Una campaña abierta: los factores que definirán el escenario de la senatorial
Por primera vez, la Región contará con tres escaños, ningún senador en ejercicio irá a la reelección y el cargo se elegirá bajo el método D'Hondt y no el binominal. Estas variables aumentan la incertidumbre sobre qué proyecto político logrará representatividad. Sobre los nombres inscritos, destaca la irrupción del pacto Frente Social Cristiano y la ausencia de una carta de Renovación Nacional. Así como la falta de mujeres -se presentan solo tres candidatas- y la presencia de tres aspirantes que no residen en la Región.
Por Lesly Zurita Arriagada // lesly.zurita@diarioelsur.cl
Un nuevo sistema de elección, un escaño más y ninguno de los actuales en el cargo optando a la reelección. Esas son los tres puntos que marcarán la elección senatorial del Biobío el 21 de noviembre próximo y que hace que el resultado sobre quiénes van a ocupar uno de los tres escaños que tiene el cargo de 8 años de duración sea una incertidumbre, según analistas.
La última elección de senadores en la Región se realizó el 2013, cuando aún funcionaba el sistema binominal y Ñuble era una provincia más del territorio, por ende, la circunscripción estaba dividida en dos: Costa y Cordillera. Bajo la primera ostenta el cargo Jacqueline van Rysselberghe (UDI) y Alejandro Navarro (IND), y en el segundo -que quedaron para Ñuble- actualmente está Loreto Carvajal (PPD) y Claudio Alvarado (UDI), ninguno de los cuales fue elegido para ese cargo, ya que llegaron tras las renuncias de Felipe Harboe y Víctor Pérez, respectivamente.
Con este escenario y el aumento a un tercer escaño, se abre la posibilidad de que otros pactos tengan una posibilidad de entrar a la competencia por adjudicárselo y pasamos de tener nueve candidatos, divididos en cinco listas, a tener 17 y seis pactos electorales. Si en 2013 cada pacto llevaba dos candidatos, hoy pueden llevar un máximo de cuatro -lo que los convierte en más competitivos- aunque también hay listas de tres y de un solo candidato.
Bajo el método D'Hondt, que se utilizará en esta oportunidad, se potencia la representación de los distintos sectores, por ende, la posibilidad de que una lista obtenga más de un cupo es muy escasa y, en conjunto, deberían sacar una altísima votación en comparación a los demás pactos en competencia y, según indican las expertas, es un escenario difícil de prever cuál de las seis listas conseguirá uno de los tres escaños disponibles para el Biobío.
RENOVACIÓN DE NOMBRES
En esta elección son seis las listas en competencia: Nuevo Pacto Social, que integra a los partidos de la exUnidad Constituyente o Concertación; Chile Podemos Más, que corresponde al oficialismo (ex Chile Vamos), y se suma Apruebo Dignidad, acuerdo del Frente Amplio y el Partido Comunista que debutó en las elecciones de mayo. Además, el Partido Ecologista Verde lleva un candidato y lo mismo sucede con Dignidad Ahora, compuesto por los partidos Igualdad y Humanista.
La gran sorpresa es la inscripción del Frente Social Cristiano, que es un pacto entre los partidos Conservador Cristiano y Republicano, y que debuta en esta elección con lista completa.
La doctora en Ciencia Política y académica de la Universidad del Desarrollo, Lesley Briceño, destaca que exista una renovación en las listas de forma general. "Es interesante que ninguno de los senadores actuales vaya a la reelección y que se vean nombres nuevos. Es interesante ver cómo jugaron sus cartas, no sólo lo partidos, porque se buscó una renovación que no se refiere a no tener experiencia, sino que la tenga en otros cargos, pensando en que los conglomerados buscan mantener sus espacios".
De los 17 candidatos a senadores por el Biobío, 11 no tienen actualmente un cargo de elección popular ni han sido electos en el pasado. Los otros seis actualmente son diputados en ejercicio y cuatro de ellos ya no podían ir a la reelección por ese escaño al haber cumplido el máximo de 12 años en el puesto que permite la normativa actual.
Sobre ese punto, Briceño puntualiza que "ahí vemos que la necesidad de renovación es parcial en las elites políticas. Existe esta lógica de enroque, de que si no voy como diputado voy como senador. Ahora, se trata de personas que tienen un capital político, son personas relativamente conocidas y existe por parte de los partidos la necesidad de asegurar el cupo. Esas candidaturas fueron puestas ahí estratégicamente para capitalizar esos votos".
En composición, la lista de Nuevo Pacto Social tiene tres candidatos que son diputados en ejercicio y en el caso de Chile Vamos por Más pasa lo mismo con tres de sus cuatro postulantes.
Otro punto que destacan analistas respecto a los nombres y que es algo que sucede principalmente en la elección de senadores, se refiere a quienes son considerados "foráneos".
En la votación del 2013, el socialista Camilo Escalona fue el compañero de lista del senador Alejandro Navarro y se llenó de críticas por este motivo. En esta oportunidad son tres los nombres que no residen en la Región y que, incluso, han postulado en recientes elecciones por otros territorios. Se trata de Sebastián Keitel (Chile Podemos Más), Abraham Larrondo (Frente Social Cristiano) y Pablo Riveros (Partido Ecologista Verde).
Susana Riquelme, analista de Estudios de la Universidad del Bío-Bío y magíster en Política y Gobierno, indica que falta un trabajo territorial. "Ocurre un problema de legitimidad en el sentido de a quién estoy representando, entonces, se ve un problema de a quién está representando ese candidato. Es lo mismo que hicieron con Jacqueline van Rysselberghe que ahora va por Ñuble. Hay una desconexión, un desarraigo con la región y cuál es el trabajo de representación del Biobío que pueden hacer: no hay. Entonces, ¿a quién van a representar en el Congreso?".
La crítica la hace Riquelme también en los casos de los diputados que no pueden ir a la reelección, como José Miguel Ortiz, quien desde el año 1990 es parlamentario. "Es perpetuarse, de alguna manera".
Seis de los aspirantes al Senado son diputados en ejercicio. Cuatro de ellos ya no pueden repostularse por la ley que limita la releección.