Llevar la vacuna a los sectores más alejados en la ruralidad
La dispersión de la población es una de las dificultades que enfrentan comunas como Alto Biobío, Tucapel, Florida y Tirúa, quienes tienen más de la mitad de sus habitantes en sectores rurales. El poco tiempo con el que contaron para la campaña y los escasos recursos en personal han sido parte de las complicaciones que han enfrentado para esta primera fase. Como estrategia, la vacunación a domicilio desde los 71 años ha sido la opción de Tucapel para evitar aglomeraciones, mientras que Alto Biobío y Tirúa han dividido su trabajo en sectores y no por rango etario como dice el calendario del Gobierno. Florida ha aprovechado la comunicación vía WhatsApp con sus dirigentes para coordinar el proceso.
Por Lesly Zurita Arriagada // lesly.zurita@diarioelsur.cl
Amplios espacios con sillas distanciadas dos metros cada una para que las personas esperaran su turno, funcionarios que aplicando alcohol gel al momento de entrar al lugar de vacunación y otros tantos para guiar a quiénes no sabían dónde dirigirse. Ese era el panorama general esta semana en los centros urbanos de vacunación contra el covid-19, donde algunos adultos mayores incluso pudieron recibir la dosis de Coronavac en sus vehículos y esperar allí los 30 minutos de observación por si aparece algún efecto adverso de cuidado.
El gran despliegue de funcionarios de apoyo que se registró en Concepción se ve enfrentado con la realidad de Tirúa, por ejemplo, donde sólo tres enfermeras se encuentran trabajando en la campaña de inoculación para los 1.078 adultos mayores sobre 70 años que podría recibir la dosis. El desplazamiento, donde algunos centros de vacunación están a cuadras de los domicilios de las personas o tienen facilidades para tomar una micro o un taxi, se contrasta con las dos horas que separan a las comunidades de Alto Biobío con el cesfam de la comuna cordillerana, pasando por caminos de ripio en mal estado.
La campaña de vacunación masiva contra el covid-19 que se inició con los grupos priorizados de mayores de 71 años el pasado miércoles 3 de febrero y que incluye a personal sanitario y de quienes desempeñen funciones críticas del Estado, se ha desarrollado de manera distinta en las comunas rurales. Las dificultades de acceso al territorio, así como de comunicación y la falta de personal; son parte de las barreras que han tenido que sortear para coordinar la logística de la inoculación masiva.
En gran parte, desde las municipalidades consultadas lamentan que el proceso se haya hecho con tan poco tiempo de coordinación, lo que ha provocado que cada día se vayan cambiando parte de las planificaciones acorde a cómo se ha ido comportando la ciudadanía a nivel local frente a la vacuna y su interés por inmunizarse. Vacunaciones 100% a domicilio, dividir jornadas por sectores geográficos y no por grupos etarios; han sido parte de sus maniobras para enfrentar el proceso en su primera fase.
PROCESO CONFUSO
Según el censo 2017, Alto Biobío es la única comuna de la Región del Biobío que tiene al 100% de su población en la ruralidad. A eso hay que sumarle que el 86% de sus habitantes se reconoce perteneciente a un pueblo originario, en este caso, pehuenche. Según catastros municipales, tienen 694 adultos mayores.
Jorge Contreras, director de la Dirección de Salud Municipal reconoce que "el calendario que fue oficializado no fue consensuado ni compartido con las direcciones comunales de salud, al menos en la provincia de Biobío nos enteramos por la prensa, tanto la población como los funcionarios. Eso nos dio cuatro días, que es poco tiempo para nosotros, para armar toda la logística".
Contreras agrega que la situación de la comuna cordillerana es distinta a las ciudades del Gran Concepción "donde el desplazarse es más fácil, la gente tiene mayor interés de poder concurrir a los centros de vacunación y eso no nos pasa a nosotros. Para bajar de una comunidad a un punto de vacunación son entre dos a tres horas en locomoción pública".
A raíz de las particularidades del territorio y la dispersión de sus habitantes, que en su mayoría viven lejos de Ralco, que vendría siendo el centro de la comuna, la municipalidad decidió que no iban a vacunar acorde al calendario del Gobierno en que cada jornada le toca a un grupo etario distinto, por ejemplo, 90 años o más, 89 a 87 años, 86 y 95 años; y así. Alto Biobío lo comenzó a aplicar por territorio y abarcando desde los 71 años en adelante.
El primer día, el miércoles 3 de febrero, se focalizaron sólo en los funcionarios de salud y desde el jueves iniciaron el sector urbano de Ralco, atendiendo en el cesfam y desde el lunes lo harán en la posta de cada comunidad: partiendo por Ralco Lepoy y Caiñicu, luego Butalelbún y Pitril, Trapa Trapa y Callaqui, Malla Malla y finalmente Palmucho.
"Lo que conversamos con la Seremi es poder vacunar sobre los 71 años -ajustado a la normativa- pero en las distintas comunidades. Es así que a la población sólo tendría que acudir a las postas de salud rural", puntualiza el director de Salud de Alto Biobío. Llegar a estos puntos es mucho más accesible que acudir al cesfam en Ralco.
Eso sí, todos quienes sean pacientes postrados o tengan problemas de movilidad, serán inoculados en sus viviendas. Se trata de casos excepcionales que ya están catastrados por el municipio y que serán coordinados previamente para dar aviso de la visita.
FALTA DE RECURSOS
En el otro extremo de la Región del Biobío, se encuentra la comuna de Tirúa, con una población total de 10 mil 417 personas -según Censo 2017- y un 64,1% de habitantes viviendo en el sector rural.
En esta comuna se tomó la misma estrategia de Alto Biobío, pero se dispusieron escuelas como puntos de vacunación y que están ubicadas en los distintos sectores de Tirúa: Escuela Eloísa González, Escuela Primer Agua, Escuela Héctor Carrasco en Quidico, Escuela Chacuiví de Ranquilhue y Escuela Casa Piedra.
Acá el principal problema que han detectado es la falta de recursos - tanto en movilización como en personal- para poder llegar al máximo posible de población que también está muy disgregada.
Madelaine Cisternas, enfermera y encargada de epidemiología del cesfam de Tirúa, reconoce que al igual que en Alto Biobío "nosotros, como delegados, nos enteramos cuando esto se lanzó por las redes sociales, antes de ser oficializada no teníamos mayor información y todo está siendo más estrecho en cuanto a la información que se nos entrega desde la Seremi y desde los Servicios de Salud".
Lo anterior provoca que la programación de la coordinación del proceso se tenga que revisar diariamente y sea imposible la logística con un plazo más extenso.
Cisternas precisa que "no han llegado los convenios para hacer contratación de nuevo personal y el que está disponible lo hace con cambios en sus funciones. En este caso somos cuatro enfermeras de Atención Primaria de Salud y una está con feriado legal y las otras tres estamos con la vacunación, sacándonos la parte clínica. Eso generará una deficiencia porque hay controles que no se van a poder desarrollar porque nosotras estamos en el proceso de vacunación".
A lo anterior se suma la problemática de la movilización. Sólo cuentan con los móviles de ronda y deben coordinar con el equipo covid que realiza la trazabilidad de forma presencial para coordinar los sectores para movilizarse y hacer las inoculaciones que corresponden a domicilio.
Una vez que se recibe la dosis,
Alto Biobío es la única comuna de la Región que cuenta con el 100% de su población rural, a lo que se suma que el 86% de sus habitantes pertenece al pueblo originario pehuenche.