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Espera venir luego a Concepción

Francisca Valenzuela invita a brindar por la vida

La cantante nacional acaba de lanzar "Salú", con lo que evidencia un sonido de carácter más festivo, pese a la pandemia. Ésta es la tercera canción de una trilogía vital, que ha captado la atención de las audiencias radiales como también a través de plataformas streaming.
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Por Luciana Díaz Gutiérrez

"Salú", nombre del nuevo single de Francisca Valenzuela, es una apuesta por la vida, su fiesta y lo que implica en ésta. Ya tuvo oportunidad de presentar el corte en vivo, en su retorno a Chile, con un concierto en el Parque Estéreo el mes pasado, agotado, y que espera replicar en ciudades como Concepción y otras del país.

"Estuvo muy bonito, emocionante, fue increíble ver a tantas personas juntas al aire libre, escuchando música, celebrando en vivo y conectando. Fue una experiencia muy anti pandemia, pero con todas las pruebas y antígenos necesarios", señaló la artista de 34 años sobre la jornada esperada por ella misma, como también parte de los presentes.

Junto a "Castillo de cristal" y Un nuevo baile", "Salú" integra una trilogía, con líricas escritas durante la pandemia en un momento difícil y nostálgico, según confiesa para todos en algún sentido.

Con un videoclip, dirigido por ella, publicado el 10 de diciembre pasado, este tercer corte tiene un trasfondo como para lanzarlo a fin de año. Contiene una letra, describe, que a pesar de todas las dificultades que se han vivido estos últimos dos años de incertidumbre, se pueden celebrar las cosas buenas y malas que trae la vida.

"La nostalgia fue lo que me inspiró a crear 'Salú', quería volver a conectar y esta canción va dirigida a la vida, al paso del tiempo, al final de una etapa y al principio de otra. Es un tema que habla sobre cambiar y crecer, pero después tuvo este vuelco de que era más festivo", expresa Valenzuela, con su cuarto disco, "La fortaleza", lanzado en 2020.

Por lo mismo, indica, un corte con ese título le fue apropiado para presentarlo en una fecha, para "celebrar todo lo que se ha ido y recibir lo que llegará", en diciembre.

PROPÓSITO CLARO

Para Francisca Valenzuela "Salú" contenía un fundamento claro, también en su paso al audiovisual de tres minutos y medio, buscando plantear el salud por lo bueno y lo malo.

"Tenía un propósito, que era grabar una fiesta, al principio era más coreografiado y actuado, pero al final fue una fiesta literal. Invité a todos los amigos y amigas que estaban en México, chilenos, argentinos, dominicanos. En ese momento, filmamos la fiesta, un momento emocionante y bonito", recordó la cantante, quien se puso frente a la cámara para los clips de "Castillo de Cristal" y "Un nuevo baile", registrados en México.

Por lo mismo, se trata de una trilogía planteando una faceta más colorida, extrovertida y teatral, característica que se mantendrá -adelanta- en su nuevo álbum que será presentado en 2022.

El enfoque que tienen estas canciones es poder crear un mundo paralelo a lo que "está pasando en el presente o dentro de este 'apocalipsis' como se refirió.

"Los tres singles tienen una perspectiva de fin de mundo, pero al mismo tiempo trata de tomarlo desde un punto de vista más fantasioso y alegre", ilustró la autora de "Muérdete la lengua".

Explicó que tuvo estas ideas y pudo crear estas canciones, ya que se atrevió a salir de su zona de confort y explorar estas facetas en pandemia, implicando un proceso de descubrimiento.

- ¿Y cómo lo sentiste?

- Es todo muy distinto, por el sonido, tipo de canción. Creo que hay una búsqueda de mi identidad artística. Tuve la oportunidad de estar evolucionando, creciendo, explorando y probando cosas distintas para ir desafiándome.

Algo que desea, siempre que lo permitan las condiciones, es traer esta "fiesta" a la ciudad, con la que ha mantenido una relación cercana. "Creo que Concepción tiene esa sensibilidad, es un lugar cultural muy importante para nuestro país y me encanta cada vez que voy, tengo experiencias memorables en diferentes espacios, como lo fue el último REC", indicó sobre la experiencia de 2019.

Comentario de literatura

Feria Internacional del Libro Biobío: algo más que una feria

La primera versión de la iniciativa terminó el domingo, mirando ya a lo que será una segunda el próximo año.
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Por Tulio Mendoza Belio

No resulta exagerado afirmar que esta Feria Internacional del Libro Biobío (FILB), desarrollada en el marco de la Escuela de Verano UdeC 2022, sea como el gran salto anímico-temporal desde aquellos notables encuentros organizados por el poeta Gonzalo Rojas en esta misma casa de estudios.

Es verdad que en Concepción ha habido otras ferias literarias de diversa índole con distintos organizadores y participantes, pero tal vez ninguna con la voluntad de proyección y ejecución como la presente desarrollada en el campus al aire libre.

Y el resultado lo pudimos apreciar apenas abrió sus puertas a la comunidad.

Lo primero que habría que destacar es el espacio de su emplazamiento: los amplios jardines de la Universidad de Concepción con un aforo al aire libre más que apropiado en tiempos de pandemia.

El Barrio Universitario, punto de encuentro, de tránsito y proyección del centro de nuestra ciudad, acogió esta iniciativa cultural como algo propio de una gestión universitaria. "Por el desarrollo libre del espíritu" tiene vuelo y sentido.

En segundo lugar, sabemos que una Feria de esta importancia debe convocar y reunir a editoriales, distribuidoras, librerías, agentes literarios y todo lo relacionado con el objeto libro y la lectura y, por supuesto, a los poetas y escritores sin los cuales nada sería posible.

Sin embargo, para cerrar este mágico círculo, aún falta lo más importante y es lo que ha sido notable en esta feria: el público lector, que incluye evidentemente a los creadores (primeros lectores privilegiados de sus propias obras).

Estos lectores se han transformado en asiduos visitantes que no solo compran, sino que establecen un diálogo muy interesante sobre diferentes temas con los encargados de cada stand.

En tercer lugar, habría que destacar todas las actividades paralelas y que tienen como protagonistas a destacados escritores, intelectuales y artistas del país y del extranjero.

No vamos a nombrar a nadie, no se trata de aquello, porque nombrar es también dejar de hacerlo, baste revisar el excelente programa de esta primera versión de la FILB.

RECORDAR EN PRESENTE

Los tres escenarios al aire libre, que recordaron a nombres como Marta Brunet, Marcela Paz y Gonzalo Rojas, fueron testigos de presentaciones de libros, actividades lúdicas para niños, mesas redondas, clínicas literarias y charlas.

Son todas instancias que trajeron a la memoria y recordaron el espíritu crítico y diálogo creativo que tanta falta nos hace para entender que la poesía no solo hace versos, sino que sopla allí donde lo humano, que es imaginación y misterio, tienen un lugar en la lengua.

En cuarto lugar, tenemos que destacar a todo el equipo de organización y las estrategias de difusión para que la Feria Internacional del Libro Biobío tuviera una vinculación directa y oportuna con toda la comunidad.

La amable página web, por ejemplo, con toda la información pertinente, fue otro de los aciertos, así como la participación de escritores y gestores culturales en forma telemática y presencial.

Esta modalidad híbrida no deja de sorprendernos, ya que nos permite anular distancias físicas y decir que estamos aquí.

Ojalá que esta loable y práctica iniciativa, que es algo más que una Feria, y que tanto nos aporta para hacer más poética la existencia en tiempos de penuria, sea algo que se proyecte en el tiempo. Que, finalmente, se instale como patrimonio de nuestra Región.