"Los votos no son de nadie": así quedó el mapa político en Biobío tras inesperado resultado electoral
Entre lo sorpresivo de la elección se destaca la alta votación obtenida por Sebastián Keitel como carta al Senado y que permitió el doblaje de la lista de Chile Podemos+. A ello se suma la irrupción del Partido de la Gente con dos parlamentarios y cuatro consejeros regionales. También hubo grandes derrotados, como el caso de José Miguel Ortiz y el pacto Apruebo Dignidad, que no lograron cumplir con las expectativas. Según los expertos, aquello tiene relación con discursos que no bajan al territorio más próximo, así como al recambio que se busca de la política.
Por Lesly Zurita Arriagada / lesly.zurita@diarioelsur.cl
La irrupción del Partido de la Gente con seis escaños entre el Congreso y el Consejo Regional, la caída del mito de que el Biobío no vota por "afuerinos" y el declive de los favoritos. Esas son parte de los resultados que dejaron las elecciones que se realizaron el pasado domingo 21 de noviembre y que, si bien a nivel nacional las encuestas lograron prever los dos nombres que pasaron a la segunda vuelta presidencial -José Antonio Kast y Gabriel Boric- hay otros temas de correlación de fuerzas políticas que no se avizoraron.
Una de las principales interrogantes surgidas desde el domingo tiene relación con el éxito y fracaso de algunos nombres, así como de coaliciones que se esperaban distintos resultados, especialmente porque se venía de un plebiscito donde la opción Apruebo (escribir una nueva Constitución) consiguió el 78% de las preferencias a nivel nacional y donde la elección de los convencionales realizada en mayo tuvo una alta presencia de fuerzas de izquierda.
El cientista político y académico de Administración Pública de la Universidad San Sebastián, Lucas Serrano, resume que en estos comicios "se vienen a romper ciertos mitos en el Biobío. Es una elección mala para las fuerzas tradicionales, siendo la derecha la que logra capitalizar algo de eso, cuando históricamente se decía que esta Región era de la Concertación. La lectura de que hay ciertos caciques que son imposibles de derrotar ya no existe. Hay que hacer la lectura de un votante que ha mutado y eso es interesante de ver".
En la misma línea, la docente de la Facultad de Gobierno de la UDD, Lesley Briceño, puntualiza que "nos encontramos con que la participación a nivel regional fue del 46%, son los mismos que fueron a votar en otras elecciones, no es un votante nuevo que irrumpe, es el mismo de siempre que está cansado de las lógicas tradicionales. Esas personas ya no encuentran coherencia con discursos partidistas como el nepotismo y los operadores, pero también -en una mal sentido- de las negociaciones, que se llaman despectivamente 'la cocina', pese a que es necesario negociar para llegar a acuerdos".
En ese sentido, distintos analistas coinciden en que el cambio de la correlación de las fuerzas políticas tiene una explicación: "Los votos no son de nadie". Es decir, ya no existe la lealtad a un sector, partido o autoridad en específico y, por ende, el voto cruzado permite tener resultados que no eran esperados y que no se condicen con elecciones anteriores, incluso unas que se celebraron con apenas seis meses de diferencia.