Aumento en el consumo de alcohol y drogas
El consumo de drogas y de alcohol sigue siendo uno de los problemas que causan preocupación en el país, de acuerdo con los datos que se desprenden del Décimocuarto Estudio Nacional de Drogas de 2020, dado a conocer hace unos días. Para esta encuesta fueron consultadas más de 16.000 personas de todo el país, entre octubre de 2020 y mayo de 2021.
El informe ha revelado que en la Región del Biobío el índice de consumo de alcohol al mes creció desde el 37% en la medición de 2018, a 43,8% en la actualidad. Asimismo, la ingesta de marihuana aumentó desde 8,3% a 11,1%, la de cocaína y pasta base, de 0,3% a 1,3%, y el consumo de tabaco diario pasó de 16,2% a 19,9%. Junto con este incremento en el uso de esas sustancias, el estudio consignó el aumento de la percepción de riesgo del consumo de alcohol y su consumo efectivo, mientras que, en el caso de la marihuana, principal droga ilícita consumida en el país, su percepción de riesgo descendió, pese a que la ingesta se ha incrementado.
Asimismo, en el país se reportó que el uso de tranquilizantes sin receta médica experimentó un aumento del 1,4% en 2018 al 2,0% en 2020, presentando una mayor prevalencia en hombres que en mujeres. Esto último ya había sido advertido en otro estudio elaborado por el Observatorio Nacional de Drogas del Senda publicado en junio de este año, que daba cuenta de cómo ha incidió la pandemia de covid 19 en el consumo de estos medicamentos. "Seguimos en una muy grave situación y necesitamos el esfuerzo de todos para que podamos seguir trabajando en este camino preventivo", ha señalado el director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), Carlos Charme.
Es evidente que los jóvenes hoy están más expuestos a la oferta de drogas y alcohol, ya que la distribución se ha ramificado por todas partes y se encuentra en las cercanías de los centros de estudio, en los lugares adonde van a divertirse o en los barrios donde viven. Es preocupante el incremento del consumo de marihuana que se aprecia desde 2011, mientras que paralelamente han disminuido los índices de percepción de riesgo que tienen especialmente los niños y jóvenes acerca de los daños que provoca su uso. La Sociedad de Psiquiatría y Neurología de la Infancia y Adolescencia de Chile ha advertido que la disminución de la percepción de riesgo, el alza en la potencia de la marihuana y los intentos de legalizarla han demostrado ser alicientes para el consumo de esta droga. Es por esto que han señalado que hay que considerar la evidencia científica, ya que no se trata de una discusión de libertades individuales, sino de las consecuencias que podrían tener en miles de ciudadanos, en especial adolescentes, las miradas poco científicas del problema que enfrentamos.
Muchas veces, un entorno deteriorado y disfuncional hace que un sector de los jóvenes opte por refugiarse en la bebida y en las sustancias ilícitas, lo que conlleva a la aparición de la violencia y el riesgo de caer en alguna acción delictual con el fin de conseguir dinero y proseguir en el vicio.
El Gobierno puso en práctica, previo a la pandemia, el programa "Elige vivir sin drogas", con el fin de prevenir el consumo de estas sustancias entre los escolares, con un plan inspirado en un exitoso modelo de prevención desarrollado en Islandia, que recoge el aporte de las sociedades médicas y científicas e incorpora la experiencia de la sociedad civil, de los municipios y del Estado. Lamentablemente, la situación epidemiológica interrumpió en parte ese programa, que se basa en las familias, a las que se les entregan instrumentos eficaces para cuidar y proteger a los niños; las escuelas, con programas preventivos que involucran a alumnos, padres y profesores; una mejor oferta pública de actividades, para que los niños y adolescentes tengan más y mejores oportunidades deportivas, culturales, recreativas y comunitarias a las cuales dedicar su tiempo libre.
En la Región del Biobío el índice de consumo de alcohol al mes creció desde el 37% en la medición de 2018, a 43,8% en la actualidad. Asimismo, la ingesta de marihuana aumentó desde 8,3% a 11,1%, la de cocaína y pasta base, de 0,3% a 1,3%, y el consumo de tabaco diario pasó de 16,2% a 19,9%.