Región suma diez masivos varamientos de peces en zonas costeras este año
Todo indica que una surgencia intensificada por diferentes variables ambientales y climáticas, generó que las aguas que llegan a las costas tuvieran menos oxigeno, asfixiando a especias marinas como los peces.
Durante la semana pasada un evento que alertó tanto a científicos, autoridades y por sobre todo a la población aledaña fue la varazón de toneladas de peces que llegaron hasta las costas del centro-sur del país, siendo la Región del Biobío donde se han intensificado estos fenómenos.
Desde el 28 de enero de este año se han registrado 18 eventos de varazones marinas en las costas que hay entre las regiones de Valparaíso a Biobío, más de lo registrado en todo 2020. De estos eventos, 10 han ocurrido en Biobío, en las bahías de Coliumo, Concepción y el Golfo de Arauco.
La primera alerta se dio cuando el sábado 13 de febrero se registró una varazón de 190 toneladas de peces, principalmente sardinas y anchovetas, en la desembocadura el río Carampangue. Sin embargo, varazones en las costas se reportaron antes en playa Maule, en Coronel; playa Horcones, de Arauco; Base Naval, en Talcahuano; playa Cocholgüe; playa Los Bagres, en Tomé; la antes mencionada en río Carampangue, Arauco; Caleta el Morro, en Pingueral; y luego, que hasta la fecha es la de mayor magnitud, en río Laraquete. Posterior a este otro evento, ocurrió otro en Río Chivilingo.
MILES DE TONELADAS
Las imágenes que llegaron hasta Sernapesca a eso de la 11 de la mañana del 15 de febrero generaron alarma. Estas mostraban kilómetros del borde costero y el río Laraquete cubierto de peces muertos, en total entre 2 mil y 3 mil toneladas, principalmente de sardinas, pero con también presencia de lenguado, almejas, pampanitos y raya.
Esto movilizó al personal del Servicio Nacional de Pesca, que durante la semana emitieron declaraciones, sobre todo precisando que el motivo se debía a un fenómeno natural de surgencia. Sin embargo, hay varios factores, que durante los días siguientes se fueron estudiando y que se demostró confluyen y agravan este evento natural.
El protocolo que activó Sernapesca para el evento es aquel que realizan para cada ocurrencia de este tipo. Este consiste en ir al lugar, verificar la denuncia, determinar las especies, la magnitud y superficie afectada. Luego se genera registro y se recorre el terreno evaluando la toma de muestras para determinar la causa de muerte de los organismos, para finalmente articular con otras entidades públicas pertinentes, en este caso por ejemplo autoridades de salud, para evitar que un evento biológico se convierta en un problema sanitario.
IN SITU
Tras la varazón ocurrida en Laraquete, a las 24 horas de la denuncia, en coordinación con el Centro INCAR de la Universidad de Concepción, se acudió al lugar a instalar estaciones de medición ambiental, para ver las características físicas y químicas de las aguas del sector. Fueron 10 estaciones ubicadas entre el norte de Laraquete hasta el río Carampangue. Seis de estas se posicionaron en el mar a distintas profundidades, 1, 7 y 10 metros, mientras que 4 se ubicaron en el río Laraquete.
Los registros demostraron mejores condiciones de oxígeno en las estaciones ubicadas a interior el río, que oscilaba entre 6, 65 mg/L y los 2, 42 mg/L, en las zonas más cercanas a la costa. Mientras que las estaciones del mar frente a Laraquete, a 500 metros del borde, las concentraciones de oxigeno variaron entre 2,41 mg/L, y 0, 21 mg/L.
Iván Oyarzún, coordinador regional operativo de Sernapesca Biobío, explicó que "estos animales estarían con problemas de anoxia con umbrales de 5 miligramos por litro (mg/L) hacia abajo", lo que explica su muerte. Agregó además que "lo primero que tuvimos aquí es una migración, los peces ingresaron vivos al río y probablemente producto de la diferencia de salinidad del agua y de la alta concentración de peces que también consume oxígeno al interior del río, se empezó producir la mortandad y posterior varamiento de los animales".
Esto ocurrió en específico en este sector, ya que los peces lograron escapar hacia al río tras encontrarse con la caída de oxigeno producto de surgencia marina. En los otros casos de varazones, los organismos terminan directamente en las orillas de las costas muertos por asfixia.
Surgencia intensificada
La surgencia es un evento físico natural, donde interactúa el viento, las corrientes marinas y la rotación de la Tierra. En este, las aguas afloran desde las profundidades marinas, trayendo consigo nutrientes y salinidad, por lo que este es un proceso vital para organismos como el fitoplancton, que generan la mitad del oxígeno que hay en el planeta.
El problema es que el agua que viene de las profundidades del océano es muy baja en oxígeno, lo que dificulta la sobrevivencia de otras especies, como los peces. Este evento hoy se ve intensificado, sobre todo por cambios de temperatura, vientos y presencia de fenómenos como el de La Niña, que genera condiciones de aridez, baja de precipitaciones y un descenso en las temperaturas oceánicas del Ecuador hacia el Sur, afectando por tanto a Chile.
La alta temperatura terrestre por lo demás intensifica el proceso de surgencia y favorece que las aguas superficiales se calienten.
Heraldo Norambuena, biólogo en gestión en recursos naturales e investigador del Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás explicó que "esa energía calórica se acumula en las capas superiores del agua y eso sumado a que estas aguas tienen baja presencia de oxigeno son prácticamente una bomba de tiempo para que estas especies que viven allí mueran producto de asfixia", explicó y agregó que finalmente "todo indica que fue un fenómeno natural intensificado por condiciones muy particulares de esta temporada".