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Hace siete mil años habitaron costa norte del desierto de Atacama

Cultura Chinchorro: hipótesis explica por qué momificaban a sus muertos

Expertos coinciden en que esta cultura, que practicó la taxidermia miles de años antes que los egipcios, fue víctima de los altos niveles del tóxico arsénico.
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Por Agencias

Las momias más antiguas del mundo, las de la civilización Chinchorro que hace 7.000 años habitó la costa norte del desierto de Atacama, surgieron como respuesta a una elevada mortalidad por culpa del arsénico presente en el entorno y al deseo de este pueblo de seguir conviviendo con sus fallecidos.

Es la hipótesis que defiende un estudio de la Universidad de Chile y la Universidad de Tarapacá, que sitúa la desaparición de esta práctica en el desarrollo de una resistencia genética al arsénico, adaptación que hoy puede apreciarse en los habitantes del lugar.

La cultura Chinchorro es pionera en la taxidermia y antecedió en casi 3.000 años a la civilización egipcia. Sus momificaciones, así como los asentamientos de este pueblo que se conservan en la actual región de Arica y Parinacota, fueron declarados recientemente Patrimonio de la Humanidad.

Se trata de un entorno cercano al río Camarones, que contiene de forma natural niveles altos de arsénico, de 1.000 microgramos por litro de agua (100 veces de lo que recomienda la OMS), que provocaron envenenamientos masivos cuando estos pobladores, dedicados a la pesca y a la caza, llegaron a la zona.

De esta manera, la muerte se situó en el primer plano de la civilización Chinchorro, y el entorno favorable que ofrece el desierto más árido del mundo para secar y conservar los cuerpos, junto al deseo de los deudos de que los fallecidos continúen a su lado, dio inicio al proceso de momificación.

OBRAS DE ARTE

"Las primeras poblaciones que llegan allí para asentarse se empiezan a envenenar crónicamente por el arsénico, lo que da lugar a una gran mortalidad perinatal", dijo Bernardo Arriaza, antropólogo físico y académico de la Universidad de Tarapacá.

Ante el dolor y la angustia, "los padres comienzan a ornamentar y decorar a los bebés, dando como resultado bebés recién nacidos momificados", dijo el especialista en la cultura Chinchorro, que explora esta tesis hace dos décadas.

De momento, se sabe que las primeras momias halladas datan del 5.000 al 3.000 a.C. y que pertenecen a niños, fetos y recién nacidos, a los que se les extraían los órganos y las vísceras y se rellenaban con paja, arcilla y otros materiales.

La práctica fue evolucionando y se extendió hasta los 890 años a.C., tanto al norte como al sur de Camarones, abarcando a individuos de todas las edades y transformando la momificación en algo "sumamente complejo" y en "verdaderas obras de arte prehispánicas", expresó Arriaza.

PRESENTES TRAS MORIR

A diferencia del mundo egipcio, en que la momificación se asocia a la idea de trascender y viajar hacia otro mundo, en Chinchorro el sentido es el de restituir el cuerpo para darle eternidad en el mundo de los vivos, sostuvo Mauricio Uribe, arqueólogo de la Universidad de Chile.

"La momificación es un reflejo material de una construcción ideológica desarrollada a partir de la pérdida. Lo más probable es que estuvieran a la vista porque la idea es quedarse en el mundo de acá, seguir en el presente", explicó.

Esa visión es compartida por Rodrigo Retamal, antropólogo físico de la misma universidad, quien relató que "había procesiones, ejercicios y actividades sociales en que los cuerpos salían y se mostraban".

Un estudio de 2017 por la Universidad de Chile analizó la adaptación genética que desarrolló en el tiempo la civilización Chichorro a entornos con altos niveles de arsénico.

El resultado arrojó que hoy 68% de la población en Camarones y el 48% de la quebrada de Azapa posee en su genoma una variante de la enzima AS3MT, que permite eliminar el arsénico más fácilmente a través de la orina.

"Todo calza con la imagen de que estas poblaciones cuando llegan a la zona, miles de años atrás, empiezan a sufrir el efecto dramático del arsénico y la selección natural va incrementando la frecuencia de la variante protectora", afirmó Mauricio Moraga, quien lideró el estudio.


OTRAS TEORÍAS

Sobre la momificación, también se manejan otras teorías, que van desde que las condiciones del lugar creaban de forma natural las momias, hasta las que contemplan aspectos ideológicos, emocionales, espirituales o sociales. "No sabemos exactamente por qué lo hacían, porque no dejaron escrituras o pinturas rupestres que expliquen el simbolismo, y en la medida que vamos tomando nuevos datos y haciendo más análisis, podemos ir reforzando o descartando hipótesis", concluyó Arriaza.

Son partículas que en su mayoría no superan el diámetro de un cabello y proceden del cometa Swift-Tuttle

Ni lágrimas ni estrellas: el fenómeno de las perseidas alcanza su máxima actividad y es visible en el cielo chileno

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Las perseidas son partículas que en su mayoría no superan el diámetro de un cabello, proceden del cometa Swift-Tuttle y constituyen uno de los espectáculos astronómicos más populares del invierno. Cuando colisionan con la atmósfera, estos pequeños elementos desencadenan una "lluvia de estrellas" que por estos días alcanza su máxima actividad.

Las "Lágrimas de San Lorenzo", conocidas así en algunos lugares por coincidir con la festividad, cada 10 de agosto, convocarán durante los próximos cinco días a científicos, aficionados a la astronomía y a personas interesadas en su observación en numerosos lugares del mundo.

Pero ni son estrellas ni son lágrimas. Son partículas de polvo, aunque algunos objetos pueden alcanzar el tamaño de una arveja y hasta el de una pelota de tenis, y al chocar bruscamente con la atmósfera terrestre se desintegran y emiten esa traza luminosa con apariencia de estrella fugaz.

VISITANTE MAYOR

Con 26 kilómetros de diámetro, que lo transforman en el mayor objeto que de forma periódica se acerca a la Tierra, el cometa Swift-Tuttle completa una órbita alrededor del Sol cada 133 años, y cada vez que se acerca a la estrella se calienta y emite chorros de gas y pequeñas rocas:son esas minúsculas partículas las que acaban colisionando cada invierno con la atmósfera terrestre.

El investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) José María Madiedo explicó que las perseidas han sido ampliamente estudiadas por los astrónomos y su valor científico no es comparable al de otras lluvias de estrellas menos conocidas y más recientemente descubiertas.

No obstante, el experto valoró su importancia como herramienta para divulgar al cuestiones relacionadas con este tipo de fenómenos y fomentar el interés por la astronomía, asegurando que la utilidad científica de las perseidas es relevante, ya que de su estudio se puede obtener información importante sobre los procesos que han tenido lugar en su cometa "progenitor".

Según el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), la actividad de las perseidas comenzó el 21 de julio y se prolongará hasta el 24 de agosto, pero durante esta semana alcanzará su apogeo, con unos 100 meteoros por hora, muchos de los cuales son visibles para el ojo humano.

El Instituto Astrofísico de Andalucía (IAA) señaló que los restos del cometa entran en la atmósfera terrestre a unos 210.000 kilómetros por hora y que la colisión con la atmósfera es tan brusca que la temperatura de esas partículas aumenta hasta 5.000 grados en solo una fracción de segundo, por lo que se desintegran al instante y "dibujan" esa estela.

La desintegración se produce a entre 80 y 100 kilómetros de la Tierra, por lo que solo las partículas más grandes generan "bólidos" o bolas de fuego visibles sin necesidad de instrumentos especiales.

Para observar este espectáculo, los expertos aconsejan desplazarse hasta lugares oscuros y donde la contaminación lumínica sea menor.