Endurecimiento del control de fuegos artificiales
El domingo recién pasado, el Presidente Sebastián Piñera promulgó la ley que sanciona como delito el uso, venta y fabricación de fuegos artificiales, mediante la modificación de la ley de control de armas, que actualmente sanciona como falta, con pena de multa, estas acciones, estableciendo ahora como delito -con sanción de presidio- el uso, venta y fabricación de fuegos artificiales y a quien dispare armas de fuego, cohetes, petardos u otros proyectiles.
El nuevo texto legal castiga a quienes "poseyeren o tuvieren fuegos artificiales, artículos pirotécnicos y otros artefactos de similar naturaleza, sus partes, dispositivos y piezas, sin la autorización de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), serán sancionados con presidio menor en su grado mínimo (desde 61 días a 540 días) o multa de 5 a 20 unidades tributarias mensuales".
También castiga más gravemente a quienes "sin la competente autorización fabricaren, armaren, elaboraren, adaptaren, transformaren, importaren, internaren al país, exportaren, transportaren, almacenaren, distribuyeren, ofrecieren, adquirieren o celebraren convenciones respecto de los elementos indicados", quienes serán castigados con "la pena de presidio menor en su grado medio y multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales".
La normativa sanciona con mayor gravedad los delitos cuando, además, perturban gravemente la tranquilidad pública o infunden temor en la población. Las penas de presidio por estas conductas delictivas serán de 3,5 y hasta 10 años de cárcel.
La medida cobra especial relevancia por el uso ilegal que se la ha dado a estos instrumentos como método para intimidar a la población por parte de bandas criminales que asolan tanto la Región como el país. En efecto, este fenómeno ha generado bastante preocupación en el último tiempo en Biobío.
A fines del pasado mes, un grupo de dirigentes sociales y políticos solicitó al gobernador de Concepción Julio Anativia, una mayor fiscalización de esta temática, debido al notorio aumento detectado en varias comunas del uso de estos elementos.
En la oportunidad, se planteó que el problema resulta complejo porque no sólo se trata de pirotecnia ilegal, sino que también se utilizan armas de fuego y tiros al aire que agudizan el riesgo. Frente a esto se solicitó una acción más eficiente faltando unos pocos días para las celebraciones de Año Nuevo.
La solicitud presentada expresaba que "la Gobernación, haga uso de sus funciones constitucionales y ordene a las policías la intercepción de las cadenas de distribución de venta de pirotecnia, se persiga a quienes los lanzan indiscriminadamente y asegure el derecho a vivir con tranquilidad y seguridad".
También a fines del año pasado el alcalde de Chiguayante, Antonio Rivas, interpuso un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Concepción, para solicitar que el tribunal ordene a Intendencia del Biobío y a la Gobernación Provincial que generen las coordinaciones que impidan la utilización de fuegos artificiales, particularmente en la fiesta de Año Nuevo.
Según el jefe comunal, resultaba imperativo que se tomen las acciones con la rapidez: "Le pedimos a la Corte que ordene que efectivamente se otorgue la vigilancia respectiva, porque creemos que esto va a ocurrir nuevamente el 31 de diciembre. Por eso, le pedimos que ordene a los recurridos, o sea a la Intendencia y a la gobernación, que presten las vigilancias debidas, para que estos hechos no se repitan".
Junto con el endurecimiento de las penas es indudable que una preocupación central está en cómo aumentar la fiscalización de este tipo de episodios, de manera de poner a disposición de la Justicia a quienes cometan este tipo de ilícitos que tanta inquietud están causando en nuestra Región y el país.
La medida cobra especial relevancia por el uso ilegal que se la ha dado a estos instrumentos como método para intimidar a la población por parte de bandas criminales que asolan tanto la Región como el país. En efecto, este fenómeno ha generado bastante preocupación en el último tiempo en Biobío.