Fiscalización a la calidad del agua en playas
Hace unas semanas la Autoridad Sanitaria realizó una fiscalización a la calidad de las aguas de diferentes lagos, playas, ríos y balnearios de la Región del Biobío para determinar los niveles de contaminación y descartar algún tipo de riesgo para la salud, cuando se aproxima el verano.
La temporada de playas y piscinas se inicia oficialmente el 15 de diciembre y se extiende cada año hasta el 15 de marzo. La seremi subrogante de Salud, Isabel Rojas, ha señalado que de acuerdo con los informes técnicos basados en las muestras de agua, la Gobernación Marítima determina si son aptas o no para el baño en verano, con el fin de dar tranquilidad a la población respecto a qué lagunas y playas son seguras y no exponerse a enfermedades. Las autoridades sanitarias pueden notificar y exigir a los municipios la instalación de letreros de advertencia, así como también que los mismos delimiten el área aceptada para el baño, en el caso que el sitio se encuentre funcionando con zonas restringidas para el uso público.
Las playas que se han controlado en la región son las de Escuadrón, en San Pedro de la Paz, Playa Blanca, Colcura, Chivilingo, Caleta El Blanco y Playa la Conchita, en Lota; Tumbes, Isla Rocuant, El Morro, Caleta El Soldado, Sector María Isabel, Los Reyes, Lenga y Ramuncho, en Talcahuano; Bellavista, Estación, El Morro, Punta de Parra, Dichato y Coliumo, en Tomé; Playa Penco, Playa Negra y Lirquén, en Penco; Playa Llico, Laraquete, Arauco, Tubul y Rumena, en Arauco; Playa Tirúa y Quidico, en Tirúa; además de Playa Larga, Millaneco, Bocalemu, en Lebu. Asimismo, las lagunas controladas son Laguna Chica y Laguna Grande, en San Pedro de la Paz; Playa Boca Sur, río Biobío, Caleta del Rey, Laguna Señoraza (Laja). Además, lagos Lleu Lleu y Lanalhue, de los balnearios Municipal, Complejo Alemán y Campos Deportivos de Llacolén.
Respecto de la seguridad para los bañistas, las aptas son aquellas que reúnen las condiciones naturales de fondo parejo, pendiente suave, fondo arenoso, sin restos de construcciones submarinas, oleaje suave, escasa corriente, sin remolinos y sin algas. De entre éstas, las playas habilitadas deben tener un concesionario (ya sea una municipalidad o un particular) que proporcione el personal de salvavidas y su equipamiento necesario.
Previo a la pandemia, 312 bañistas se accidentaron en playas de todo el país, el 73,1% de ellos en lugares no habilitados para nadar, y quince de ellas murieron ahogadas. Por ello, se ha reiterado la responsabilidad colectiva e individual que les cabe a los bañistas, para evitar los riesgos que conlleva ingresar al mar cuando no se cumplen las precauciones mínimas de seguridad, que hacen la diferencia entre la vida y la pérdida de ella, o tener que lamentar graves accidentes.
De ahí que se ha llamado a los veraneantes a no adelantarse a la apertura de la temporada, ya que en esos lugares de descanso aún no hay salvavidas. También hay que respetar los letreros que indican cuando un sector solo tiene la condición de playa solanera y no de baño. En ocasiones, las personas insisten en lanzarse al agua en lugares prohibidos, arriesgando sus vidas, mientras que en las playas autorizadas hay quienes hacen caso omiso a las señalizaciones de prohibiciones que se indican con banderas, y a las sugerencias de los salvavidas. Otras, optan por ingresar al mar estando bajo la influencia del alcohol, lo que constituye un riesgo. Son obviamente actitudes irresponsables, que en definitiva pueden traducirse en accidentes con resultado de muerte por inmersión y que incluso ponen también en riesgo la vida de otras personas que participan en el salvamento de quienes cometen estas imprudencias. Hay que considerar la labor que realizan cada año hombres y mujeres encargados del salvamento en los distintos balnearios y playas, quienes se transforman en personajes claves al ser los primeros en acudir en ayuda de quien la necesita.
De acuerdo con los informes técnicos basados en las muestras de agua que toma la autoridad sanitaria, la Gobernación Marítima determina las playas o balnearios que serán aptos para el baño en verano, con el fin de dar tranquilidad a la población y no exponerse a enfermedades.