Estratégico rol de los municipios
Durante esta semana se inició el proceso de vacunación contra el covid-19 en todo el país, que es masivo, gratuito y se enfoca, en una primera etapa, a diversos grupos prioritarios, y que el miércoles tuvo un hito inicial con las personas sobre 90 años, quienes acudieron masivamente a recintos de salud municipal para cumplir con la inoculación.
Uno de los puntos que el Gobierno ha remarcado es que el proceso de vacunación elaborado por el Ministerio de Salud se realizará de manera gradual y progresiva, avanzando de acuerdo a la cantidad de dosis que vayan llegando al país. También se estableció un calendario preciso, con el objetivo de ordenar el proceso y así evitar que haya aglomeraciones que compliquen la prevención de contagios y que, en el caso de la tercera edad, por tratarse de la población de mayor riesgo, debe ser manejado con gran cuidado.
Dentro de los grupos prioritarios se cuentan el personal de salud (comienza con la Unidad de Paciente Crítico - UPC), las personas residentes en Centros de Larga Estadía (que incluye Establecimientos Larga Estadía del Adulto Mayor, centros del Sename, personas con discapacidad física y/o mental), el personal crítico de la Administración del Estado y las personas con comorbilidades.
El compromiso gubernamental es vacunar alrededor de 5 millones de personas y alcanzar el 80% de la población durante el primer trimestre de este año, es decir, unos 15 millones de personas aproximadamente, a fines del primer semestre de 2021.
Considerando el avance registrado en los primeros días y la llegada de nuevas remesas de dosis, la Región del Biobío puede llegar a la meta de vacunación, pero no sólo por el compromiso ministerial y de los usuarios, que ha sido fundamental, sino también por la estratégica labor de los municipios de la zona, que han desplegado diversas medidas con el fin de apoyar este proceso sanitario y cuyo personal de Salud ha demostrado la capacidad y vocación que requiere esta extensa labor.
Los gobiernos comunales no sólo debieron coordinar procedimientos y equipos de trabajo en un corto plazo, ya que la inminente llegada de las dosis fue confirmada días antes de iniciar el calendario de vacunación, sino que además han demostrado una actitud colaborativa y responsable, buscando la mejor forma de inmunizar a sus habitantes de acuerdo a sus realidades y a la necesidad de llegar a las distintas áreas del territorio comunal.
Algunos ejemplos incluyen a Concepción, donde se habilitó el estadio Ester Roa Rebolledo como centro de vacunación para dos recintos de salud que no son de administración municipal, los Centros de Salud Familiar Víctor Manuel Fernández y Villa Nonguén, lo que ha facilitado la inoculación de todos los adultos mayores del sector, entregando un espacio amplio y evitando que acudan a los recintos cerrados.
También destaca la gestión de la Municipalidad de Talcahuano, donde la organización de los equipos de salud municipal permitió que los mayores de 90 años pudieran ser vacunados en sus propios domicilios y donde se habilitó una sencilla pero eficiente medida para comunicar la permanencia de una persona de ese rango etario colocando una bandera blanca en las afueras de la vivienda. En Chiguayante, en tanto, se habilitó un sistema de vacunación en vehículos, por lo que los adultos mayores podían ser trasladados en auto hasta el punto de salud y ser inoculados sin necesidad de salir del mismo.
A esto se suma que varios municipios, entre los que se incluyen Hualpén y San Pedro de la Paz, extendieron la entrega de dosis hasta este fin de semana, logrando así recibir a personas rezagadas del calendario y dando un mayor rango de horario de atención para adultos mayores en general.
Una mención aparte es la relacionada con la realidad de las comunas rurales, donde los equipos de salud han salido directo a los domicilios de los grupos prioritarios, con la enorme dificultad que implican las distancias y la escasa conectividad digital. Allí la coordinación vecinal y la comunicación presencial ha sido clave para que cumplan con este proceso sanitario, el más extenso que se realizado en la historia del país.
La labor realizada hasta ahora coincide con el significado que tiene un proceso de vacunación, como es proteger la salud propia y la de los demás, ya que evita o restringe la diseminación del virus y resguarda las vidas de nuestros cercanos, pero también es un acto de solidaridad con la sociedad en su conjunto y que aporta a dar un paso más hacia la posibilidad de controlar la pandemia y sus efectos.
La Región del Biobío puede llegar a la meta de vacunación, pero no sólo por el compromiso ministerial y de los usuarios, que ha sido fundamental, sino también por la estratégica labor de los municipios de la zona, que han desplegado diversas medidas con el fin de apoyar este proceso sanitario y cuyo personal de Salud ha demostrado su capacidad y vocación.