Una oportunidad para acompañar a hijos en el dolor
La normativa está pensada para padres que deben atender a un menor con cáncer, trasplante o alguna condición grave y terminal. El año pasado en la Región se otorgaron 139 licencias. Beneficiarias cuentan sus experiencia.
Por Iris Quevedo Luna
Cuando el médico le indicó que tenía sospecha de cáncer en su Nahuel, de un año y 10 meses de edad, la primera preocupación que tuvo Noelia Liempi, además de lógicamente la salud de su hijo, fue qué pasaría con su trabajo de promotora en una marca de herramientas. Si bien le demostraban todo el apoyo posible, la intriga de si tendría que dejar su puesto para poder estar con su hijo la abrumaba. "Ahí le pregunté al doctor Hernández ¿hay algún beneficio para poder estar con él (Nahuel)?". Así fue como llegó a conocer el Seguro para el Acompañamiento de Niños y Niñas, más conocido como Ley Sanna.
En enero de 2020 le comunicaron a Noelia Liempi el diagnóstico de su hijo: leucemia linfoblástica aguda (LLA). Respecto a su pregunta, el médico le indicó los pasos a seguir y así, rápidamente, se vio beneficiada de la normativa. "A Nahuel lo hospitalizaron el 6 de enero y el 8 comenzó a cubrirme la Ley Sanna", relata Noelia.
La normativa, que entró en vigencia en febrero de 2018, permite a los padres y madres de niños que se encuentren en una condición grave de salud, solicitar una licencia médica que justifica su ausencia en el trabajo para, de esta forma, estar con sus hijos durante sus respectivos tratamientos.
Con esto podría estar tranquila Noelia, al menos en el aspecto laboral, pues la ley se creó como un seguro obligatorio que incluye el pago de un subsidio que reemplaza la remuneración del trabajador. Es la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) la cual emite la licencia, que luego es confirmada y autorizada por la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin).
La información sobre cómo acceder a este beneficio puede obtenerse en el sitio web de la Suseso.
Tiempos y coberturas
El beneficio otorga 90 días de licencia médica a cada padre de niños con condiciones graves de salud. Los plazos, eso sí, se van asignando con licencias por 15 días, las que se van renovando hasta completar el tope.
Desde su implementación en febrero de 2018, la cobertura se ha ido ampliando. Primero cubrió a padres de niños que tienen cáncer de cualquier tipo, luego en julio de ese año se incorporó el trasplante de órgano sólido y de progenitores hematopoyéticos. A partir de enero 2020 se sumó la cobertura a padres de hijos en fase o estado terminal de la vida y, como última etapa, en diciembre pasado, se incorporó el respaldo ante accidentes graves con riesgo de muerte o de secuela funcional grave y permanente.
Esta última cobertura es para pacientes entre 1 y 15 años de edad, mientras que las otras tres son para chicos entre 1 y 18 años.
ESTAR AHÍ
Para Noelia Liempi fue un gran alivio poder estar con su pequeño durante su tratamiento, sobre todo considerando lo pequeño que era Nahuel, que en marzo próximo cumplirá 3 años. "Obviamente es un tema, porque a esa edad ellos son totalmente dependientes de la mamá y para su tratamiento es fundamental el estar con los papás". Lamentablemente, agrega que por la pandemia "no pudimos estar con los niños, por todo esto de los contagios, entonces la recuperación de ellos fue mucho más lenta", explica con pesar.
Noelia hace hincapié en la importancia de mantenerse constantemente junto al niño y por eso desearía que la ley pudiera cubrir el tiempo total del tratamiento. "Al momento de uno irse obviamente nos afectaba, a él (su bebe) y a mí, porque esto no solamente se trata de ellos, se trata del grupo familiar, no son solamente ellos los que están con la enfermedad, sino que toda la familia", dice Noelia enfática, resaltando la importancia del acompañamiento, que, a fin de cuentas, es mutuo.
En cuanto a su experiencia, algo que lamenta es no haber podido acceder a los 90 días de licencia del padre de Nahuel, debido a que él no cumplía con uno de los requisitos, que es estar cotizando. "Eso sería una de las cosas que podría mejorar la Ley Sanna, porque no todos tienen cotizaciones, no todos los papás están también, hay situaciones en que estamos solamente la mamá", concluye Noelia.
Ciento ochenta días
Existe una opción, a la cual las mamás o papás pueden optar para extender la licencia. Esto es transferir los 90 días de un padre a otro, si es que los dos cumplen con los requisitos para ser beneficiados por la ley. Este fue el caso de Verónica Orellana, que decidió "tomar las riendas" y estar ella con su hija Rocío, tras enterarse de que, al igual que Nahuel, su diagnóstico era leucemia linfoblástica aguda.
"El papá (de Rocío) tenía que seguir trabajando. Así opté por tomar los seis meses yo, porque igual Rocío pedía a la mamá" o su "mamama", como le decía su hija.
La pequeña tenía 6 años cuando se enteraron de su cáncer, un 18 de noviembre de 2018. Verónica en ese momento estaba embarazada de Sebastián, su tercer hijo, que nació dos meses después del diagnóstico de Rocío.
La llegada del bebé alegraba a la pequeña que ahora es la hermana del medio. Si bien no podía verlo ni jugar con él cómo hubiera deseado -"porque es bien guaguatera", describe su madre-, pudo estar en contacto con él y su hermano mayor, Agustín, a través de las videollamadas que les hacían con sus abuelos desde Chillán.
Verónica agradece a Dios que por diversas circunstancias pudo estar con su hija durante los dos años del tratamiento. Antes de esto le intrigaba saber qué pasaría luego de los meses que la cubría la Ley Sanna. Pero todo pareció calzar para estar con Rocío.
Primero hizo uso de su postnatal y luego la licencia médica por Ley Sanna, que se renueva anualmente. En 2020, gracias a la extensión del permiso a causa de la pandemia, se le otorgaron 90 días más de licencia a quien los necesitara y pudo cubrir el tratamiento de su hija estando siempre a su lado, como la pequeña lo pedía.
En ese sentido es muy agradecida. Pues en los tratamientos como los de su hija, y de los demás casos que cubre la normativa, es esencial el apoyo familiar. "A los niños, ¿qué es lo que los recupera? El sentirse cerca, en este caso de su mamá, sabiendo que está allí día y noche", enfatiza Verónica, recordando los tiempos que pasaba animándola.
"Hay veces que yo quería puro llorar, porque esto es terrible, pero no, al lado de ella uno no puede, porque lo que a ellos los mejora es el ánimo, que ellos anden bien, yo la hacía bailar, jugar, era el payaso de la sala, siempre llegaba riéndome, aunque por dentro muriera", relata.
Rocío terminó su tratamiento y se encuentra en etapa de seguimiento, con controles mensuales por videollamada. "Le hago los exámenes acá (Chillán) y ahí se los envió por mail al doctor", concluye Verónica esperanzada.
BENEFICIADOS
En la Región, según indicó Sintia Leyton, seremi de Trabajo y Previsión Social, el año pasado fueron 139 las licencias médicas otorgadas por Ley Sanna. De estas, una fue por la recién integrada cobertura, ante accidente grave, 15 por trasplante de órgano y 123 fueron otorgadas a padres y/o madres de hijos con cáncer. Entre ellas se encuentran las solicitadas por Verónica Orellana y Noelia Liempi, ambas de Chillán y beneficiadas del seguro al que tuvieron que recurrir por el mismo doloroso motivo: el cáncer sus hijos.
Leyton manifiesta que "dentro de una situación dolorosa es una muy buena ley, antes no había opciones para los padres y las madres y conversando con varias mamitas están bastante agradecidas de la instancia. Siempre hay situaciones que pueden ir mejorando, pero es una ayuda muy buena para las mamás y papás que están viviendo estas situaciones dolorosas".
Así lo confirma Verónica, que expresa que el "que exista esta licencia es maravilloso, es un descanso para uno en el sentido de decir, ya voy a tener 6 meses seguros para dedicarme 100% al cuidado de mi hija, sin preocuparme del tema laboral o que a lo mejor me vayan a despedir" finaliza Verónica, lamentando que hoy en día eso pueda ser una opción.
El beneficio otorga 90 días de licencia médica a cada padre. Este lapso puede ser traspasado al otro progenitor. La normativa considera tres situaciones.