Erradicación de microbasurales
La Municipalidad de San Pedro de la Paz ha informado que tiene un registro de 227 microbasurales, de los cuales unos cuarenta se mantienen persistentemente, de decir, pese a que se realiza el retiro de los desperdicios, las personas insisten en ir a botar desechos en esos lugares. La mayor parte de los botaderos clandestinos se encuentran ubicados en Candelaria, Diagonal Biobío y San Pedro de la Costa.
Cada mes, el personal de aseo recoge un promedio de 160 toneladas de basura desde esos botaderos ilegales, pese a que se realizan acciones de recolección de cachureos en un contenedor que se instala por un día en determinados sectores, para recoger desechos como colchones, muebles o electrodomésticos en desuso, que habitualmente los camiones de recolección diaria de basuras no reciben.
La situación de esa comuna no es distinta de la de otras ciudades donde los vecinos no colaboran con mantener el aseo de sus poblaciones. Las escenas de los basurales en algunos barrios o a la salida de las ciudades se repiten en todas partes, de manera que esos lugares comienzan a transformarse en botaderos de desechos. El aumento de la población se traduce en incremento de la basura en las calles, cuando no se acompaña del cuidado del ambiente. Pero no tendría que ser así, si cada uno hace lo que corresponde. La Municipalidad de Concepción incluso ha pedido a la ciudadanía que denuncie a quienes sean sorprendidos lanzando basura y generando microbasurales en la comuna, ojalá con fotografías, para cursar las infracciones, ya que mientras se están haciendo adelantos, como el cambio de todo el sistema de luminarias de la ciudad por equipamiento Led, la recuperación de plazas y espacios públicos dañados, todo eso se afecta cuando algunas personas no asumen la responsabilidad de mantener limpios sus entornos y lanzan desperdicios en esos lugares.
Estos depósitos ilegales de desperdicios se han multiplicado durante la pandemia. El municipio penquista ha catastrado al menos cuarenta de ellos, donde las personas botan escombros, materiales de construcción, maderas, colchones viejos y diversos residuos. No obstante que se realiza limpieza de esos sectores, en pocos días de nuevo aparecen los basurales. Según un decreto municipal, quienes sean sorprendidos depositando desechos industriales, sanitarios o especiales en la vía pública o en el bien nacional de uso público, se arriesgan a multas de 1 a 5 UTM (de 51.131 mil a 255.655 pesos).
Varios municipios de la zona difunden con frecuencia sus planes destinados a eliminar desperdicios y escombros, mediante recolecciones programadas, para evitar que éstos sean dejados en microbasurales que con frecuencia nacen en sitios abandonados o a orillas de las carreteras. Aun así, es posible apreciar restos de muebles, desechos de demoliciones y otras especies que los camiones recolectores del servicio domiciliario no reciben.
Cuidar el medioambiente es de la mayor importancia, si consideramos cómo las sociedades han deteriorado el entorno, sin considerar que nuestra existencia forma parte de un todo mucho más complejo. Nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de magnitud, causados por el hombre. La Región del Biobío no escapa a ello, cuando se analizan la contaminación del mar, de los ríos, recursos acuáticos que se secan y emisiones a la atmósfera causadas por diversas fuentes. Si a eso se agrega la poca conciencia en la disposición de las basuras, es clave tomar conciencia del problema en el que estamos involucrados y asumir compromisos individuales y colectivos. Más allá de los grandes temas medioambientales, existen aquellos particulares o menores, pero no menos importantes, confinados a las comunidades, en las que la conciencia ecológica es escasa o no existe. Es frecuente que muchas personas asignen a los demás la responsabilidad de mantener limpio el ambiente y sus ciudades, pero no entienden que es una tarea que parte por cada uno. Al menos, hay que comenzar evitando la formación de basurales.
Cuidar el medioambiente es de la mayor importancia, si consideramos cómo las sociedades han deteriorado el entorno, sin considerar que nuestra existencia forma parte de un todo mucho más complejo. Nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de magnitud, causados por el hombre.