Bombero de Talcahuano busca proteger Iglesias en Chiloé
Damián Farías diseñó un plan comunitario de prevención de incendios, en un trabajo realizado con las respectivas comunidades sureñas.
En enero de 2020, un incendio destruyó la Iglesia San Francisco de Ancud, uno de los grandes ejemplos de la escuela chilota de arquitectura religiosa en madera.
La situación, que terminó con la pérdida total del templo, puso en evidencia la fragilidad del patrimonio isleño frente a variables de riesgo como un incendio.
Por ello, la Fundación ProCultura trabajó y postuló un proyecto titulado "Plan comunitario para la prevención de riesgos de incendios en el Sitio Patrimonio Mundial Iglesias de Chiloé", ante el Servicio Nacional del Patrimonio.
Estos últimos son quienes financian la iniciativa, mientras que la Fundación Iglesias Patrimoniales de Chiloé (FIP) -coadministradora del sitio junto a ProCultura- es quien lo ejecuta.
Liderado por el bombero, experto en patrimonio e historiador de Talcahuano, Damián Farías, el plan incluye una propuesta general para el sitio y una específica para cada una de las 16 iglesias chilotas, tomando en cuenta sus particularidades en términos arquitectónicos, como sociales y de sus entornos geográficos.
"Son construcciones de relevancia mundial -declarado por la Unesco- pues constituyen un ejemplo de la escuela tradicional de construcción en madera. A eso, debemos sumarle que son lugares de encuentro social y representan un fuerte componente identitario para los chilotes", señaló el también encargado de emergencias de la fundación.
RESGUARDO
Puesto en marcha a inicios de agosto, el plan contempla nueve meses de duración, con una fecha de término fijada en mayo de 2022.
La iniciativa tiene el objetivo de coordinar las acciones necesarias en torno a prevención y reacción de incendios, y con ello reducir sus probabilidades y efectos sobre las históricas edificaciones.
De acuerdo al también encargado territorial del Biobío de ProCultura, esto se está implementando en varias etapas. "Las primeras dos, consisten en un diagnóstico de la situación y un encuentro con las comunidades. Posterior a ello, se trabajará en el desarrollo de los planes de emergencia, y habrá una ronda de capacitaciones a los cuerpos de bomberos y a las comunidades", dijo.
Siendo todas monumentos hitóricos nacionales, las iglesias de Achao, Quinchao, San Francisco (Castro), Rilán (Castro), Nercón (Castro), Aldachildo (Puqueldón), Ichuac (Puqueldón), Detif (Puqueldón), Vilupulli (Chonchi), Chonchi, Tenaún (Dalcahue), San Juan (Dalcahue), Colo (Quemchi), Dalcahue, Chelín (Castro) y Caguach (Quinchao), fueron declaradas como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2000. Las de Chelín y Caguach, entraron en la categoría un año más tarde.
En su tiempo de trabajo la instancia contempla jornadas de capacitación a la comunidad, a través de las 16 mesas de emergencias constituidas, y a los seis Cuerpos de Bomberos presentes en el archipiélago de Chiloé.
Allí se repasará la activación de la red de emergencia y acciones prioritarias, que deberán ser realizadas, tanto para la prevención como ante un caso de incendio.
En dichas jornadas, se entregará material gráfico impreso y digital para cada comunidad. Estarán especificados los protocolos establecidos en el plan particular de cada una de las iglesias.
Farías ha visitado los templos viendo el cariño de las comunidades hacia sus iglesias. "Son mucho más que una construcción monumental, la fe se vive diariamente en ellas y son espacios de encuentro de las comunidades".
Agregó que los templos son valiosos como lugares de culto. "Pero tienen un componente social e identitario que debe ser resguardado para las futuras generaciones", resume el bombero de 29 años.
Con una implementación que ha sido exitosa, el historiador cree que "el modelo del proyecto e instrumentos que aplicamos para evaluar el riesgo pueden ser escalables a otras realidades de sitios de patrimonio, por ejemplo, Lota, que postula a ser declarada Patrimonio de la Humanidad".
A través de estas acciones, el proyecto busca generar un espacio de diálogo y transferencia entre las comunidades. A la vez que generar acciones que apunten a capacitar e integrar a los actores involucrados en su cuidado.
"Es necesario generar instancias de análisis y trabajo comunitario frente las situaciones de riesgo que aquejan hoy a este lugar, siendo la amenaza de incendios el mayor desafío", acotó Natalia Cruz, arquitecta y coordinadora de proyectos de la FIP.
9 meses contempla el plan para la prevención de riesgos de incendios en el Sitio Patrimonio Mundial Iglesias de Chiloé.