Fábricas de uniformes sortean 2020 gracias a la innovación y reinvención
Dos tradicionales empresas de la zona contaron sus estrategias para evitar cerrar sus locales. Gracias a las medidas tomadas, aseguraron, pudieron mantener a sus trabajadores, pues los despidos fueron mínimos.
El retorno a clases presenciales ha formado parte de la agenda país de las últimas semanas. Y uno de los actores que ha seguido de cerca los debates entre volver o no a clases son las empresas dedicadas a las ventas de uniformes escolares.
En la ciudad de Concepción son dos las fabricas históricas reconocidas por la confección de ropa escolar: Uniformes Gidi y Saba Confecciones. Para ambas empresas familiares, originarias de la zona, el escenario ha sido complejo, sobre todo considerando que este tipo de prendas representa un importarte porcentaje de sus ganancias.
Las encargadas de las respectivas empresas reflexionaron sobre lo complejo que fue 2020 tras la suspensión de clases presenciales en establecimientos educacionales a causa del covid-19 y explicaron lo sustancial que resultó el reinventarse ante este tipo de adversidades.
Escolares gidi
Paola Gidi es la encargada del local ubicado en Freire 572, que es el que está dedicado casi exclusivamente a uniformes escolares, al menos hasta antes de la pandemia. Este tipo de prenda era el responsable del 80% de los ingresos del local, sin embargo, el año anterior la venta de este tipo de producto fue casi nula.
"Cuando llegó la pandemia, los primeros días de marzo, nosotros habíamos vendido la producción que era solo para esa temporada, pero lamentablemente nosotros hacemos producción para todo el año", explicó Gidi, que agregó que aún mantiene el stock de los 10 meses restantes.
"Son miles de productos porque son muchos colegios, cada colegio tiene siete artículos, cada artículo tiene siete tallas y son 20 productos por cada talla, entonces es harto", lamentó Gidi. Esto significó una baja del 70% en sus ventas hasta el día de hoy.
Esto, dijo, los obligó a reinventar su negocio: "Abrimos otra línea de productos, empezamos a trabajar el área de las telas, las líneas de cortinaje, todo lo que es cortina de velo, mantelería, que es otra línea que nosotros no teníamos. O sea, rearticulamos el lugar, y gracias a eso pudimos mantenernos, porque si no, hubiéramos cerrado hace rato", confesó la encargada del local.
En cuanto al tema laboral, explicó que los despidos fueron mínimos, no superando el 15%, cifra que incluye renuncias por temor a los contagios.
Parte de la adaptación que tuvieron que hacer fue la implementación de "talleres satélites", donde "la gente que no podía trabajar o no quería por temor, le mandamos máquinas a sus casas con los cortes hechos, y nos hacen las confecciones desde sus hogares", explicó Gidi. Agregó que gracias a esto mantuvo trabajo y producción.
Confecciones saba
Reinventar e integrar nuevos productos a su oferta fue a lo que acudió también Alicia Riffo, de Saba Confecciones. Esta empresa histórica de la zona, que partió en 1940, está dedicada a delantales de confección propia y uniforme tradicional, que es blusa, camisa, pantalón gris y bléiser.
Aquí la producción y compra de sus productos es anual, por lo que el stock que mantuvieron estancado fue bastante y significó una caída de un 70% a partir de la pandemia, en marzo del año pasado. "Teníamos muchas expectativas con este 2021, pero ya con este enero y febrero, estas se nos están quedando abajo porque pensamos que sería diferente, pero igual ha sido súper complejo", lamentó Riffo.
Su casa matriz, ubicada en Maipú 839, en febrero presentó una baja de un 56% de ventas. Esto va acorde a lo que representa para esta empresa la venta de uniformes escolares, que es aproximadamente la mitad de sus ganancias sobre todo en el mes de febrero previo al retorno a clases.
En cuanto a lo laboral, explicó que gracias al esfuerzo de la empresa la reducción de personal fue mínima. "No alcanzó a ser ni un 1%. Tratamos de mantener a nuestra gente, porque esta es una empresa familiar y conseguir la mano de obra operaria cuesta mucho", enfatizó.
Para poder mantener la producción y de esta forma el trabajo, fue que se les ocurrió la fabricación de mascarillas, las que fueron creadas por su departamento de diseño: "Nos reinventamos con una mascarilla, pero no una básica, sino que usamos tela certificada, antifluido y antibacterial, que no se anda cayendo".
80% de caída en sus ventas tuvo el local de Gidi que elabora prendas escolares. En Saba fue alrededor de 50%.