Fotógrafo cubano busca exponer su arte fuera de las galerías
El artista ha levantado desde Concepción una carrera artística cuyo fuerte es la fotografía documental y urbana.
Con una mochila y un sueño bajo el brazo, el convertirse en un fotógrafo profesional, Ruber Osoria González (29) llegó a Chile en julio de 2018, luego de un difícil periplo como inmigrante. El cubano dejó a su madre y sus seis hermanos en Contramaestre, al este de su isla natal, y pasó por tres países -Guyana, Brasil y Perú- antes de llegar a Arica.
Criado en un pueblo humilde, siempre estuvo muy ligado al mundo artístico, encontrando en la fotografía lo que buscó sin éxito en las artes escénicas.
"Desde muy pequeño siempre buscaba la manera de expresarme. Me reuní con mis amigos del colegio para formar un grupo de teatro. Gracias a ellos conocí a artistas de élite como escritores, rockeros y performistas. Cada uno tenía su forma de expresarse", comentó.
A sus 23 años, nació una pasión que más tarde, su tío fomentaría gracias a un regalo, un Iphone, el que le permitió convertirse en uno de los primeros exponentes de la fotografía móvil. En lo que describe como un "choque accidental y terapéutico".
En el año 2018 da vida a su primera exhibición montada por él mismo, titulada "Ignoto: rostro de Contramaestre", una serie de imágenes que retrataban a los miembros cercanos de su familia en su pueblo natal. "Por primera vez, me sentí persona. Fue un reconocimiento social. Era la cara de un pueblo como a través de mis ojos y buscaba responder quién era yo", señaló sobre el momento en que decidió venir a Chile para concretar su pasión.
LA MIGRACIÓN
Luego de un viaje de tres semanas, en el que fue víctima de la trata de personas, el hambre y el miedo, ingresó al país sin documentos, por lo que tuvo que dirigirse hasta la PDI para informar su situación.
"Me dieron un papel y tenía que ir a firmar todos los viernes. Era como estar preso en un gran país", relató, recordando que más tarde tomó un bus hacia Santiago, para luego llegar a Concepción.
Gracias al dinero ahorrado en trabajos informales, pudo comprar su primera compañera, una cámara de segunda mano. "Me sentí realizado. Para mucha gente puede ser algo normal, pero para mí fue lo máximo. Fue como si le hubieran puesto el pedacito que le faltaba al rompecabezas de mi corazón", dijo sobre el artefacto que le permitió realizar series como "Biobío: siempre al mar", donde se visualiza la costa de la región en un intento por reflejar la melancolía que sentía por ser indocumentado.
FOTOGRAFÍA ETNOGRÁFICA
Si bien Osoria se dedica principalmente a la fotografía documental, en su trabajo hay mucho de ficción, ya que él cataloga su estilo como "subjetivo". "Yo no fotografío la realidad, sino que tomo elementos del cotidiano y materializo el boceto que ya cree en mi mente", afirmó el fotógrafo, quien asegura buscar su inspiración en la literatura.
Sin embargo, uno de los sucesos más importantes de su trayectoria fue haber visto a través de su lente lo sucedido a partir del denominado "estallido social.
"Lo que viví fue un recuento de todos los libros de historia cubanos. Mi misión como fotógrafo era registrarlo. Así que pese a todo, no dejé de salir a la calle", señaló sobre el suceso que le permitió crear la serie fotográfica "Chile: El otro terremoto".
Hace poco adquirió su primera cámara profesional, además de planear postular a fondos para realizar una publicación.
"Lo que más me gusta de ser fotógrafo es que es un trabajo de andar en solitario, no puedes moverte en grupos para sacar fotos. Contrariamente, lo que menos me gusta es estar solo", comentó el cubano.