Pacyt: ¿Aprobado sin financiamiento?
Dra. M. Jacqueline Sepúlveda C., Directora Academia de Innovación,, Universidad de Concepción,
En los últimos días, la ciencia, tecnología, innovación y conocimiento han sido tema de discusión. A nivel regional, el Pacyt, proyecto emblemático de la Universidad de Concepción, para cuya ejecución el Gobierno Regional ha aprobado la mayor cantidad de recursos en su historia, se encuentra con futuro incierto. A nivel nacional, la nueva capitulación de Fondecyt, el principal programa de la ANID, a partir de este año, incorpora a los proyectos concursados la categoría "Aprobado sin financiamiento".
En el caso del Pacyt, se hace necesario reflexionar sobre las razones que deben justificar la generación de aglomeraciones científicas-tecnológicas, sean estas clusters, distritos de I+D, distritos industriales o parques científicos tecnológicos. La importancia de la participación de las comunidades en estas decisiones y los liderazgos que se requieren para el diseño, formulación y ejecución de un proyecto de esta envergadura deben estar presente desde su concepción más temprana. Con respecto al Fondecyt, esta nueva categoría viene a transparentar la falta de financiamiento para proyectos muy bien evaluados, un problema histórico de nuestra política científica que no podemos seguir evadiendo. Entonces, ahora a la escasa inversión en I+D se suma la falta de liderazgo, la limitada capacidad de gestión de quienes tienen la responsabilidad de ejecutar proyectos de gran impacto, a lo que se adiciona la insuficiente participación ciudadana y la nula transparencia de los procesos de toma de decisiones.
En la Italia del siglo XV, los Medici, una familia de banqueros asentados en Florencia, financiaron a escultores, científicos, poetas, filósofos, pintores y arquitectos, generando una concentración de talento, que trajo consigo una aglomeración de saberes, una intersección de disciplinas y una explosión de creatividad que sentó las bases del Renacimiento.
Probablemente, la obra financiada con mayor impacto en la comunidad en ese entonces fue la construcción de la cúpula de la Catedral de Santa María de Fiore, uno de los edificios más grandes de la cristiandad y que estuvo sin cúpula, porque nadie sabía como construirla. Como esto era considerado una humillación y una vergüenza para los devotos florentinos, los Médici, luego de realizar una búsqueda de la persona que encontrara la solución a este problema, deciden patrocinar a un joven escultor y arquitecto italiano, Filippo Brunelleschi, quien con su osadía y conocimientos matemáticos concreta la anhelada cúpula de la catedral de Florencia, cuya fórmula empleada sigue sorprendiendo a profesionales y eruditos.
Este ejemplo, viene a ratificar que el inicio de una nueva era, estará marcada por el conocimiento. Necesitaremos grandes visionarios, como los fundadores de la Universidad de Concepción y los gestores de la iniciativa Pacyt, pero también será necesario la existencia de un nuevo liderazgo; que reconozca los esfuerzos puestos al servicio de estas iniciativas, pioneras para el Biobío, y que logre concretar su materialización con transparencia y participación ciudadana.