La implementación del Pase de Movilidad
Ha entrado en vigencia desde ayer el Pase de Movilidad anunciado hace unos días por el Gobierno, destinado a personas que hayan completado el proceso de vacunación contra el covid-19, esto es, que hayan pasado más de catorce después de recibir la segunda dosis. Esta medida, que ha tenido defensores y detractores, pretende dar mayor movilidad a quienes se han inmunizado e ir avanzando en dar mayor libertad de desplazamiento, sobre todo para quienes han cumplido con las exigencias de resguardarse del virus.
Se trata de un pase digital, certificado que puede descargarse desde la página web de la campaña de vacunación y funciona asociado a un código QR, para las comunas que están en comunas de fase 1 y 2 del plan Paso a Paso, mientras que para los adultos mayores de 70 años se ha señalado que bastará con que porten el carnet de vacunación que indique que han cumplido con recibir las dos dosis, por lo que no será necesario sacar los permisos en comisariavirtual. Este pase permitirá realizar viajes entre regiones o comunas que estén en cuarentena o transición, y será previo al pasaporte verde que se trabaja con gobiernos de otros países, para iniciar la movilidad internacional, una vez que se reabran las fronteras y las condiciones sean adecuadas para ponerlo en práctica.
Ya el 29 de abril el ministro de Salud, Enrique Paris, había adelantado que el Presidente de la República le encargó buscar algún tipo de documento digital que certificara que la persona tenía las dos dosis de vacuna y que habían transcurrido al menos catorce días desde la última, con el fin de generar también un estímulo para que los chilenos se inmunizaran. La propuesta se conoció y se puso en vigencia luego de que fue analizada por el Consejo Asesor y la Mesa Social Covid 19. Se ha implementado en los momentos en que esta semana el calendario de vacunación considera a las personas de entre 26 y 29 años, que es uno de los segmentos que hasta ahora ha sido más reacio a recibir las dosis. Este pase se puso en vigencia cuando el Ministerio de Salud ha administrado más de 17,7 millones de dosis de vacuna contra la enfermedad, de las cuales 9,9 millones son personas con primera dosis y 7,8 millones son personas que ya completaron sus dos dosis. Chile lleva vacunada al 65.6% de la población objetivo y se ha convertido en uno de los países que ha llevado con más rapidez este proceso. No obstante, hay expertos que plantean que era prudente esperar hasta fines de junio, cuando el Gobierno pretendía alcanzar el 80% de la meta de vacunación, o al menos aplicarlo en comunas con clara tendencia a la baja de contagios.
Es evidente que luego de más de catorce meses de medidas restrictivas, la población ha demandado comenzar a levantarlas, al menos para quienes se han inmunizado, con el fin de retomar en forma paulatina una relativa normalidad. Es entendible también que mientras más tiempo pasa resultará más difícil mantener los confinamientos y que no habrá suficiente disponibilidad de funcionarios y policías para fiscalizar a las personas. Incluso algunos de nuestros lectores han planteado en cartas que ven una incongruencia cuando en procesos electorales se levantan las prohibiciones y se les llama a acudir a las urnas, pero esto no ocurría cuando la ciudadanía quiere llevar una vida con más normalidad.
Este paso podrá incentivar a las personas reticentes a acudir a vacunarse, también contribuirá a reactivar la deprimida economía y, sobre todo, a comenzar a recuperar los empleos que se han perdido en la pandemia. Sin embargo, es necesario recalcar que la implementación del Pase de Movilidad exigirá de la población una gran cuota de responsabilidad. Como toda medida que se aplique, será exitosa si los beneficiarios actúan tomando todos los resguardos sanitarios, como el uso de mascarillas, mantener la distancia física y, sobre todo, cumplir con los aforos. Pero de no ser así, podría tener negativas consecuencias y hacernos retroceder nuevamente en la lucha contra el coronavirus.
Como toda medida que se aplique, será exitosa si los beneficiarios actúan con todos los resguardos sanitarios, como el uso de mascarillas, la distancia física y, sobre todo, cumplir con los aforos. Pero de no ser así, podría tener negativas consecuencias y hacernos retroceder en la lucha contra el covid-19.