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Desde marzo, la Municipalidad de Concepción cuenta con una Oficina de Migración e Interculturalidad para dar orientación legal a quienes la necesiten, es decir, enseñarles cómo postular a las visas, la ley chilena y cómo obtener un trabajo. Álvaro Parra, encargado de esta oficina municipal, reconoce que "existe mucho desconocimiento y eso hace que algunos nos vengan a reclamar acá, pero nosotros no hacemos trámites. Desde que Extranjería cerró y todo funciona por la página, el problema es que mucha gente no tiene acceso a Internet y no es tan sencillo mandar un correo electrónico".
Parra dice que les ha tocado atender a poco más de 600 personas que, en su mayoría, están en situación irregular, pero no necesariamente porque entraron por pasos inhabilitados. "También hay personas que entraron hace tres años por la frontera, se le selló su visa de turista y luego no hicieron nada más", aclara.
Álvaro Parra plantea otra carencia que deben enfrentar los migrantes: "Muchas veces vienen con los pasaportes mojados, por los lugares donde han tenido que pasar y ¿qué van a hacer? ¿volver a su país a buscarlos de nuevo? Y con esto se abrió una especie de 'negocio' que en otros países como México es más común. Son quienes te ofrecen renovarte los documentos en el país de origen, son como gestores del trámite y que cobran".
El municipio penquista firmó un convenio con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur), para convertir a Concepción en una "Ciudad Solidaria" y ayudar a quienes llegan a la zona para buscar un mejor pasar. En ese sentido ya se les ha entregado kits de invierno, cobijas y giftcards. El encargado de la Oficina de Migración agrega que a nivel de la salud municipal se les entrega un rut provisorio para poder atenderlos médicamente sin solicitud de Registro Social de Hogares ni de situación migratoria.
QUIÉNES LLEGAN
Alfonso Vera, de la Casa del Migrante, caracteriza que los ciudadanos extranjeros que están llegando en los últimos meses no tienen acceso a Internet en Chile ni en su país de origen. "Son de un estrato socioeconómico más vulnerable y muchos se enteran al llega acá que la única salida es autodenunciarse en la PDI, porque el trámite burocrático en su país es mucho más largo", indica Vera.
Asimismo, si antes llegaban los adultos solos y luego traían de a poco a sus familiares, hoy el viaje lo hace la familia completa. "Se trata de tres generaciones juntas, con el abuelito, los hijos y los nietos, bajo el mismo formato que entran por el norte y tras hacer sus cuarentenas, sus destinos son zonas como Valparaíso, Santiago o Concepción, incluso hacia la zona sur porque ya hay familiares viviendo en esas ciudades y eso les facilita la entrada a ellos. Eso es lo que gatilla que lleguen hoy", precisa Vera.
Se trata de la -denominada por las propias organizaciones- tercera ola de migración, donde primero vimos a los profesionales y estudiantes que llegaron en vuelos y ahora se trata de personas humildes en precariedad social por pasos no habilitados.
Además, al llegar a Chile y sin documentos, la posibilidad de conseguir un trabajo se hace cuesta arriba, por lo que en las calles se ven familias completas pidiendo dinero, algo que no se registraba hace ocho años.
Según Verena Kulenkampff, tienen tres opciones para sobrevivir: de algún familiar que tiene una buena situación económica, encontrar trabajos por días como asesoras del hogar o similar, y en el tercer caso queda pedir limosna o, incluso, robar.
Lo último es parte de lo que también ha incentivado un aumento en la discriminación y xenofobia que se hace latente en los distintos puntos del país. A nivel local, las organizaciones sienten que son grupos muy acotados los que cometen abusos por este tema y que terminan en algunas acciones incómodas.
Para Alfonso Vera, "la xenofobia es como un pasto seco, está siempre ahí. Y es deber de nosotros poner siempre por delante el educar a la ciudadanía. El chileno tiene una idealización de su apariencia, muchos quieren ser nórdicos, y la realidad es que en 10 años más, los chilenos van a medir 1.80 metros, va a ser morenos y de ojos verdes, porque quienes van llegando, también se relacionan con los nacionales y sus hijos, van a ser chilenos".
La Municipalidad de Concepción firmó un convenio con la Acnur para convertirse en "Ciudad Solidaria" y entregar soporte a los extranjeros que llegan.