Inaceptables falsedades en torno a vacunación
Insólitos, por decir lo menos, han resultado los casos de algunas personas que utilizan las plataformas tecnológicas -ya sea redes sociales abiertas como sistemas de mensajería privados- para intentar amplificar mensajes irresponsables y errados sobre la naturaleza de la vacunación contra el covid-19 y sus eventuales efectos.
Y aunque algunos de estos alcanzan ribetes sencillamente ridículos -como el caso de un "profesional" de la salud que asegura que las vacunas producen un cierto tipo de magnetismo y, por consiguiente, se pueden adherir artículos como los teléfonos celulares a los brazos- la verdad es que el daño que estos mensajes provocan es inconmensurable.
Y es así porque -lamentablemente- hoy en día la crisis de legitimidad que afecta a muchas áreas del quehacer público impacta incluso a la actividad científica, que pese a que posee una rigurosa metodología y altísimos estándares para desarrollar procesos como la validación de una vacuna, tiene en aquellos que simplifican los mensajes y buscan las más afiebradas teorías para descalificar lo realizado un peligroso enemigo.
Es indudable que el afán por figuración suele no tener límites y aquello incentiva a abrazar afiebradas teorías a medida que se suman "likes" o seguidores a través de las redes sociales. Y es que, lamentablemente, parece ser creciente el grupo de personas que adoleciendo de una mínima cuota de pensamiento crítico -aspecto que, sin duda, debería reforzarse en todos los niveles educacionales- toman como ciertas algunas afirmaciones que carecen de mínimos fundamentos.
El intento de descrédito del proceso de inoculación se ha conocido la misma semana en que se ha difundido una excelente noticia para el país en esta materia, que no puede ser soslayada y, por cierto, debería ayudar para despejar dudas en torno a la importancia y seguridad de este proceso. Y es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) validó la vacuna Sinovac-CoronaVac covid-19 para uso de emergencia, brindando a los países, financiadores, agencias de contratación y comunidades la garantía de que cumple con los estándares internacionales de seguridad, eficacia y fabricación.
El procedimiento para incluir un medicamento en el listado de uso de emergencia evalúa la idoneidad de nuevos productos durante emergencias de salud pública. El objetivo es que los medicamentos, las vacunas y los diagnósticos estén disponibles lo más rápidamente posible para abordar la emergencia, pero respetando estrictos criterios de seguridad, eficacia y calidad. La evaluación sopesa la amenaza que representa la emergencia, así como el beneficio que se obtendría del uso del producto frente a cualquier riesgo potencial.
Esta validación implica una evaluación rigurosa de los datos finales de los ensayos clínicos de fase 2 y 3, así como datos adicionales sustanciales sobre seguridad, eficacia, calidad y un plan de gestión de riesgos con un enfoque en las necesidades de los países de ingresos bajos y medios. Estos datos son revisados por expertos independientes y equipos de la OMS que consideran el corpus de la evidencia actual sobre la vacuna. También toman en consideración los planes para monitorear su uso y los planes para estudios adicionales.
Paralelamente, el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización de la OMS también ha completado su revisión de la vacuna. Sobre la base de la evidencia disponible, la OMS recomienda el uso de la vacuna en mayores de 18 años, en un esquema de dos dosis con un intervalo de dos a cuatro semanas. Los resultados de eficacia de la vacuna mostraron que la vacuna previno la enfermedad sintomática en el 51% de los vacunados y previno el covid-19 grave y la hospitalización en casi el 100% de la población estudiada de hasta 60 años.
Se debe destacar que la vacuna producida por la compañía farmacéutica Sinovac, con sede en Beijing, es la más utilizada tanto a nivel regional como nacional. De hecho, hasta inicios de esta semana habían arribado a Biobío 1.843.964 dosis de vacunas contra el covid-19, cifra que se divide en 1.395.529 dosis de vacuna Sinovac, 392.435 de Pfizer, 36.000 de AstraZeneca, a las que se sumaron las más recientes 20.000 de CanSino que llegaron el fin de semana pasado. De esta forma, en la Región del Biobío la vacunación se ha efectuado de manera muy mayoritaria con las tres vacunas que la OMS ha aprobado para su uso en emergencia. Estas son Pfizer, AstraZeneca y Sinovac.
Ahora bien, con relación a la postergación temporal de la aplicación de la segunda dosis de Astrazeneca en pacientes menores de 45 años, luego de que un paciente de 31 años mostrara efectos adversos a causa de la inoculación, diversos expertos han llamado a la calma, enfatizando que se trata de una medida de carácter preventivo a la espera de obtener más antecedentes del caso. Esto, pese a que -como era de esperarse- los detractores han aprovechado este hecho para intentar sembrar nuevos mantos de duda frente a un proceso que, como se sabe, es la manera en que debe enfrentarse la pandemia, junto con la mantención de las ya conocidas medidas de prevención.
Una actitud absolutamente irracional es la que exhiben algunas "figuras" que se aprovechan de la fácil transmisión de mensajes irresponsables a través de plataformas tecnológicas, amplifican mensajes errados y hasta absurdos en torno a la inmunización. Aquello contrasta con la creciente abundancia científica en torno a la eficacia y seguridad de las vacunas contra el covid-19.