La institución estará obligada a suscribir el respectivo contrato de salud previsional y ofrecerle los planes de salud que comercializan. En especial, aquellos cuyo precio se ajuste al monto de su cotización legal, sin que puedan imponerle otras restricciones que las que ya se encuentran vigentes ni exigirles una nueva declaración de salud", concluye el abogado Ávila.