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QUIÉN TIENE MÁS VENTAJA
El 2017 fue la elección parlamentaria en la que comenzó a regir el sistema D'Hondt y, con eso, se puso fin al sistema binominal que favoreció la representación de las dos coaliciones que gobernaron Chile desde los años 90. Y como la última elección senatorial del Biobío fue el 2013, será en noviembre cuando el método debutará para este cargo.
¿Qué cambios traerá el cambio en los resultados ? Lesley Briceño recuerda que "con el sistema binominal cada lista podía llevar el mismo número de escaños que se disputaban y en este caso eran dos candidatos. Ahora el sistema D'Hondt busca una mayor proporcionalidad y permite que todas las fuerzas políticas tengan un porcentaje de representación. Si una lista obtiene el 50% de los votos totales emitidos, obtendría el 50% de los escaños disponibles".
Y agrega que anteriormente "el sistema no permitía la dispersión de votos, porque en esa época había dos bloques políticos bien marcados y cuando tenemos dos coaliciones, ese sistema entrega una repartición equitativa de esos sectores, pero cuando son más partidos o conglomerados, es necesario darle representatividad".
Este nuevo sistema provoca, dice la cientista política, que el principal adversario sea el propio compañero de lista, porque se deben superar en votos para ser electo. No ganan todas las mayorías y, en este caso, la probabilidad de arrastre es bajísima. Se tienen que conseguir dos objetivos: tener una lista competitiva donde todos los nombres que la componen sumen la mayor cantidad de votos y para ser electo, se debe ser el más votado de esa lista por sobre los compañeros.
Bajo las condiciones actuales, quienes lleven lista completa, es decir, cuatro candidatos, tienen más probabilidad de ser competitiva. Quedaría fuera de eso el Partido Ecologista Verde y Dignidad Ahora, que solo llevan un nombre cada uno. En el caso de Nuevo Pacto Social, lleva tres nombres, pero se trata de tres figuras que ya cuentan con un peso político que podría generar ventajas sobre otras listas con cuatro candidatos.
Además, se aplica el subpacto dentro de la lista, vale decir, en caso de que haya dos representantes de un partido, sus votos se sumarán y competirán contra los votos del otro partido que vaya en la lista. Por ejemplo, el caso de la lista oficialista donde solo dos partidos llevan candidatos: UDI y Evópoli, sus cartas competirán en votos para ver si el escaño eventualmente podría ser de una u otra colectividad.
De esta forma, quienes vayan solos y tengan buenas cifras, pueden quedar fuera por no poder sumar como lista, porque se aplica la cifra repartidora.
Briceño puntualiza que en el caso de Nuevo Pacto Social puede existir una capitalización de votos. "Hay un electorado que es un votante tradicional y que en el caso de (José Miguel) Ortiz, por ejemplo, que lleva 30 años en el Congreso, va a haber un votante que lo vote sí o sí, probablemente lo va a buscar en la papeleta y lo va a encontrar en la de senador".
Ahora, como ninguno de los senadores en ejercicio irá a la reelección en Biobío -Navarro cumplió el límite de 12 años y Van Rysselberghe postulará por Ñuble- va a ser difícil adelantar cómo se va a mover el electorado, porque no se sabe si los actuales senadores van a poder traspasar a su sector político su capital de votos, por ende, lo que se ve es una incertidumbre donde ningún sector tiene su escaño asegurado.
"Este sistema favorece al proyecto colectivo, favorece las listas y a la diversidad de personas. Lo más probable es que se dé un representante por cada coalición. Creo que, si bien es difícil adelantar un resultado, esto claramente beneficia al sector de Apruebo Dignidad, que suman posibilidades que no tenían en elecciones pasadas".
Lo mismo podría pasar con el pacto Frente Social Cristiano que lleva en sus filas a Roberto Francesconi, quien fue como independiente fuera de lista y obtuvo 12 mil 310 votos en las elecciones de convencionales de mayo pasado y no fue electo, precisamente, por no ir en un pacto pese a sus buenas cifras. Además, en la lista va Antaris Varela, presidenta del Partido Conservador Cristiano y que puede convocar al voto evangélico que no tendrá representación en la lista oficialista porque Renovación Nacional no lleva cartas senatoriales.
Con las variables en juego para noviembre, sólo falta determinar quién logra hacer una mejor campaña y quedarse con uno de los tres escaños que se eligen cada ocho años y que en esta oportunidad podría traer sorpresas.