"Me parece insuficiente hablar sólo de quitar al delegado presidencial"
La abogada, una de las 155 personas que escribirán la nueva Constitución, plantea que hay que revisar primero el modelo de Estado, lo que puede implicar incluso modificar la división territorial del país. Dice que no le molestó el llamado a "insubordinarse" de un grupo de 34 constituyentes, pues cree que sólo es un recordatorio de que el proceso actual se gestó en las calles, durante el denominado estallido social.
alma.canales@diarioelsur.cl
Nerviosa no, sino expectante. Así define su estado de ánimo Amaya Alvez Marín, la constituyente más votada del distrito 20. Gracias a los 15 mil 574 votos que obtuvo el 1 y 16 de mayo, el 4 de julio ocupará uno de los 155 puestos de quienes fueron mandatados por la ciudadanía para escribir una nueva Constitución.
"Me he preparado toda mi vida para esto. Es lo que estudio, lo que sé hacer, me encanta conversar con personas, la diversidad. Voy muy contenta. El nerviosismo puede ser a propósito de la improvisación, porque no tenemos mucha información ni de cómo vamos a llegar a Santiago ni dónde nos vamos a alojar y la inmensa mayoría de los convencionales somos de regiones. Además, en pandemia Santiago tampoco es el lugar más salubre. Eso produce cierto temor, pero estamos preparados", plantea la abogada y doctora en Derecho de la Universidad de York (Canadá), quien fue como representante de Revolución Democrática y de la Lista Apruebo Dignidad.
-Dentro de sus propuestas dijo que quería que el proceso fuera bien transparente y cercano a la ciudadanía. ¿Cómo se va a plasmar eso? No sabemos si van a tener presupuesto para tener oficinas regionales. ¿Ha visto alguna estrategia?
-Estamos trabajando en una propuesta concreta de participación ciudadana, porque es una manera de legitimar este proceso, que no sea sólo preguntar la opinión, sino que recabe realmente el parecer de la ciudadanía e incluso que se abra a que la propia ciudadanía proponga temas a debatir. Hay múltiples mecanismos, no sólo el reconocimiento de los cabildos autoconvocados que ya están realizándose. Podrán ser audiencias públicas, iniciativas ciudadanas de algunas temáticas, consultar a la ciudadanía, a lo mejor se puede recabar a través de métodos telemáticos, algunos han hablado de una constituyente digital. Podría haber una página web donde se esté preguntando permanentemente a la ciudadanía a través de encuestas u otros y que eso sí fuera material o insumo a disposición de los convencionales. La ciudadanía está un poco cansada de la participación que es meramente consultiva.
-¿Ha hablado con otros constituyentes de la zona la posibilidad de tener una oficina entre todos?
-Todos tenemos redes territoriales, hemos trabajado con organizaciones del tipo ambiental, juntas de vecinos, las mismas redes de la UdeC, que tiene un foro constituyente. Durante la campaña propusimos la firma de un compromiso constituyente a los candidatos a alcalde y a concejales y seguramente habrá una articulación con los municipios, que son los que tienen facultades de participación ciudadana a través de plebiscitos comunales. También hay un trabajo que la propia ciudadanía va a tener que hacer, ellos también tienen que tomar la iniciativa de comprometerse con esto.
-¿Cree que las 155 personas que van a participar de verdad representan a todos los sectores de Chile?
-No me atrevería a hablar de todos los sectores. Están representadas las mujeres, hay 17 escaños indígenas (que no representan a todos los pueblos). Pero de todas maneras es un proceso mucho más representativo que todos los que hemos tenido con antelación, sin duda alguna. En las 12 constituciones anteriores había muchos sectores que históricamente no estaban incluidos, como las mujeres, los pueblos originarios, las personas de regiones. Todas las constituciones previas fueron construidas por hombres blancos de Santiago y no cualquiera, sino de las elites.
-El arzobispo Fernando Chomali comentó que la nueva Constitución era una oportunidad súper importante para definir cómo nos íbamos a tratar. Dijo que si bien no es un tratado de filosofía, está implícito ver la relación entre las personas.
-Estoy de acuerdo, porque la Constitución es nuestra norma de convivencia y vamos a tener que poner los estándares de cómo nos queremos tratar.
Descentralización
-En el caso de la descentralización hay personas que plantean crear una bancada regionalista. ¿Está de acuerdo? ¿Se ha avanzado en algo?
-Mi tesis de pregrado, de hace 25 años atrás, se llama Estado regional para Chile. Hace poco me escribió Corbiobío. No he recibido invitación de un convencional en particular, pero por supuesto que voy a estar para apoyar cualquier iniciativa que signifique descentralizar el poder administrativo y político.
-¿Tiene más o menos resuelto qué tipo de Estado quiere promover?
-Escribimos un libro hace poco con varios profesores de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales sobre estados regionales, en que hacemos una propuesta concreta. Yo escribí de la idea de un Estado regional, avanzar hacia múltiples centros de impulsión política. Para eso hay que dotar a quienes estén a cargo de las regiones de efectivas atribuciones administrativas, ejecutivas, económicas, incluso legislativas, para que dicten leyes que se ajusten a la realidad de la región. Parte del problema en Chile es que la misma norma jurídica rige de Arica a Punta Arenas. En materia de agua es lo mismo para Antofagasta, que no tiene nada de agua, que en Puerto Williams.
-Eso de alguna forma debilita ese concepto de Estado unitario.
-El Estado unitario está en la UCI. Lo que pasa es que desprenderse de poder es difícil. Es obvio que queremos ir a formas que entreguen más poder a los territorios.
-He escuchado ideas de Estado unitario pero descentralizado...
-En un Estado regional sigue siendo uno el Estado, con elementos comunes: un Presidente de la República, una Corte Suprema. Incluso puede haber un Congreso Nacional que determine qué normas van a ser iguales para todos los territorios, pero eso convive con unidades territoriales que tienen ciertas facultades, atribuciones y presupuesto.
-Eso calza más con un Estado federal…
-Las entidades federadas tienen un Ejecutivo, un Legislativo, el Poder Judicial e incluso su propia Constitución y creo que en Chile no están todos los elementos para un federalismo. El principal es la densidad de población. Estamos en un intermedio. Un modelo interesante es el italiano.
-Rodrigo Díaz dijo que quería hablar con los constituyentes para que se eliminara la figura del delegado presidencial. ¿Cómo ve esa idea y qué tan factible es abordarla?
-No basta con mover una pieza, tenemos que pensar el modelo en su conjunto. Si queremos un Estado regional vamos a tener que revisar leyes pendientes, como la de rentas regionales, la clarificación de las competencias de los gobernadores. Habrá que ver qué rol tiene el Consejo, el Gobierno Regional, qué porcentaje del presupuesto se puede definir en la región. Hay una serie de preguntas que de seguro van a significar una modificación del modelo y de las autoridades. Seguramente hay que crear mayores autonomías para estos gobiernos regionales en un modelo jurídico de Estado distinto.
-No me queda claro si está de acuerdo o no con eliminar al delegado...
-Lo que digo es que estoy por replantear la forma jurídica de Estado. He propuesto una forma de Estado regional que supone autonomía. Como consecuencia de eso podría requerirse que no existiera el delegado presidencial. Pero si sólo lo sacas, el Gobierno Regional igual no tiene todo lo que necesita en temas de autonomía, recursos disponibles, distribución territorial. Me parece insuficiente sólo hablar del delegado presidencial.
-¿Eso podría derivar en hacer cambios que impliquen que no existan más los gobernadores regionales?
-Uno de los grandes temas es la división territorial. La actual se inició en 1974, bajo la dictadura. Si creas un Estado regional seguramente vas a tener que trabajar con macrozonas, que tienen que ver con las cuencas de los ríos, los centros de población, la coherencia de la identidad, la historia. Seguramente van a ser menos regiones que las 16 que existen hoy. Por ejemplo, los ríos tienen que estar todos bajo la misma administración, porque hay una administración de la cuenca. Por ejemplo, el wallmapu está desde Concepción hasta Valdivia desde el punto de vista de territorio ancestral. Y eso también habría que someterlo a una consulta ciudadana y una consulta indígena. No es algo que puedas hacer sin las personas.
Presos políticos
-¿Cuál es su postura frente a lo que plantearon estos 34 constituyentes que llamaron a "insubordinarse" a estas pocas normas que tiene el trabajo de los constituyentes?
-Lo leí como un llamado de atención al contexto en el cual vamos a iniciar nuestro trabajo, que nos acordemos que hubo violaciones gravísimas a los Derechos Humanos, que llegamos a este momento gracias a la ciudadanía que se manifestó en las calles. Este no es un acto de generosidad política. Si fuera por este Gobierno jamás estaríamos iniciando la Convención Constitucional. No lo veo como condiciones que podrían poner en entredicho el trabajo de la convención. No soy parte de ese grupo, así que no puedo hablar a nombre de ellos, pero esto no me causa ningún problema. Creo que nada de lo que ellos ponen ahí será abordado si no es a través del proceso constituyente.
-Ellos plantean indulto a los denominados presos políticos de la revuelta. ¿Está de acuerdo con esa clasificación? Desde la Fiscalía y el gobierno han planteado que las personas que están detenidas es porque cometieron delitos.
-Ahí hay una disquisición técnica respecto a lo que es un preso político. La noción tiene que ver con una consideración como sociedad de las razones que llevaron al estallido. Ahí la competencia la tiene el Congreso Nacional, que está tramitando una ley de indulto general. Esa es la forma.
-¿Pero comparte que hay presos políticos del estallido social?
-La nomenclatura está en disputa, es algo que tenemos que resolver como sociedad. No está entregado a mi determinación. Tenemos que conversar si las condiciones del estallido hicieron que la aplicación de la norma fuera inadecuada. Una cosa es que esas personas estén siendo tramitadas por habérseles imputado una comisión del delito, pero hay personas que llevan más de un año en prisión preventiva, que es una medida cautelar, la más gravosa. No sé qué puede explicar esto cuando a veces las sanciones a aplicarse sería menor que el año y medio de cárcel. Ahí sólo puedo ver una mala gestión de quienes tienen que llevar adelante esa causa.
-¿Conoce casos así en Concepción?
-Apoyé y defendí a algunos alumnos y alumnas de la Universidad de Concepción, pero logramos que todos salieran antes de Navidad.