"Realizaremos una inversión muy fuerte para habilitar la medicina del futuro"
En conversación con EL SUR, el economista revela que destinarán hasta $7 mil millones a mejorar plataformas. También realiza un balance del rol del recinto durante la pandemia.
Hace poco más de un año que Andrés Illanes Guzmán asumió como gerente general de Clínica Sanatorio Alemán. El economista de la Pontificia Universidad Católica y MBA de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, llegó al cargo en un período complejo marcado por la pandemia y hoy, ya en una etapa un poco más tranquila en materia sanitaria, se apresta a conseguir nuevos objetivos.
La gestión de Illanes estará ligada también a los 125 años de historia que el recinto cumplirá el próximo año y al cambio de imagen corporativa que se concreta en estos momentos. En miras de aquello, hay en carpeta una serie de inversiones asociadas al plan de crecimiento que pretenden mejorar los niveles de atención, fortalecer el trabajo de la clínica y dejar atrás las vicisitudes que trajeron consigo la explosión de 2018, los problemas financieros y la emergencia por covid-19.
"Solo en elementos de protección personal hemos gastado más de $1.000 millones, más los aumentos de dotación o arriendos de ventiladores adicionales. Todo eso significó un deterioro financiero en 2020, pero, felizmente, este año nos está yendo mucho mejor y la salud financiera no es un tema que nos tenga preocupados, pese a que todavía no revertimos el impacto. Eso nos posibilita proyectar planes de inversión que mejoren la calidad de servicio y el compromiso con la comunidad", puntualiza.
PLAN DE CRECIMIENTO
Uno de los aspectos importantes que buscará robustecer en el Sanatorio tiene que ver con el área informática. Según cuenta Illanes, se prevé realizar una "inversión muy fuerte" que, a la postre, permitirá "habilitar la medicina del futuro o telemedicina".
Así, la idea es añadir elementos de monitoreo descentralizado o plataformas que aglutinen todas las estadísticas e información de los usuarios para acompañarlos y ayudarlos en la toma de decisiones. Para ello, la clínica se encuentra en un proceso de licitación en donde participan nueve consorcios.
"Esta es una iniciativa que nos va a costar entre $5 mil millones y $7 mil millones en los próximos cinco años y esperamos que se comience a implementar a principios de 2022. Tendrá un impacto en toda la línea, porque cambiará la forma de operar, los médicos modificarán la manera de registrar sus datos, los pacientes van a ver algo distinto en el agendamiento y se tendrá que aumentar la contratación de gente, por ejemplo", revela.
Frente a este nuevo escenario, advierte que el desafío pasa más bien por cómo se logra explotar la tecnología para mejorar los servicios y cómo se mantiene un sello de humanidad. "El gran peligro es pensar que las máquinas resuelven la salud de las personas, porque eso no es así. Son los equipos profesionales multidisciplinarios", precisa.
Otras de las medidas que baraja la institución apuntan a reorientar algunos espacios físicos a fin de hacerlos más acogedores, incrementar el número de unidades de tomas de muestra, o invertir en un resonador, un PET/CT (equipo que combina técnicas de la tomografía computada y tomografía por emisión de positrones) y pabellones nuevos. A ello se suma la implementación de una familia de seguros a lanzar este martes y la coordinación con la Seremi de Transportes y el municipio para encontrar una solución al taco que se produce en la Avenida Pedro de Valdivia.
ROL EN PANDEMIA
-¿Dónde estuvo la mayor complejidad a la hora de enfrentar la emergencia por covid-19?
-El gran desafío fue el que asumieron las personas de la primera línea, ya que fue humano, no técnico ni tecnológico. Fue tener a los profesionales adecuados en el lugar correcto. Eso fue difícil, pues cuando pasas de seis camas UCI a 20 hay que más que triplicar el personal altamente especializado. La demanda fue enorme.
-Al Sanatorio Alemán se le asignó un interventor debido al brote registrado en abril de 2020. ¿Qué salió mal ahí?
-Sentimos que, a pesar de que en general hubo una muy buena colaboración público-privada, nos cargaron un poquito la mano. El brote que tuvimos no fue el más grande que hubo en Biobío, pero sí el que causó más ruido comunicacional. Quizá, porque fue el primero o porque la autoridad central quiso, de alguna manera, dar una señal clara de la relevancia con que se tomaba este tema. No nos dieron el mismo trato y nos sentimos un poquito como chivo expiatorio, pero dimos vuelta la página. Con el interventor nos llevamos muy bien, porque resolvimos de manera rápida.
-¿En qué condiciones queda la industria regional de la salud después de esta emergencia? ¿Qué elementos se perdieron?
-Las pérdidas quedaron atrás. Fue el impacto inicial, la caída de actividad. Acá también aparece el desafío de cómo vamos a solucionar el vacío de atención que quedó durante la pandemia. El problema de las listas de espera se agudizó y se agudiza en doble medida, es decir, no solo es que los no atendidos se suman a los rezagados, sino que los pacientes no atendidos se van deteriorando. Hoy tenemos tres usuarios con covid-19, pero mantenemos 15 camas UCI, aunque el nivel de descompensados que han llegado se ha mantenido, y eso seguirá así. Además, antes de la pandemia el 45% de nuestros pacientes era Fonasa, pero hoy eso supera el 55%, ya que la gente no tiene dónde resolver su situación al estar todo lleno.
-¿Y qué se ganó?
-Yo destaco mucho la colaboración público-privada. Creo que eso fue exitoso y el diálogo que hemos tenido ha sido muy fructífero, pues hemos compartido problemas y soluciones. Eso es valioso en vista de las discusiones que vienen hacia adelante. Esta colaboración es un excelente punto de partida para cualquier proyecto futuro de cualquier presidencia y para tener presente como herramienta de gestión. Pensar que la respuesta estará exclusivamente en soluciones privadas o soluciones públicas es algo que no funcionará.
Andrés Illanes asumió en septiembre de 2020. Anteriormente, había sido gerente general de Clínica Dávila, Clínica Las Condes y Hospital Clínica UC.